•003•

3.4K 326 7
                                    

Al parecer Yancy había muerto en acción, me sentía devastada, era como un amigo para mi, además no podía ni imaginar cómo estaría Raleigh al recordarlo. Las horas pasaron, llevábamos aproximadamente 8 horas en el hospital, Raleigh ya había salido de cirugía, pero teníamos que esperar a que despertará para poder pasar a verlo.

— Mariscal y Oficial Pentecost, el Señor Becket despertó—informó el doctor y nosotros asentimos.

Ambos nos levantamos y caminamos hasta la habitación que nos indicaron, mi padre me pidió esperar afuera, quería hablar con Raleigh primero.
Los minutos pasaron y cada vez me desesperaba más, el salió y me aparto un poco de la entrada.

— Es mejor que lo dejemos sólo por ahora—músito por lo bajo.— Tiene que descansar, cuando vuelva a la base podrás verlo—agregó y asenti.

Ambos subimos a la plataforma del hospital, un helicóptero venía bajando, subi primero y mi padre subió después, en todo el camino no dije palabra alguna, no me sentía con el ánimo de expresarme.
Al llegar a la base, mi padre me dio el resto del día, además me ahorro tener que informarle a todos en la base sobre la muerte de Yancy.
...

5 días después

Hoy trasladarían a Raleigh a la base, aquí recibiría mejores cuidados, pedi que cambiarán su cuarto, no crei buen idea que llegará al que compartía con su hermano.
El helicóptero llegó, yo ya espera en la plataforma junto a mi padre y Tendo, vimos bajar a Raleigh junto con un par de doctores, ellos lo llevaron hasta la habitación asignada y lo dejaron ahí recostado.

— ¿Cómo te sientes?—pregunte amable sentándome junto a él.

— Bien...estoy bien—respondió muy desganado.

— Lamento lo que ocurrió con Yancy, yo no se como debes de sentirte ahora—dije mientras ponia mi mano sobre la suya pero el la aparto.

— ¿Podrías dejarme sólo?—pregunto mirándome sin gesto.

— Claro, Raleigh—asenti con una sonrisa poco visible y salí de ahí.

Salí de su habitación, cerre la puerta y comencé a caminar por los pasillos del lugar, no tarde mucho en soltarme en llanto, no sabía cómo ayudarlo.

— ¿Oficial Pentecost?—dijo una voz frente a mi.

— Ahora no, Mariscal—músite con tristeza y entre a mi cuarto.

— ¿Qué ocurre, hija?—pregunto mi padre mirándome con ese rostro tan serio.

— Quiero ayudar a Raleigh, pero no se como hacerlo.

— Acaba de perder a su hermano, el debe de superarlo sólo—respondió muy seguro.

— Creo que debería superarlo con ayuda de alguien—corregí amablemente.

— Bueno, en ese caso, ¿Porque no estás con el ahora?.

— El me pidió dejarlo solo—respondí mirando hacia otro lado.

— Permitele tener su duelo el día de hoy, talvez mañana este más calmado.

Después de esa charla mi padre se fue, estuve todo el dia con Tendo, revisando algunas cosas de la sala de maquinaria.
Lo básico sobre soportes de Jaeger, el me había estado enseñando durante 2 años lo que necesitaba saber sobre como controlar a un Jaeger.
Las horas pasaron, ya era de noche, asi que fui a las duchas,  minutos después volví a mi habitación y me cambié. Me sentía cansada, me recoste, pensaba en ir con Raleigh, pero talvez mi padre tenía razón y tenía que dejarlo hacer su duelo.
Mire el techo por unos segundos, sentí como mis ojos se empezaron a cerrar y de un segundo a otro había quedado completamente dormida.
...
Desperté temprano, me vestí y salí en dirección a la sala de maquinaria, al entrar pude notar la mirada de Tendo, no sabía que ocurría pero no era nada amigable.

— ¿Porque me miras así? ¿Qué ocurre?—pregunte confundida.

— ¿El Mariscal no te lo dijo?—pregunto Tendo de vuelta.

— ¿Decirme que? Explicate, Tendo.

— Raleigh....el se fue anoche, ya no quiso seguir en el programa Jaeger—dijo mirándome con lastima.

Yo no dije absolutamente nada y salí corriendo de ahí, me dirigí a su cuarto y pude ver la puerta abierta, al entrar efectivamente no estaban sus cosas y no estaba el. Me sentí vacia, mire a mi alrededor, me senté en la cama y comencé a llorar, pude sentir una mano tocar mi espalda, levanté un poco mi cabeza y pude ver a mi padre mirándome con seriedad.

— El se fue—músite aún en llanto.

— No pude hacer nada para que se quedara— explicó mi padre amable.

— Yo puedo ir a buscarlo y...—dije pero el me interrumpió.

— No puedo dejar que hagas eso, el me pidió decirte que no lo buscaras, que sería muy difícil para el tener que despedirce de ti.

Titanes del Pacífico | Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora