26. Espacio.

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26.

«Los espacios entre nosotros, mantienen todos nuestros secretos. Dejándonos sin palabras, y no sé por qué ¿Quién será el primero en decir adiós? »

Las mentiras son esas cosas que se oyen mal en los oídos y se sienten como toxico en la lengua, y los mentirosos son personas que practican tan bien sus mentiras que existe un punto en donde ellos mismos se lo creen, arrastrándote con su sonrisa y sus traviesos ojos en donde puedes ver el fuego que te quema, y es que los verdaderos mentirosos saben esconder bien sus ojos, aun cuando te estén mirando directamente, cuando sientes que alguien te está mintiendo, solo mira sus ojos, allí está la verdad, sí, pero… ¿Qué pasa con esos ojos que están tan muertos y son tan eléctricos a la vez? Y piensas, diablos, porque esa persona quizá está mintiendo pero sus ojos no dicen nada, absolutamente nada, vacios, y a veces llenos de algo que solo es una felicidad hipócrita que cansa con el pasar de los años.

¿Qué sucede con esas personas que mienten porque piensan que están protegiendo a otros? ¿Qué sucede con ellos? ¿Son realmente los pecadores o solo tristes ángeles caídos que buscan un bien entre la basura?

Imagina esto, o siéntelo; amas realmente a una persona ¿no es así? Estás amado, a él, a ella, a ellos, sientes que cuando cierras los ojos puedes ver su sonrisa y su tranquila respiración, sientes su suave mano contra la tuya, escuchas su voz como si hiciera eco en lo más profundo de tu mente, y hay algo mas, algo que te das cuenta solamente cuando sostienes a esa persona cerca, sientes que amas tanto que darías cualquier cosa por ese ser que está allí, como un ángel acurrucado entre una nube de algodón, estas enamorado, lo puedes sentir en las lagrimas húmedas que parecen arder como oro solido, ahora imagina esto, esa persona también te ama demasiado, tú lo sabes, eres consciente de ello. Estas en la punta del infierno, imagínalo, en el abismo de una oscuridad terrible y dulce a la vez, donde miras a esa persona pero retrocedes un poco y te sientes aterrado, pero aunque estas en el fondo, aun quieres que esa persona sea feliz, como sea y con quien sea, y debes irte, debes marcharte por razones que quizás son egoístas pero en ese momento tú piensas que estás haciendo lo mejor, y la única manera de hacerlo bien es mentir, mentirle a esa persona cuando te pregunta si todo está bien, e irse lentamente, ir cayendo suave, pero haciendo subir a la otra persona,, y mientras estas hundiéndote puedes verlo sonreír aun, porque le has mentido, le has dicho que estas bien y esa persona te cree y es feliz, y por lo tanto, aun con tu alma partiéndose a la mitad, tú sienes el suave calor en la boca del estomago. No importa si no imaginaste nada de eso, solo hay una pregunta: ¿Mentirías para ver a la persona que amas feliz? ¿Lo harías?

Zayn no estaba seguro de lo que estaba haciendo, no estaba seguro de si aquello era egoísmo, no estaba seguro si estaba bien o si estaba mal o si estaba completamente destrozado, no podía diferenciar entre sonrisas verdaderas y las que solo se formaban porque sí, quizás él había estado mintiendo desde hace mucho tiempo y su propio cerebro le estaba jugando una mala pasada. Lo que sea, Charlotte lo veía bien ante sus ojos y por lo tanto él se sentía bien, tranquilo, sin una guerra en su mente.

En el cumpleaños número catorce de Zayn, él decidió decirle a su madre que quería ir a un festival que quedaba a unas dos horas en auto, un festival de música y algunas otras cosas en general, la madre de Zayn no dudo aceptar porque por lo general Zayn se mostraba bastante reacio en sus cumpleaños, era una mejoría, ahora ya no necesitaba tantos medicamentos para levantarse cada día, pero lo demás aun estaba ahí, el dolor en sus huesos y el frio, eso no iba a cambiar mucho, pero intentaba sobrevivir como podía.

Le preguntó a su mamá también si Charlotte podía venir, ella le había respondido que sí, pero debían tener la autorización de Anna, su hermana. No fue difícil, ese martes preguntarle a Anna, ya que ella respondió que no había ningún problema y le dio a Zayn una suave sonrisa, a veces Zayn miraba a Anna y se reflejaba en ella, sentía como si ambos estuvieran guardando los mismos secretos, o  las mismas mentiras, porque Anna también tenía ojos calculadores y parecía algo impotente pero en el fondo era demasiado dulce, aunque Zayn no tenia certeza de eso, no era de su incumbencia, tampoco.

Heart like paper » malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora