Cuando desperté estaba de vuelta en la academia, me encontraba en mi habitación.
Recordé lo que había sucedido, sentía como todo el cuerpo me pesaba, no podía mantenerme de pie pero aún así encontré la forma de hacerlo.
-Deberías descansar - Diego estaba recargado justo al pie de la puerta - No fue un golpe ligero
-T/N: Cinco - fue lo primero que dije - ¿donde esta número 5? - añadí viendo que Diego no podía comprenderme -
-No lo sé, no lo he visto - pasaba un cuchillo entre sus dedos -
-Él estaba conmigo - comenzaba a preocuparme - ¿donde está? ¿como llegue aquí? -
Me costaba recordar lo que había pasado. Hubo una explosión, recuerdo bien como los oídos me zumbaban. Después de eso todo estaba en blanco
-Tampoco lo sé - dijo - supongo que te trajo aquí y después se fue -
-T/N: Pues debemos buscarlo - camine hasta el punto de quedar cerca de Diego
-¿Para que? - se notaba molesto - ni si quiera le importamos -
-T/N: Da lo mismo, lo buscare y TÚ vienes conmigo -
Ni si quiera me importo mi aspecto, sabía que no estaba en las mejores condiciones para salir pero tenía que encontrar a número 5. Mierda, mierda, mierda.
Estábamos por salir de la academia cuando escuché a Luther hablarnos.
-¿A donde van? - preguntó - no pueden irse, es importante estar juntos después del ataque -
-______ está preocupada por 5 - respondió Diego -
-No lo he visto - añadió Luther - deberíamos buscarlo -
-Wowowow, ¿tú también, fortachón? no hablas en serio -
-T/N: No hay tiempo para esto - dije sabiendo que se aproximaba una pelea entre ellos dos - Luther, vienes con nosotros también -
Subimos al carro, me acomide y Luther fue el primero en hablar:
-¿Cual es el plan? -
-T/N: Mierda, no lo sé - no mentía. No tenía ni idea de donde comenzar a buscar a número 5 -
-Se me ocurre un lugar donde podría estar - dijo Diego -
El trayecto transcurrió tranquilo, para ser honesta era la primera vez que pasaba tanto tiempo con mis hermanos.
-Y bueno, ¿que es lo que se traman cinco y tú? - preguntó Diego mientras giraba en una calle -
-T/N: No se a que te refieres - mentí. No quería involucrar a ninguno de ellos en esto, y estaba segura de que cinco tampoco -
-Los dos han estado ausentes - añadió Luther -
-Se que traman algo - dijo Diego ignorando el comentario del fortachón - y lo voy a averiguar cueste lo que cueste -
-T/N: ¿Debería de tener miedo? - lo mire. Diego tenía buenas intenciones y lo apreciaba, pero este no era asunto suyo - porque sinceramente me pareces adorable -
No hubo más conversación, nos estacionamos frente a una biblioteca.
-Es aquí - dijo Diego -
La biblioteca era enorme y contaba con un sin fin de pasillos y estantes llenos de libros, tenia divisiones y tres pisos. Si número 5 se encontraba aquí nos costaría una eternidad hallarlo.
-T/N: Será mejor que nos separemos. Luther busca aquí abajo, Diego y yo iremos a la parte de arriba - esperaba que Luther pusiera alguna objeción pero no fue así. Era número 1 y no tenía ni idea de como liderar -
Ya en el segundo piso me separé de Diego, recorrí cada uno de aquellos pasillos repletos de interesantes y distintos libros, en otras circunstancias hubiera resultado ser un paseo divertido. Pase mis dedos por los estantes y me detuve en uno, lo saque y entendí porque llamaba tanto mi atención; era el libro que Vanya había escrito. Jamás lo había leído, me parecía soso y tampoco era algo que me importara, pero sabía que gracias a este tenía problemas. Había contado cada uno de nuestros secretos, sacado a la luz a nuestra familia. Le di una hojeada leyendo un poco de el, una parte de mi temía que hubiera escrito sobre todo lo que viví ahí: mis entrenamientos, las torturas... el experimento fallido pero también esperaba que lo hiciera, la gente merecía saber la verdad, merecía saber quien era Sr Reginald Hargreeves.
Escuche la voz de Diego, lo deje de donde lo había tomado y rápidamente fui hacia donde él estaba.
Llegue al mismo tiempo que Luther.
-Lo encontré - dijo Diego orgulloso -
No sabría describir la escena que estaba viendo. Cinco estaba sentado, abrazaba a un maniquí o a una parte de este y estaba completamente rodeado de botellas de alcohol.
Me acerqué lentamente para no asustarlo.
-T/N: Cinco - susurré - tenemos que irnos -
Lo escuché quejarse, apestaba a alcohol y seguro que se negaría si seguía insistiendo.
-T/N: Luther - volteo para verlo - ¿crees que puedas cargarlo? Lo llevaremos de vuelta a la academia -
-No - intervino Diego - No es seguro ahí, esos dos los estarán buscando, tengo un mejor lugar donde podrían estar a salvo -
Diego tenía razón así que acepte.
Caminamos a ciegas por un rato, hasta que cinco comenzó a hablar.
-Aggg - gruño - bájame -
-T/N: estás borracho - le respondí -
Me volteo a ver, al parecer no se había percatado de mi presencia.
-Número 8 - susurró - acércate, necesito que sepas algo. Todo se está yendo a la mierda y es mejor que lo sepas de una vez - eructo -
Luther se detuvo y lo acercó a mi. Lo llevaba cargando en sus hombros como si fuera un costal de papas.
-_______ - aclaró su garganta - yo, yo creo que, yo te a... - no pudo terminar de hablar, estaba vomitando. Me había vomitado, desde la ropa hasta mis botas - si, así está mejor -
-T/N: Bueno - dije viéndome embarrada de vomito - qué lindo -
Seguimos caminando, apestaba a alcohol y vomito. El apocalipsis no mataría a cinco, pero definitivamente yo si.
Por fin llegamos al lugar, vi abrir a Diego la puerta de lo que parecía una gigantesca bodega.
-T/N: ¿Seguro que es ahí? - mire a mi alrededor -
-Solo pasa y cállate - respondió Diego
El lugar era un gimnasio de box, lo supe de inmediato porque tenía un ring, pesas y costales. Entramos por un estrecho pasillo hasta el fondo, ahí se encontraba una habitación: era pequeña, con una mala iluminación y sucia. Sentía pena por Diego.
-Déjalo ahí - señaló la cama -
Luther dejo caer al ebrio de cinco en la cama.
La puerta se volvió a abrir y entró un señor: era grande de edad, tenía canas y se veía cansado.
-Diego - dijo - te hablo una detective, no recuerdo su nombre -
-Patch - respondió rápido Diego - ¿que quería?
-Dijo que la buscaras en esta dirección - le entregó un papel -
-¿Hace cuando llamó?- preguntó Diego tomando el papel -
-No lo sé, 30 minutos tal vez - salió de la habitación - No soy tu mandadero -
- Tengo que irme - finalizó Diego - ustedes cuiden a cinco. Regresare pronto -
Diego salió rápidamente y fui tras él, apresuré mi caminar para poder alcanzarlo.
-T/N: Hola - dije - estás de suerte, porque decidí acompañarte.
-Apestas a vomito - fue todo lo que me dijo -
Subimos al auto y nos dirigimos al lugar en silencio, cuando por fin llegamos note algo extraño, ya había estado ahí: era el hotel donde aquellos dos me habían secuestrado. ¿Seguirá Klaus ahí? Tenia que hacer el intento y buscarlo.
Estábamos por bajar cuando tome a Diego del brazo y le dije:
-T/N: Diego - me volteó a ver - ellos están aquí-
-¿Ellos quienes? - parecía consternado -
-Las personas que entraron a nuestra casa - dije - Lo se porque yo estuve aquí -
-Tendremos cuidado - fue todo lo que dijo para después bajar del carro -
Lo seguí, recordaba muy bien cuál era la habitación, así que me dirigí rápido y sin tanteos al lugar.
No pude evitar notar que algo andaba mal, la puerta de la habitación estaba abierta.
-Detrás de mi - dijo Diego, me resultaba curioso que quisiera protegerme aun sabiendo que era mucho más peligrosa que cualquier persona -
Me puse detrás de él, entro a la habitación y yo me quedé afuera para vigilar que no llegara nadie.
-No no no - escuché el grito de Diego -
"Klaus" pensé, entre a la habitación y vi a
Diego arrodillado sosteniendo un cuerpo, pero no era el de Klaus, era una mujer. Era Patch.
Podía escuchar a lo lejos las sirenas. Tome a Diego del brazo y comencé a jalarlo.
-T/N: Tenemos que irnos, la policía ya viene -
-Patch - le sostenía la cara - Patch quédate conmigo -
-T/N: No hay nada que podamos hacer. Vamos-
El corazón se me hacía trizar, jamás lo había visto así, estaba roto y sabía que no dejaría esto pasar. Diego tomaría venganza y yo estaba dispuesta a ayudarlo.
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Del odio al amor (número 5 y tú)
FanfictionNunca me lleve bien con nadie de la academia. Pero siempre sentí cierta tensión con número 5, no sabría describir lo que era; después él desapareció. - Tú tienes tus planes, y número 5 los suyos, pero en algún momento ambos tendrán que trabajar junt...