Piloto

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Escuche sonar mi alarma, vi la hora: 9:45; "genial" pensé, de nuevo llegaré tarde a clases. Me levante de mi cama y me dirigí a mi armario buscando algo de ropa, agarre lo primero que vi y salí de mi habitación, baje las escaleras y fui directamente a la cocina para tomar algo de café (el desayuno tendría que esperar) iba a irme cuando noté que mi madre conversaba con alguien en la sala, así que decidí acercarme y ver.
Estaba con un hombre mayor, caucásico, tenía una pequeña barba canosa. Lo primero que podías notar en él a simple vista es el hecho de que era una persona con recursos, era fácil saberlo por la manera en que vestía: tenía puesto un lujoso y bonito traje, sombrero y lo que lograba distinguirlo de todo, un monóculo.

-_____, cariño por fin despiertas, quiero presentarte a alguien - dijo mi madre con un tono amable - El es Sir Reginald Hargreeves
-T/N: Hola - estreche su mano apresuradamente - es un completo placer, y me encantaría quedarme a conocerlo más - dije con un todo sarcástico - pero ya voy tarde, en serio que voy tarde.
-Toda una joya - me respondió Reginal - realmente encantadora - escuche a mi madre reírse y decir "así es"
No lograba entender lo que estaba pasando
-_____, mi amor, siéntate. Es importante que hablemos del tema-sonaba algo inquieta así que decidí ceder - Bueno _____, lo qué pasa es que, a partir de ahora, yo ya no podré cuidarte más - su voz se quebraba - no puedes seguir viviendo aquí
-T/N: Es una broma, ¿no? - le sonreí pero lentamente fui quitando esa cara - Bueno, si tú ya no te encargarás de mi, ¿quien lo hará?
-Lo haré yo- dijo firmemente Sir Reginald mientras se ponía de pie- asi que anda señorita, empaca tus cosas que partimos ya mismo - finalizó. Tenía una manera de hablar en la que irradiaba cierta seguridad -
-puse una cara de confusión- T/N: ok, esto no tiene sentido, ¿por que haría algo así? ¿por que cedería a irme a vivir con un extraño- volteé a ver a Reginald- no se ofenda, pero realmente no lo conozco y luce algo, ummmmm..... aterrador
-Querida, es por tu bien, él te ayudará con tus problemas- dijo mamá

Sabía a lo qué mi madre se quería referir. Conforme fui creciendo, logre darme cuenta de qué era diferente a todos, tenía habilidades que los demás no poseían, hacía cosas increíbles. Pero poco a poco fui reprimiendo aquellos dones o al parecer "poderes" como comúnmente los llamaban, temía a que si la gente se daba cuenta de que no era como ellos en el mejor de los casos me tacharían de fenómeno; en el peor se aprovecharían de mi. Eso y el hecho de que realmente no podía controlarlos.

-T/N: no sé de qué me hablas - dije tratando de ocultar la verdad-
-_____ no hay necesidad de que mientas, Reginald está dispuesto a ayudarte, lo hará de verdad- tomo mi mano -
-T/N: ¿y como se que quiere ayudarme?- estaba apunto de echarme a llorar- ¿como se que no quiere encerrarme y lastimarme? ¿o experimentar conmigo? -
-Pequeña- dijo Reginald mientras se acercaba a mi, se arrodilló para poder estar a mi altura - jamás sería capaz de hacerte algo así, lo único que quiero es que alcances tu mayor potencial con esos dones tan extraordinarios. Hay más como tú, estarás donde siempre debiste estar
-T/N: ¿más como yo? ¿hay otros chicos con poderes como los míos?- dije sorprendida-
-Tienen habilidades diferentes, pero al igual que tú son especiales y son 6 más- comentó Reginald

Durante 15 años me sentí sola, a pesar de estar rodeada de gente, de amigos; sabía que nadie podía comprenderme y que nadie más se reprimía de la forma que yo lo hacía. El saber que había otros 6 iguales a mi, con poderes y en un lugar donde podían ser ellos completamente hizo que al final accediera a irme, así sería más fácil para mi y para mamá.
Subí a mi habitación lo más rápido posible, empaque lo necesario, pues eso me había dicho Sir Reginald Hargreeves o papá que era como quería que lo llamara a partir de hoy. Estaba en la puerta de mi casa, con mis cosas en la mano y lista para un nuevo comienzo, le di un abrazo fuerte a mamá y me despedí de ella.
Ya en el auto rumbo al aeropuerto comencé a imaginarme todo lo que me esperaba allá y él como serían esos 6 chicos. Para ese entonces estaba emocionada, pero realmente no sabía lo que me esperaba, no sabía que el infierno para mi apenas estaba comenzando.

Del odio al amor (número 5 y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora