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— ¡Quédate en el presente, no te aferres a tu recuerdo!—escuche a Raleigh gritar, pero espera caso imposible hacerle caso

Los fragmentos de recuerdo se habían cada vez más presentes, era como vivirlo otra vez.

— Mariscal y Oficial Pentecost, el Señor Becket despertó—informó el doctor y nosotros asentimos.

Ambos nos levantamos y caminamos hasta la habitación que nos indicaron, mi padre me pidió esperar afuera, quería hablar con Raleigh primero.
Los minutos pasaron y cada vez me desesperaba más, el salió y me aparto un poco de la entrada.

— Es mejor que lo dejemos sólo por ahora—músito por lo bajo.— Tiene que descansar, cuando vuelva a la base podrás verlo—agregó y asenti.

Por alguna extraña razón sentía una presión en el pecho, el bienestar de Raleigh dinero en había importado.

— _____, es un recuerdo nadamas, nada de esto es real— escuche lejana la voz de Raleigh

— Se siente real—respondí inconcientemente

Desperté temprano, me vestí y salí en dirección a la sala de maquinaria, al entrar pude notar la mirada de Tendo, no sabía que ocurría pero no era nada amigable.

— ¿Porque me miras así? ¿Qué ocurre?—pregunte confundida.

— ¿El Mariscal no te lo dijo?—pregunto Tendo de vuelta.

— ¿Decirme que? Explicate, Tendo.

— Raleigh....el se fue anoche, ya no quiso seguir en el programa Jaeger—dijo mirándome con lastima.

Puse una mano sobre la puerta de la habitación, el pecho me dolía y mi respiración era agitada. El dolor que sale día se había causado, había vuelto. Mi mano seguía en la puerta, trataba de sostenerme, mis piernas dolían al igual que mi vientre.

— ¡_____! ¡Eschuchame! Es un recuerdo solamente— gritaba Raleigh.

— Me dejaste—susurre cerrando los ojos con fuerza.

— ¡Ahora eso no es real!—grito una vez más.

Puse mis dos manos sobre la puerta, abrí mis ojos y las retire. Sentí mi cuerpo soltarse y caí al piso de una manera suave. Mire levemente junto a mi y ahí estaba Raleigh sosteniendome.

— ¿Porque ahora?—me cuestione a mi misma mirando a la nada, mientras una lágrima rodaba por mi mejilla.

— Todo está bien—susurro Raleigh junto a mi, mientras me abrazaba, atrayendome hacia el.

[...]

Después de lo ocurrido, nos encontrábamos afuera de una sala de juntas, mi padre, Herc, Tendo y Chuck, hablaban sobre mi y sobre lo que pasó.

— No sabemos lo que paso— escuche a mi padre decir.

— ¡Los kaiju evolucionan y casi ella casi nos hace pedazos, _____ no puede hacer esto!—gritaba Chuck desde el interior.— Su hija se cree buena, pero es una novata, no quiero a ellos protegiendo mi trasero.

Chuck salió de la sala, y me miro mal, Herc le pidió esperar ahí afuera, así que no dudaría en hablar.

— Ustedes son una maldita deshonra— dijo mirandome a mi y a Raleigh.— Harán que nos asesinen y está es la cuestión, Raleigh... quiero volver de esta misión, porque me gusta mi vida, ¿Porque no nos haces un favor y desapareces, en eso eres excelente?

— Cállate, Chuck, aún sigo siendo oficial, maldito egocéntrico—expresé acercándome a el, para darle un golpe en la cara, después de eso  Raleigh me aparto de Chuck y me detuvo.

— Si, bien hecho, controla a tu pequeña novia—músito Chuck con seriedad.— Tal ves deberías ponerle una correa.

Ante ese comentario el hijo de Herc, sólo causó que Raleigh comenzará a golpearlo. Ambos peleaban, siendo observados por todos. Quería entrometerme y lo hice cuando Raleigh lanzó a Chuck contra unos tubos que había en la pared.

— Dije que te disculpes con ella— ordenó Raleigh.

Chuck se iba a acercar hasta Raleigh, pero me paré frente a él, cosa que no hizo que se detuviera, cuando llegó hasta mi, lo tomé del brazo y lo tire al piso, quedando sobre el y dejandolo inmóvil.

— ¡Basta, oficial! ¿Que pasa aquí? —cuestionó Herc saliendo de la sala.— Los dos levantence.

— Becket, Pentecost, a mi oficina ahora— ordenó mi padre con seridad.

Antes de girarme, pude ver a Chuck tomar su brazo con fuerza, al parecer el golpe lo daño.

— ¿Te lastimaste tu brazo? Pobrecito— dije fingiendo lastima.

El quizo caminar de nuevo hasta mi, pero su padre lo detuvo de tal acto poniéndome frente a el.

— ¡Pentecost!— me llamo de nuevo mi padre.

Me gire con la cara en alto, y camine junto a Raleigh, hasta llegar a la oficina del Mariscal.

Titanes del Pacífico | Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora