𝑴𝒂𝒎𝒂, 𝑰'𝒎 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒓𝒊𝒎𝒊𝒏𝒂𝒍.

🗿⁶

Armando's point of view

-- Tonet es un bujala. - Se quejaba Yun a mi lado.

Reprimí una carcajada. Yo no tenía muy clara la sexualidad de Tonet, pero me encantaba ver como provocaba gay panics en el chino.

-- Déjalo ya y ponte a trabajar, que por un día a la semana que vienes... - Dije intentando aparentar seriedad.

Yun se quejó e iba a irse, pero de repente vimos que Manolo vino corriendo hacia nosotros.

-- Armando, Conway está aquí... - Dijo con la respiración entrecortada como si hubiera corrido un maratón.

-- Joder, ya hacia tiempo que no venía. - Le contesté.

-- Ya podlía haber seguido así. - Dijo Yun, pero Manolo le cortó.

-- Ya, pero es que ahí no queda la cosa. - Contestó nervioso. -- Ha venido con unos señores que dicen estar buscando a su hija, una tal Diana Bradley. - Dijo mirándome.

No entendí nada y me puse nervioso yo también mientras me dirigía fuera del taller. Manolo me siguió.

Llegamos donde estaba Conway, algunos de sus perros, una mujer, un hombre y una chica.

-- Armando líos... - Me dijo Conway nada más verme.

-- ¿Qué está pasando? - Le pregunté poniéndome serio de verdad.

-- Estamos buscando a Diana Bradley... No me digas que no sabes quién es por que un día apareció por comisaría y tú la recogiste.

-- No sé donde está. - Dije sabiendo perfectamente que en ese momento se encontraba en el despacho.

-- No me puedo creer que mi niña se haya fugado de casa para juntarse con un... - Dijo haciendo una pausa para analizarme de arriba abajo. -- ¡Con un mecánico! - Gritó casi histérica.

-- No te preocupes cariño, vamos a recuperar a nuestra niña. - Le dijo su marido, supongo, mientras la consolaba. -- Como le hayas hecho algo o le hayas tocado un solo pelo te juro que voy a acabar contigo y tu maldito taller. - Me dijo apuntándome con el dedo.

-- Vaya circo. - Les dije aparentando tranquilidad. -- Os repito que yo no sé donde está.

-- ¿No? - Preguntó Conway, yo negué. - Entonces no te importará que revisemos el taller ¿Verdad? - Volví a negar, pero ahora un poco menos confiado. -- Bien. Rastread la zona, no quiero un solo rincón si peinar.

Sus perros salieron en todas direcciones. Intenté mantener mi postura, pero sabía que iban a encontrarla, y luego se la llevarían y nunca más la volvería a ver. Tragué saliva.

-- Mira, podrías ahorrarte todo esto. Tengo información de que está trabajando aquí. - Me dijo Conway.

-- ¡Mi niña! Trabajando en un taller... Como has podido meterle esas ideas en la cabeza. - Me gritaba la señora.

-- ¡Yo no tengo nada que ver, su hija sabrá lo que hace! - Les contesté ya sin poder aguantarme.

-- ¡Cállate! No le hable así a mi mujer. Usted no sabe con quién está hablando. - Me gritó ahora el hombre.

Preferí callarme y me alejé unos metros.

-- No te vayas muy lejos. Te quiero tener a la vista. - Me dijo Conway.