🗿º

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La familia Bradley se encontraba en el aeropuerto de Barcelona, a 20 minutos de tomar un avión hacia sus vacaciones en Ámsterdam.

-- Detesto profundamente el tiempo que tenemos que estar esperando ¿A caso no he pagado un vuelo en primera clase? Pues que me pongan una salita para esperar... - Refunfuñaba la madre observando a su alrededor.

-- Si mamá, tienes toda la razón... - Le respondió su hija mayor sin prestarle mucha atención.

El padre guiaba a su familiar hacia la puerta de embarque correcta.
No era la primera vez que volaba, pero si la primera que lo hacía sin tan poco margen de tiempo, y a un hombre previsor como él eso le ponía nervioso.

Pero la que estaba más nerviosa de todos era la pequeña, Diana. Mantenía su mirada clavada en el móvil, mirando la hora y esperando un mensaje de su amigo, el cual tenía los papeles de su libertad.

-- Calma ya estamos a puto de embarcar. - Dijo el padre serio intentando calmar a su esposa.

Al fin le llegó el mensaje, diciéndole que se diera prisa. 

- Papá, necesito ir al baño.

-- ¿Es que no puedes esperarte? - Le preguntó él, a lo que recibió una negación como respuesta. -- Ve rápido, ¿Quieres que te aguante la mochila?

-- No papá, no tardo nada. 

-- No sé por qué lleva una mochila la verdad, lo podría haber puesto todo en sus maletas pero como siempre ella tiene que hacer lo quiera... - Escuchó Diana cuando se alejó. 

Entró en los baños y le dijo a su amigo qué no tardaría.
Se quitó la ropa y se cambió con la que tenía en la mochila. Se puso la capucha, le avisó de qué iba al punto de encuentro y dejó su móvil con todas sus pertenencias encima del váter.

Al salir no la reconocieron, tuvo
suerte de que estaban distraídos y ni siquiera miraban hacia su dirección. No lo dudó ni un segundo y aceleró su paso, escapando. 

-- Mierda Diana vas muy justa. - Dijo su amigo esperándole cerca de donde iba a tomar su avión.

-- Lo siento, lo siento, pero ya estoy aquí. - Hablaba rápido mientras este le daba un pasaporte y un DNI falso a parte del billete de avión.

-- Toma, también he pensado que vas a necesitar esto. - Le dijo mientras sacaba un móvil de su bolsillo.

-- Puff, madre mía cómo te quiero. Nunca voy a poder agradecerte esto. - Le dijo ella mientras lo abrazaba.

-- Con qué no te pillen me vale. 

Se despidieron rápidamente y Diana presentó los papeles en la puerta de embarque, tenía miedo de que la pillaran pero una amable señorita no notó nada raro y la dejó pasar.

Fue hacia el avión, volaría en clase turista, pero mejor, así no llamaría tanto la atención.

Se sentó al lado de la ventanilla, a su lado tenía una mujer que leía en silencio en una tablet, no había niños pequeños llorando y la persona de atrás no le daba patadas a su asiento.

Sonrió y cerró los ojos acomodándose. Todo le empezaba a ir bien y no había ni comenzado.

𝑴𝒂𝒎𝒂, 𝑰'𝒎 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒓𝒊𝒎𝒊𝒏𝒂𝒍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora