Oscuridad, absoluta y total oscuridad. Un joven se encontraba sentado, ocultando su rostro entre sus rodillas, no quería mirar, aunque en realidad no podía ver nada. Las sombras que alguna vez fueron sus amigas, ahora lo atormentaban. El corazón se le aceleraba, y en el silencio podía escuchar el sonido de sus latidos retumbando en su pecho. Tenía ganas de llorar, pero se negaba a hacerlo, sabía que no solucionaría nada derramando lágrimas por sus ojos. Debía ser valiente y enfrentar a su vieja amiga, pero sabía que no lo era, que no podría hacerlo.
Los ojos de aquel joven, que alguna vez fue llamado "el niño genio", captaron un fuerte resplandor, a pesar de encontrarse cerrados. Inmediatamente, una sensación de fuerte calor invadió todo su cuerpo, obligándolo a abrir los ojos. La oscuridad se había ido, dando paso a unas incontrolables llamas que cubrían todo aquello que los ojos de Ichijouji podían captar. Asustado, se echó a correr por un sendero que parecía dibujar el fuego incontrolable a su alrededor. Corrió unos cuantos metros, hasta que su cuerpo empezó a sentir la falta de oxígeno, que era mayor a la que hubiese sentido de no ser por la espesa capa de humo que cubría todo a su alrededor. Recién en ese momento se detuvo a mirar más allá de las llamas, intentando encontrar algo familiar en aquel lugar. Efectivamente había algo en el sitio que le transmitía cierta nostalgia, aunque no podía reconocer de qué se trataba.
Tras unos minutos recuperando el aire, pudo notar que el fuego seguía ardiendo, pero no aumentaba ni disminuía su intensidad, ni se propagaba por otras zonas. Eso le dio la tranquilidad de seguir caminando, sabiendo que si no se acercaba a las llamas, no correría ningún riesgo. Luego de caminar algunos minutos, que no podía precisar cuántos habían sido, llegó a una zona en la que las llamas se abrían, permitiéndole ver algo más que fuego ardiendo. Sus ojos pudieron observar un montón de rocas, que parecían ser las ruinas de una vieja construcción, rodeadas una vasta vegetación que se le hacían familiares. Tardó unos instantes en reconocer aquello, pero una vez que lo hizo no le quedaron más dudas, se encontraba en el Digimundo. Una gran cantidad de preguntas invadieron su cabeza de repente. ¿Cómo había llegado a aquel lugar? ¿Dónde estaban los demás? ¿Dónde estaba Wormmon? ¿Qué estaba sucediendo? ¿De dónde provenían aquellas llamas? Demasiadas preguntas a las cuales no podía encontrarles respuesta alguna.
Un fuerte ruido proveniente de las llamas captó su atención. Una silueta empezó a dibujarse a través del fuego ardiente, y aunque no podía reconocer de qué se trataba, le resultaba familiar. Finalmente, la figura salió de entre las llamas dejándose ver, y provocando que los ojos del elegido de la amabilidad se abrieran de tal forma, que parecía que abandonarían sus órbitas.
-¿Davis?- apenas llegó a murmurar con la voz cortada.
-Ken, ayúdame- respondió el colorado, mientras estiraba su mano hacia su amigo. Ichijouji observó la sangre que cubría todo el rostro del heredero del valor y la amistad, además de su cuerpo que presentaba magulladuras, y su atuendo con agujeros en varias partes.
-Davis, ¿qué ha suce...?- antes de que pueda completar la frase, el chico se desplomó ante sus ojos-. ¡Davis!- gritó, mientras corría hacia él.
-Protege...- susurró.
-¡Aguanta Davis!- exclamó desesperado, mientras las primeras lágrimas empezaban a salir de sus ojos-. Te sacaré de aquí.
-Debes protegerla- volvió a murmurar, con el hilo de voz que le quedaba.
-¿A quién?- sollozó.
-A... la luz- respondió con su último aliento, antes que sus ojos se apagaran por completo. Su cuerpo fue cubierto por las lágrimas de su mejor amigo.
-¡Davis!- exclamó una poderosa voz a espaldas de Ichijouji, que voltió a ver de qué se trataba.
-¿Imperialdramon?- se sorprendió
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Digimon Adventure: Lazos Rotos
AdventureLuego de la derrota de MaloMyotismon, la paz y tranquilidad había vuelto a la Tierra. Los elegidos continuaron sus vidas como adolescentes comunes, enfrentándose día a día con las adversidades de estar convirtiéndose, poco a poco, en adultos. Todo...