¿Por qué lo soporto?

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Willy hundió la punta de la pala en la tierra húmeda frente a él antes de apoyarse en ella para tomar un respiro.

Miró frívolamente el agujero que había cavado, al fin tenía el tamaño adecuado.

Esperaba grandes honorarios por este por supuesto, él estaría encantado de recostarse ahí para siempre.

El  hoyo y la lápida estaban hechos así que técnicamente su trabajo había terminado hasta que tuviera que arrojar treinta quilos de tierra sobre una persona mañana. 

Suspiró levantando sus ojos aparentemente cerrados hacia el cielo anaranjado que se comenzaba a poner mientras pasaba su muñeca vendada por el flequillo húmedo que había comenzado a estorbar.

Este estado de ánimo…

No podía evitarlo simplemente, era como si se estuviera pudriendo por dentro.

Nada particularmente doloroso, simplemente se estaba pudriendo. Cada noche tuvo pesadillas sobre gusanos arrastrándose debajo de su piel perdiendo cada vez más sensibilidad.

Quizás estaba muriendo.

Alguien debería haber escrito esa advertencia en grandes letras rojas sobre el concepto de las almas gemelas en los libros de texto.

Solo hablaban acerca de lo maravilloso que era.

Nadie tenía idea.

Sus cejas se arquearon con disgusto apartando su cara de los colores incendiándose en el cielo, montó la pala sobre su hombro antes de salir de la tumba.

Quería regresar a casa y no ver el atardecer.

Acercó su guante sin dedos y abrió el inventario que se materializó frente a él, guardando su pala nivel cuatro cerca del veneno para Endermites que gastó esta mañana en el cementerio.

Tendría que pedirle más al viejo Hannibal después del entierro.

Cerró su mano junto al inventario arremangando correctamente las mangas de su chaqueta abierta dispuesto a caminar hacia la salida.

Hasta que se topó con la tumba vacía de nombre familiar.

Alguien le había puesto flores a Staxx otra vez.

Se adelantó hacia la piedra liza sin ningún tipo de respeto y robó las flores que habían sido colocadas delicadamente sobre la lápida.

Campánulas azules.

Símbolo de la esperanza y perseverancia.

Pasó su dedo por el pétalo aterciopelado.

Azul…

El color azul era el símbolo del romanticismo siempre anhelando lo infinito.

Que asco.

A pesar de todo las flores eran tan hermosas como si las hubiera elegido él mismo. Con una mirada ilegible acercó las flores a un lado de su cabeza y esperó.

Se dice que si escuchas el tintineo de una Campánula estas destinado a morir pronto.

Quizás alguien estaba intentando decirle algo en lugar de a Staxx.

Enserio que rata más asquerosa.

Con un chasquido de lengua desplegó su inventario nuevamente y arrojó las flores hurtadas en algún espacio antes de volver a cerrarlo.

Justo en ese instante su mano vibró anunciando una llamada entrante invocando una nueva pantalla delante de él.

Colgó la llamada apenas leyó el nombre. No estaba de humor ahora.

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