Disculpa ¿Eres mi jefe?

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No pude dormir nada en toda la noche pensando en cómo sería subir más allá del piso treinta y ocho. Tenía bastante curiosidad ¿Cómo sería el jefe? ¿Cómo era la gente que trabajaba en esos pisos? y, sobre todo, los rumores de que el jefe era gay ¿Serian verdad?

Durante la mañana en la escuela no había nada nuevo, profesores aburridos con clases aburridas y tareas peores. Los chicos no estuvieron conmigo durante la primera y segunda hora de clase así que fue una tortura total. El restante la pasee bromeando, haciendo enojar a Sandra, lo cual era muy fácil de causar y preguntándole a Ernesto a cuantas chicas se tiraría de aquí a la próxima semana, se que suena bastante mal, pero bueno es una realidad, y la verdad en su lista habían cinco. Ni yo cuando era un libertino, aunque aún lo seguía siendo, pero tenía aproximadamente tres meses que no estaba con nadie y no es por qué no tuviera con quien, sino que no tenía tiempo para el sexo, aunque costara creerlo.

Cuando Cloe fue por mí para que la fuera a llevar a la casa de una amiga a buscar algo de lo que no me quería informar, faltaban aproximadamente una hora y media para comenzar a trabajar. Llegamos a la casa a tiempo para que no retiraran los platos de la mesa y pudiéramos comer.

Termine de comer y subí a mi habitación, tome una ducha rápida y me comencé a arreglar. Camisa negra, pantalones negros de vestir y mis zapatos. Me peiné el cabello lo más que pude cosa que era casi imposible ya que nunca se quedaba como quería. Llegue al trabajo faltando cinco minutos para comenzar mi turno, mi jefe me mostró lo que tenía que hacer y me informo que tenía que subir ya.

***

Estaba repartiendo el correo por casillas a cada piso, hasta que al fin llegue al piso sesenta. No podía creer que me tomo dos horas repartir el correo en los demás pisos. Antes de seguir fui a la cocina a servirme algo de beber, me estaba muriendo de sed. Cuando dejé el vaso en el fregadero y me di vuelta me sorprendí al ver que alguien estaba detrás de mí.

Dios santo que estas en los cielos ¿Quién era él? Un hombre de un metro noventa y nueve o dos metros tal vez, cabello oscuro, sus ojos parecían verdes, pero con un toque de miel, labios carnosos y un rostro que parecía esculpido en piedra. Debajo de ese traje Armani parecía haber un cuerpo el cual había costado varias horas en el gimnasio.

Él era lo que mis amigas llamaban un dios griego. Yo no era gay, aunque tampoco podía decir que era heterosexual, nunca me considere dentro de una clasificación, para mí era alguien con mente abierta, pero de ahí a gustarme un chico nunca me había pasado.

-Discúlpame ¿Me podrías pasar un vaso? - me pregunto. Su voz era tan áspera y exigente. Si aquí arriba trabajaban hombres así tendría que venir más seguido.

-Claro toma- se lo paso.

-Muchas gracias- tomo el vaso y se sirvió- ¿Cómo te llamas? no te había visto

-Me llamo Joseph, pero me dicen Josh ¿Y tú?

- ¿No sabes quién soy? - me pregunto con una ceja alzada.

-Tendría que saberlo- inquirí confuso.

-Supongo que sí, todos lo saben.

-Oye si estarás con este juego de "quién soy, descubre lo" no tengo tiempo, tengo que trabajar.

-Oye tranquilo - Comenzó a reírse, ¿Se está riendo de mí?

-Deja de reírte, no sé qué tiene tanta gracia-ya me estaba cansando podía ser muy guapo y todo, pero tenía que seguir trabajando y él me estaba haciendo perder tiempo preciado.

-Está bien- dijo y me sonrió de lado- Mi nombre es William Franco mucho gusto- me tendió la mano. ¿Qué acaba de decir? Creo que me acaba de dar un infarto, juro que mi corazón dejo de latir.

- Disculpa ¿eres mi jefe?- fue lo único que fui capaz de decir, en serio Joseph no puedes ser más inteligente. Si te acaba de decir su nombre y obvio ese es el nombre de tu jefe, ¿Acaso eso no supondría que lo es? Mejor dejo de discutir conmigo mismo.

-Sí, lo soy -me dio una sonrisa torcida hasta eso hace sexy, que labios. Maldición Josh concéntrate.

-Jefe, yo, disculpe por hablarle así- Genial, buen momento para tartamudear.

-Tranquilo, no pasa nada- me sonrió- no sabías quien era, ¿Acaso eres el nuevo de correo?

-Bueno se podría decir que sí, me encargaba de los pisos de abajo pero ahora lo haré de aquí.

-Que bien- me comenzó a mirar de arriba a abajo y cuando llego a mi rostro se quedó viendo mis labios, lo único que pude hacer fue morder mi labio y como reflejo se lamio el suyo. Eso sí que fue excitante.

-Bueno Joseph, esperó que no se repita lo de Andrés.

-No señor, eso no pasara-le dije.

-Bien, pero no me llames señor, dime William

-Está bien William, bueno yo tengo que seguir trabajando

-Claro, espero verte más seguido- ¿Me acaba de guiñar el ojo?

-Claro- Conteste nervioso

Me alejé lo más rápido que pude sin que pareciera que huyera, aunque era eso lo que en verdad hacía. Dios, ese hombre me pone nervioso, muy nervioso. Termine de arreglar todo y baje, acabe con un par de cosas en el primer piso y cuando me di cuenta ya era mi hora de salida. Salí, me despedí de la seguridad y fui rumbo a mi carro. Cuando estaba a punto de montarme sentí que alguien estaba observándome y cuando di la vuelta mi jefe me estaba mirando de una manera intensa y si antes estaba nervioso, ahora hiperventilaba.

Me subí lo más rápido que pude al vehículo y comencé el trayecto a casa. Solo pensaba en él, su rostro no se iba de mi mente. Mierda no era gay, no soy gay, comencé a repetirme eso, a ver si me lo creía. Porque, aunque no me tenía en una "categoría" en relación a mi orientación sexual, no me podía imaginar a mí mismo siendo gay, lo sé muy estúpido de mi parte, pero bueno esa era la realidad.

Llegue a casa y subí directo a mi habitación, ojalá que mamá no se haya dado cuenta de que entre con los zapatos porque si no, estaría en problemas. Tome una ducha de agua tibia para despejar mi mente, pero él seguía ahí y no se iba. Me tire a la cama, no tenía ganas de bajar a cenar no ahora. Traté de conciliar el sueño, hasta que lo logre, pero él aún estaba en mi cabeza, lo único que pude pesar antes de caer en un profundo sueño fue que mañana sería un día bastante largo.

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Disculpa ¿Eres mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora