¿Mi Poder es...?

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(Normal Pov)

Las muñecas que cargaban a un Renja agotado como inconsciente cada vez eran más, portando desde lanzas y escudos hasta espadas, espadones e incluso pequeñas armas de fuego de chispa, un grupo formando una cuadrilla defensiva/ofensiva alrededor del grupo que lo llevaba a través del oscuro bosque de la magia, destilando energía, poder sin adulterar a cada paso. Los youkais miraban ocultos, gruñendo, maldiciendo para si al perder una comida fácil.

Luego de varios minutos llegaron al medio de una cabaña en medio de un pequeño prado donde la luz del sol daba de lleno, tan diferente de la oscuridad que los árboles alrededor del pequeño hogar.

Las muñecas abrieron la puerta y dejaron al joven en el sofá con cuidado para acto seguido levantarlo un poco quitándole el abrigo como las botas y colocarle una manta hasta el vientre, mientras una pequeña muñeca, diferente a las demás, portando ...

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Las muñecas abrieron la puerta y dejaron al joven en el sofá con cuidado para acto seguido levantarlo un poco quitándole el abrigo como las botas y colocarle una manta hasta el vientre, mientras una pequeña muñeca, diferente a las demás, portando un abrigo rojo y una cinta atada en su cabello rubio a juego se sentó en su pecho y desabotonó los botones uno a uno exponiendo su pecho.

Las muñecas volaron alrededor trayendo una cubeta con un paño, una lo tomo para limpiarle la suciedad y otra tomó otro paño para ponerlo en su cabeza luego de que notaran que estaba ardiendo en fiebre, se detuvieron al escucharlo dar un sonoro jadeo mezclado con un gruñido ante la acción pero principalmente ante los zarcillos negros que brotaron de sus brazos, hombros y pecho, estos se movieron alrededor del cuerpo, analizando, "mirando" todo y nada; al percibir a la muñeca más cercana uno se acercó lentamente, serpenteando por encima de la piel de Renja y cuando estuvo a menos de unos pocos centímetros la tomo.

La muñeca no hizo nada, más solo se quedo esperando algo. El zarcillo la estrujo mientras se enrollaba sobre ella, buscando cualquier amenaza, cualquier indicio de agresividad para con el hombre.

Cuando no detectó ninguno la soltó y la dejó a sus anchas, esto produjo que todos los zarcillos se retraigan cuidadosamente dentro de su "huésped".

Las muñecas parecieron que tenían mente, ya que se miraron entre ellas para luego encogerse de hombros y continuar tratando a Renja....si es que en verdad hubiera algo que tratar, su cuerpo prácticamente había sido roto en miles de pedazos una y otra vez para armarse, sanar, regenerarse al completo y seguir luchando casi inmediatamente cuando debería estar muerto.

No había ni una sola cicatriz, tajo u herida abierta que necesitara tratamiento alguno, incluso su ropa estaba entera, solo tenía polvo como tierra encima, cosa que se aseguraron de quitar.

En otra parte de la casa, en un estudio se escucho el sonido de un libro cerrarse mientras las manos surcaban la tapa de cuero del mismo con pereza pero en verdad la persona estaba en una profunda reflexión, pensando en lo que vio mientras regresaba de recoger materiales para sus experimentos y estudios.

-.........-en su cabeza pensó en lo que sea que poseía Renja, esos "hilos" podrían ser de mucha ayuda en su investigación, casi podía ver su sueño, una de sus más grandes ambiciones completas a pocos pasos de ella, pero primero, debía ayudarlo, como a muchos otros que terminaban en este bosque infestado de youkais antes del propio Renja.

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