28. Presente indefinido.

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28.

 

Esta vez estoy listo para correr. Escapar de la ciudad y perseguir el sol.

Zayn sabía que no debía sentirse mal por el hecho de que Charlotte tuviera otros amigos. Es más, esa era una cosa normal; tú tienes amigos, y tus amigos tienen otros amigos, y es una cadena que puede o no romperse en algún punto. ¿Quizás Zayn era el punto? No lo sabría decir.

La cosa es que no le molestaba que Charlotte ahora de repente tuviera más tiempo para la nueva vecina o para sus amigas en la escuela, pero se sentía algo solo en las tardes una vez que se terminaban las cosas que hacer.

Nunca pensó mucho en cuan unidos eran él y Charlotte hasta que ya no lo fueron más. ¿O quizás era parte de su imaginación? ¿Quizás estaba siendo otra vez muy dramático?

Él también podría hacer amigos, pero no era tan fácil como se suponía que debía ser, al menos no para Zayn. No podía entrar en un grupo y sonreír y ser genial, él era el chico callado, él era el que prefería sentarse solo y nadie parecía querer cambiar eso, ni siquiera Zayn.

Así que cuando esta solo una tarde, decide que lo mejor va a ser pintar algo hasta que esté tan cansado que sus huesos le griten que debe tomar una siesta. Muy dentro suyo esperaba que Charlotte llamara, pero eso no sucedió, porque ella tenía nuevos amigos, más interesantes, supuso Zayn; ¿Y no es eso lo que él quiso desde el principio? ¿Lo mejor para Charlotte?

¿Por qué ahora estaba siendo tan egoísta?

— ¿No vas a ir con Charlotte hoy? —preguntó su mamá en el marco de la puerta, con voz suave y tranquila—. Si no vas ahora luego podría hacerse muy tarde.

—No quiero ir —mintió, dejando sus lápices de papel a un lado, cerrando su libreta—. No quiero ir más.

Trisha lo miró unos segundos, analizándolo.

— ¿Están peleados ustedes dos?

—No —respondió, sintiéndose imprudente—. Ella solo… tiene otras cosas que hacer.

Zayn se sentía inútil, para qué mentir, si tuviera un poco mas de vida, estas cosas no pasarían, pero entonces ¿para qué querer algo que deseas perder luego? Trisha se acerco a él, sentándose en la esquina de la cama.

— ¿No quieres ir al parque, entonces?

Zayn bufó, mirándola de mala cara.

—Mamá, no tengo seis años.

Trisha le sonrió con cariño.

—Pero siempre fuiste alguien muy difícil de conllevar ¿no?

— ¿Lo soy? —pregunto de pronto, triste ¿quizás la gente no lo quería por eso? No, la gente no lo quería porque era raro. Eso era.

—Yo creo que eres asombroso —le dijo, volviendo a levantarse y pasando sus dedos por su cabello azabache —. Y creo que Charlotte también lo hace.

Zayn no respondió de nuevo, pero dejó que el pensamiento lo reconfortara un poco.

***

Charlotte estuvo ocupada todos los días después de ese. Zayn siguió sintiéndose inútil. Ella llamaba o lo visitaba aun, a veces hablaban por horas en el patio trasero, tumbados en el césped. Charlotte hablaba de su nueva vecina, Etna, que por cierto tenía un bastante extraño acento, y olía siempre a una tarda de frambuesas, y que era divertida y genial. Zayn escuchaba a Charlotte, pensando que él nunca iba poder ser tan interesante.

En un momento cuando empezaba a ser mucho frío, Zayn se quitaba su suéter y se lo pasaba a Charlotte ella le sonreía y le preguntaba cómo había estado, Zayn le decía que bien, nada interesante, y eso era absolutamente verdad.

Zayn una noche pensó que Charlotte seguía ahí porque tenía miedo de que él hiciera otra de sus locuras, otra de sus locuras como saltar de techos o pensar en rincones muy oscuros para un chico de catorce años. Pero luego descarto el pensamiento, porque le llegó a la mente todas esas veces donde Charlotte le dijo que lo quería, y todas esas veces que se sintió bien.

***

En la escuela los chicos eran muy imbéciles. Es todo lo que Zayn podía decir de ellos, desde un tiempo solo hablaban de chicas y besos y masturbación. Okey, quizás el hecho de que Zayn no se juntara con ellos no significaba que no pudiera escucharlos. Supuso que eso era algo normal, pero prefería estar sentado en su banca de siempre comiendo un sándwich. Charlotte lo acompañaba pero ya no tanto.

También estaba Liam, pero Zayn era muy malvado y prefería ignorarlo.

— ¿De verdad no quieres ir a jugar? —le preguntaba. Zayn diría que sí, claro, si sus huesos no ardieran y sus pulmones no fueran tan inútiles. A Liam parecía gustarle mucho el futbol.

—No, estoy bien así —le respondía, seco.

Un día Liam volvió a acercarse, esta vez no tenía una pelota bajo sus brazos. Llevaba una lata de gaseosa y unas papitas.

— ¿Puedo sentarme? —le preguntó. Zayn lo miró unos segundos, casi estaba esperando que Charlotte viniera esta vez, pero suspiró, asintiendo con vacilación. Liam se sentó a su lado ese día, y el día siguiente, y los que le siguieron.

***

Charlotte vino un martes a la tarde, parecía triste y a penas vio a Zayn lo envolvió en sus brazos. Ninguno dijo nada, Zayn aun estaba medio dormido porque lo había estado por unas dos horas y Charlotte era suave y le hacía cerrar los ojos con fuerza.

—Lo siento —le dijo ella, para luego darle algo que tenia envuelto en una mano. Él lo tomó sin preguntar y Charlotte sonrió un poco—. Eres asombroso ¿lo sabes, no?

Zayn no volvió a responder, pero si a abrazarla. Le gustaba abrazarla, tenerla cerca, siempre era algo reconfortante, se sentía como un hogar en unos brazos. Se trataba de cerrar los ojos y sentirse tranquilo.

Charlotte se fue temprano ese día. No volvió después.

***

Abrió el sobre una semana después, era un papel doblado y arrugado. Entornó los ojos, casi sonriendo por reflejo. Era un dibujo de dos niños, un niño que no sonreía y una niña que lo hacía con exageración, y una pequeña muñeca. Y justo bajo el dibujo, con una letra desordenada y cursiva, decía:

Charlotte+Zayn=Amigos por siempre.

Se pregunto si la palabra siempre era solo por un presente indefinido o si en realidad alcanzaba todo el tiempo que él esperaba que fuera.

N/A: se acerca el final :( 

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora