4. Ángel guardián.

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4.

Anna empezó a ser realmente Anna cuando Charlotte tenía unos cuatro años. Empezó cuando su mamá decidió irse, irse para siempre. Anna le decía: Ella está con Dios ahora. Pero nos cuida, bebé. Siempre.

Charlotte sabía que su madre estaba muerta. Claro que sí, y aún sin tener recuerdos tan claros de ella y con seis años, ella sentía la perdida. Sentía brillar la ausencia de alguien más a su alrededor. Pero jamás comentaba al respecto porque Anna se ponía histérica, lloraba o se enojaba, susurrando preguntas que quizás nunca tendrían respuestas.

Por lo general no iban mucho al cementerio, era un lugar algo como tétrico y siempre, si mirabas el cielo, éste estaba nublado. Todo tan roto, tan triste, tan... Anna.

Su hermana se encontraba a su lado, llorando, Charlotte simplemente la miraba y luego miraba la lápida. Se asustaba cuando Anna lloraba, lo hacía con un dolor tan desgarrador que te daban ganas de gritar que parará porque de no ser así todo el mundo lloraría. Todos.

—Mamá siempre te quiso —habló Anna de pronto—. Ella jamás pensó siquiera en dejarnos. Pero a veces las cosas no son como la queremos. Dios la quería en el Cielo. Junto a él.

Charlotte lo sabía. Maldición, ella lo sabía. Su hermana siempre decía eso. Dios la quería en el Cielo. Ella ahora está mejor. Es feliz.

—Pero nos cuida —prosiguió a decir Anna, secándose las lágrimas—. Igual que un ángel guardián.

Lo sé, pensaba la pequeña, lo sé, Anna. 

{...}

 

Zayn se tambaleó hacía atrás cuando Dexter lo empujó. Dexter parecía amar la manera en la que Zayn se caía y hacía un mohín, como si quisiera llorar. Pero no lo hacía, él era más fuerte que eso.

Charlotte siempre llegaba en el momento que todo ya había pasado. Y sólo observaba a Zayn en el suelo. Pero esta vez decidió acercarse.

Dexter la miró, pero ella no le gritó o algo. Sabía que Zayn se podía defender si quería. Él era mejor que todo eso, y por eso no lo hacía.

Dexter desapareció a tropezones al notar que ya no encajaba en aquella escena. Charlotte ayudó a Zayn a levantarse, su mano era del mismo tamaño que la de ella, y parecían ser como piezas de rompecabezas. Aunque las manos de Charlotte estaban frías, como si las hubiera metido en un refrigerador por un tiempo. Y las de Zayn eran todo cálidas y te hacían sentir bien. Como un abrazo. Como una taza de café. Como la miel sobre el paladar. Bien. Muy bien.

— ¿Por qué simplemente no lo empujas? —preguntó la niña, mirando hacía él con los labios apretados.

—Yo no... —Zayn negó—. Y-Yo... sólo quería jugar junto a ellos y él vino y...

—Bien —ella soltó su mano—. Sólo no dejes que... que te empuje ¿sí? eres mejor que eso.

Zayn asintió, pero sabía que no haría nada.

{...}

— ¿Otro corazón de papel? —cuestionó la niña cuando Zayn se lo dio mientras bebía su jugo de naranja—. Si sigues con esto pensaré que estás enamorado de mí. 

Zayn frunció el ceño, como si estuviera indignado—. Creí q-que te gustaban.

Charlotte leyó la letra que estaba escrita sobre el corazón. Una T, como una T de taza, en cursiva. O quizás era una F, no es como si Zayn tuviera mala letra, para nada, era incluso mejor que la de ella misma, de todas formas... el punto era que el corazón era bonito.

—Me gusta —susurró jugando con la punta del papel. Se quedarón en silencio mientras él terminaba su sándwich.

Charlotte observaba el cielo, mientras estaban sentados en su ya típica banca.

En tan sólo una semana ellos habían adoptado una rutina en los recesos. Y esa banca  era oficialmente su lugar. De ellos dos. Y aún los pies de Charlotte no podían tocar del todo el suelo.

Charlotte habló de repente, como si hubiera rompido un hielo que había congelado todo por unos segundos.

—Oye, Zayn... ¿crees en los ángeles guardianes?

La pregunta dejó sierto desconcierto en el niño. Intentó vacilar en lo que fue un nanosegundo.

—Sí.

Charlotte volteó la cabeza hacía Zayn, quien la miraba atentamente.

— ¿Cómo? quiero decir... no puedes verlos.

Zayn sonrió, y Charlotte quizás nunca sepa el porqué lo hizo, pero de todas formas fue una sonrisa ladeada y pequeña. Una sonrisa muy tímida. Muy Zayn.

—Es cuestión de fé —dijo—. Mamá dice que la fé es muy importante. Sin fé no estaría Dios y todo eso.

—Fé, bien —repitió ella—. ¿Crees que yo... uh, tenga un ángel guardián?

Zayn encogió sus hombros pequeños, mirando hacía el cielo un instante y luego a su amiga. Le gustaba que ella fuera su amiga.

—N-No... no tengo idea —al ver la cara de Charlotte, se corrigió—. Pe-pero... seguro que sí.

De pronto estaba tomándola de la mano de nuevo. Un movimiento repentino. Él sólo vio su mano y quiso entrelazarla con la suya.  Pero a Charlotte no le pareció la gran cosa, era como un abrazo cálido entre sus fríos dedos y los de él.

—Pero... si no es así —susurró Zayn—, yo seré t-tu ángel guardián. Te cuidaré.

Charlotte sonrió. Era gracioso la manera en la que él no quería protegerse a sí mismo, pero quería cuidarla a ella.

También era gracioso la manera tan fácil en la que decía algo tan sagrado como aquello. Tan puro. Tan verdadero.

Pero a Charlotte le pareció bien. Zayn podría ser un excelente ángel guardián. Y quizás ella podría ser el suyo. Y los dos se protegerían contra lo que sea.

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N/A: Espero que les haya gustado, voten y todo eso. ah. <3

Dedicado a: brooklynwinter

¡Cambio y fuera! x

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora