29. Sinfonía.

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29.

Sabemos muy bien que es cuestión de tiempo, así que ¿Es tan malo bailar esta línea? Si tu corazón estaba lleno de amor, ¿Podrías renunciar a él?

En octubre, Zayn se empezó a preguntar si de verdad estaba loco. Pero entonces también se preguntó, ¿Qué era la locura? ¿Qué era realmente estar loco? ¿Podría considerarse un loco por tener pensamientos diferentes a los demás? ¿Podría ser un loco por querer saltar en un vacio y no volver a despertar? ¿Era un loco solo una persona diferente a lo demás? ¿Y que eran “los demás”? ¿Los que despertaban cada mañana con la misma rutina? ¿Una cantidad de personas con los mismos hábitos? Zayn no tenía respuestas. Nunca las tuvo, si era completamente honesto.

Estaba comenzando a ser terco con la mayoría de la gente, más con su madre, por alguna razón cada vez se ponía más de mal humor y ella le gritaba y él le gritaba de vuelta, y era un lio de sonidos que terminaba con  Zayn cerrando la puerta de su habitación con fuerzas y sin bajar a cenar.

Una noche le dijo a su madre que estaba cansado de los medicamentos, que siempre iba a ser lo mismo y que nunca realmente se sentiría como si perteneciera a alguna parte. Ella se sentó en la mesa de cocina, masajeando sus sienes, ahora se veía más mayor de lo que realmente era. Zayn estaba parado allí, esperando que ella respondiera a su confesión.

— ¿Dónde perteneces, entonces? —fue todo lo que le preguntó. Zayn tragó saliva, regalándole una sonrisa triste.

—No aquí —murmuró, sabía que estaba rompiendo el corazón de su madre. Pero ya no podía simplemente fingir que estaba bien, había tratado tanto—. No me siento cómodo conmigo mismo, desde pequeño he estado siempre tan jodido, tú más que nadie sabe eso. Incluso… —se mordió el labio, bajando un poco más la voz—. Incluso papá tenía razón cuando decía que yo era extraño. El siempre tuvo razón. Estoy loco.

Su madre respingó, intentando no llorar. Zayn no sabía si ella se sentía triste porque estaba dándose cuenta por fin que Zayn no tenia realmente un futuro definido, o porque aun estaba en negación para aceptar que su hijo, de hecho, había perdido la cabeza.

—Vamos a hablar después, Zayn —dijo por fin, sus ojos no mostraban ninguna emoción. Zayn por primera vez pudo reflejarse en ellos—. Intenta dormir ahora ¿sí? Y… toma tus medicamentos, por favor.

Zayn no volvió a decir nada, se habían estado peleando por los medicamentos también, porque el había dejado de tomarlos en sus horarios y a veces se ponía maniático. Podía sentir todavía las pastillas rasgar su garganta.

***

Liam le preguntó por qué pensaba que estaba loco. Ambos estaban sentados en la banca en el receso. Liam ocupaba un sándwich de pavo que hacía que el estomago de Zayn se revolviera, mientras él comía su manzana sin muchas ganas. Él le dio una mirada obvia a Liam, como si eso respondiera todo.

—Yo no pienso que estoy loco —le dijo, tranquilo. Charlotte estaba a unos metros, hablando con una de sus compañeras. Parecía tranquila, como siempre, y bonita. Zayn contuvo un largo suspiro—. Estoy loco, es un hecho.

—Oh —Liam se quedó pensando. Mirando directamente a Zayn. Las comisuras de sus labios tenían restos de migaja—. Yo no pienso que estés loco —dijo, suavemente. Zayn apretó los labios. “Eso es porque no me conoces” quiso responderle, pero Liam siguió hablando—. Yo pienso que sólo eres diferente.

—Diferente —Asintió en un gesto vago—. Eso es la locura, Liam. Algo diferente.

—Tú solo estás un poco triste —respondió otra vez Liam. Zayn se quería reír con amargura. Un poco triste, vaya cosa. Si estuviera un poco triste entonces estaría un poco más feliz, y entonces no estaría loco, sería como los demás. El resto de la gente que se levanta todos los días con la misma rutina. Que no piensa más de lo que debería.

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora