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Después de ese reencuentro, lleve a Raleigh a su cuarto, yo tenía muchas cosas que hacer, así que me di la media vuelta, iba a salir pero el me llamo.

— ¿Qué hiciste para que el Mariscal te dejará pilotar un Jaeger?—pregunto Raleigh curioso mientras sacaba sus cosas de la maleta.

— ¿Porque el interés?— pregunte mientras me giraba para verlo.— No tiene que hacer esto, señor Becket.

— ¿Señor?— pregunto mirándome con el seño fruncido.

— Lamento no ser la misma de antes, pero las circunstancias me han hecho cambiar— dije dándome la media vuelta.

—  Espero que tu logres ser mi nueva piloto—expresó sin más y salí de la habitación.

Después de hacer revisiones en el Jaeger de los Hansen, Herc me obligó a ir a comer, aunque no lo quisiera.
El fue a la barra por comida y yo me quede con Chuck en la mesa.

— El sujeto que trajo el Mariscal, es el que...Ya sabes—dijo Chuck mirándome curioso.

— Eso no te incumbe, Chuck—susurre por lo bajo y pude notar que Herc se aproximaba con Raleigh.

— El es mi hijo Chuck— presentó Herc.— Es mi copiloto.

— Más bien el es mi copiloto, ¿No papá?—dijo Chuck mirando a su padre prepotentemente.

— ¿Tus palabras pasan por tu cerebro antes de hablar?—pregunte mirandolo seríamente.— Es tu padre, tratalo con más respeto.

— ¿Así que tu eres el elegido? ¿Tú nos vas a proteger con esa cafetera oxidada?—pregunto Chuck con seriedad.

— Ese es el plan— respondió Raleigh.

— Bien, dime, ¿Cuándo pilotaste por última vez?— pregunto Chuck de nuevo.

— Hace como 5 años— respondío Raleigh sin más.

— ¿Que hiciste durante 5 años? Imagino que algo importante—músito Chuck.

— Chuck, nada de esto es de tu importancia, deja de interrogarlo—ordene pacientemente.

— No, está bien, ______—dijo Raleigh mirándome amable.— Estuve en la construcción— respondió a Chuck.

— Oh, excelente, vas a sernos muy útil amigo, cuando peleemos, talvez nos construyas algo, Reigh— expresó con una sonrisa.

— Soy Raleigh— corrigió el mismo.

— Cómo sea...escucha, eres la brillante idea de Pentecost, pareces agradarle a mi viejo y que puedo decir de ella— expresó y me miro.— Pero los hombres como tu, acabaron con el programa Jaeger, para mi, eres peso muerto, si me estorbas te derribare como un asqueroso Kaiju— dijo y se levantó de la mesa.

— Te voy a ordenar que cierres la boca, Chuck—dije parandome junto a él.— El puede hacer más de lo que tu has hecho con ese Jaeger, ¿Entendiste?.

— Como diga, Oficial...aunque dejeme darle un consejo, si sigue con ese carácter, la mayoría se irá y la dejará— respondió con una sonrisa burlona, y se fue.

— Lo lamento _____, pueden culparme  por eso, tuve que criarlo sólo, es muy listo, aunque nunca se si abrazarlo o tirarle los dientes— dijo Herc negando.

— Esta bien, Herc, tu no tienes la culpa,  aunque yo podría tirarle los dientes con gusto— expresé con una sonrisa y me senté.— No puedo creer que dejó a ese idiota entrar en mi mente.

Las horas pasaron y las pruebas para ser copiloto de Raleigh empezaron, todos los hombres que pasaban eran vencidos por el.

— Te estoy dando la oportunidad, ¿Estas segura de que no quieres manejar a Gipsy Danger?—pregunto mi padre en un susurro.

— ¿Quieres que te recuerde lo que ocurrió hace 5 años?—pregunte y el no respondió.— Mi respuesta es la misma que la tuya, padre.

— ¿Que ocurre? ¿No te agradan? ¿No los elegiste personalmente?—pregunto Raleigh acercandoce a nosotros.

— ¿Disculpa?—pregunto Mako condudida.

— Si, cada vez que terminó un encuentro haces cierto gesto—respondió Raleigh y fruncio el seño.—Como si criticadas su desempeño.

— No es su desempeño, Becket, es el tuyo, es limitado, pudiste venderlos a todos en dos movimientos antes— explicó Mako.

— ¿Tú crees eso?—pregunto Raleigh  desafiante.

— Estoy segura.

— Bien, hay que hacer algo...quiero a alguien mejor— músito y Mako me miro.

— Dije que no— replique en un susurro.

— ¿Tiene miedo, Oficial?—expresó Becket, mirándome con esa sonrisa que no veía hace años.

— Yo no le tengo miedo a nada—dije y  baje las escaleras.

Quite mis zapatos, me hice una coleta y tome uno de los palos con los que estaríamos en la prueba.

— Gana con cuatro golpes— dijo mi padre y yo me puse en posición.

Titanes del Pacífico | Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora