Capítulo 8

312 43 45
                                    

Se sentía mal, nunca antes le había mentido a su madre para no asistir a la escuela, tampoco es que le emocionara regresar pronto pero hasta que no tuviera en claro lo que haría para persuadir a sus padres de que lo cambien de escuela y poder alejarse lo antes posible de todo el tema de los vampiros trataría de mantenerse al margen con sus compañeros, especialmente del peliazul que ya demostró no ser un buen amigo. Arruga la nariz al recordar la amarga discusión de días anteriores, estuvo evitandolo a toda costa e incluso salía a prisa de clases para no toparse en ningún momento, los recesos los pasaba en una jardinera alejada de los demás, no soportaba el hecho de sentirse tan humillado y vulnerable ante los prejuiciosos ojos que hasta ese momento noto la burla en ellos, se cuestionaba con melancolía ¿cuánto tiempo se hubieron burlado de él? seguramente ya era el hazmerreír de toda la escuela por ser el único alumno ingenuo que no sabía el secreto de los de clase C, y es que hasta había estado tan ensimismado con sus investigaciones que pasaron desapercibido los murmullos y risas discretas de los demás que lo señalaban como compadeciendo su estupidez. 

Ir a la escuela se había vuelto una tortura total, no podía concentrarse y tratar de ignorar a los demás, jamás fue tan fuerte ante la gente, era por eso que en todos los colegios a los que asistía procuraba ser lo más invisible posible, creía que con eso podría formar una barrera entre sus compañeros y él, eso le había funcionado bastante bien en años anteriores donde la gente ni siquiera sabía su nombre, donde su existencia pasaba tan desapercibida que cuando llegaba a faltar nadie lo notaba, pero para Itachi eso estaba bien, no quería ni necesitaba la atención de nadie, ahora que estaba al ojo de todos prefería desaparecerse unos días en lo que el rumor se esparcía y podría volver a su cotidianidad, pasando por alto que su familia lo miraban con ojos desesperados porque consiguiera rápido una pareja, cosa que le provocaba agruras al otro, tenía tanto en que pensar que entretenerse a meditar un posible emparejamiento forzado con algún alfa que le presenten le sofocan, se sentía colapsado. 

- ¿Seguro que no quieres que llame al médico de la zona? si hago cita ahorita puede que venga en la tarde - insiste por tercera vez su madre, tocando su frente hiperactivamente - 

- No, enserio no es nada grave, solo me duele la cabeza, es todo - aparta las manos de la mujer un poco harto de los cuidados persistentes - 

- Es muy raro, no eres alguien enfermizo - medita unos segundos negando suavemente - pero bueno, estamos cerca de que comience el invierno, en estas épocas es normal enfermarse - está bien, saldré un rato a hacer las compras, en cuanto regrese te prepararé una sopa de pollo para que mejores - 

Asiente tapándose hasta la barbilla con las sábanas, queriendo volver a conciliar el sueño cuando menos unas horas más hasta que su cuerpo no resistiera más seguir recostado y lo obligara a levantarse a distraerse con algo más. 

- Oh ¿y no quieres que llame a Light para que te cuide? es un buen muchacho y parece tenerte apreció - sonrío emocionada, sabía bien a donde iba eso y no lo iba a permitir - 

- Mamá por favor no - súplica viéndole desganado - si en verdad me quieres no hagas eso, por favor - 

- Vamos, es un buen chico - anima convencida de marcarle - 

- Claro que no, es raro y no respeta el espacio personal de la gente - arruga el gesto - la última vez me arrastró a una plaza muy, muy lejos de la casa en medio de una tormenta horrible y me compró un estúpido bagel que yo ni siquiera quería - 

Mikoto hace una mueca disgustada antes de tomar su bolso y las llaves del auto 

- Bien, como quieras, pero esta clase de oportunidades no las tendrás siempre, Itachi, debes empezar a pensar en tu futuro - 

Profundo carmesí (ShiIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora