El cálido sol de la primavera iluminaba aquel primer día de clases. Todo era aún alegría en las inmediaciones de la preparatoria de Odaiba. Grupos de adolescentes se amontonaban por todas partes para compartir anécdotas de las últimas semanas sin clases. Separados del resto, una joven de cabello castaño caminaba acompañada de un adolescente rubio mucho más alto que ella. Ellos no necesitaban ponerse al corriente, ya que no había pasado ni un solo día en el que no se hubiesen hablado o visto. Tampoco necesitaban rodearse de más personas, sentir la presencia del otro era suficiente para estar bien. Tantos años juntos habían provocado que, en muchas ocasiones, ni siquiera tuvieran que hablar para entenderse, con solo cruzar una mirada o una sonrisa, cada uno sabía lo que el otro quería decir.
Ingresaron lentamente al establecimiento, para dirigirse a la pizarra en las que estaban publicados los apellidos de los estudiantes que integrarían cada curso. A pesar de haber llegado temprano, el lugar ya se encontraba repleto de gente intentando encontrar su apellido en aquellas hojas. TK se acercó al tumulto de personas para verificar las listas y averiguar en qué curso les tocaría este año. Debido a su gran estatura le era fácil leer los apellidos publicados. Por su parte, Kari se quedó unos pasos atrás, observando a su amigo intentando esquivar a los estudiantes, en su mayoría de primer año, que se desesperaban por leer los letreros publicados. Él pareció sentir la mirada en su espalda y dio vuelta su rostro en dirección a la chica. Al ver que ella lo miraba fijamente, le dedicó una de sus características sonrisas. Una extraña sensación recorrió el cuerpo de Kari y sus mejillas se enrojecieron de repente. Solo pudo devolverle una sonrisa tímida y agachar levemente su cabeza, para que sus ojos lo perdieran por un instante. Al levantar nuevamente la vista, pudo ver a su amigo volviendo hacia ella y notar que su mirada había cambiado, sus ojos no desprendían el mismo brillo de siempre y había perdido su sonrisa. Una vez que lo tuvo de vuelta a su lado, lo miró directamente a los ojos, intentando buscar en ellos el por qué de ese cambio tan abrupto en él. La respuesta salió de la boca de su amigo, "este año no estaremos en el mismo curso". Al oír esas palabras, sintió como si algo le comprimiera el pecho y una profunda tristeza la invadió de repente. TK notó rápidamente el cambio en la expresión de Kari, por lo que quiso mostrarse más animado.
-No te preocupes, en los cambios de horas y en la hora del almuerzo podremos vernos, además en clase tampoco es que podíamos hablar demasiado- intentó sonar lo más positivo posible.
-Sí, tienes razón. Es solo que será raro no verte en el salón, desde que volviste a Odaiba, siempre hemos estado juntos- su voz expresaba desilusión, toda la energía con la que había iniciado el día parecía haber desaparecido de un momento a otro.
-Mírame Kari- apoyó su mano sobre el mentón de su amiga, para levantarle el rostro y que sus ojos, que parecían reflejar el color del cielo, se encuentren con los de ella-. Tal vez estemos en salones distintos, pero tú y yo estaremos siempre juntos, ¿entendiste?
-Sí, es cierto, solo serán unas horas de clase y nada más- sus mejillas volvieron a sonrojarse al encontrarse tan cerca, mirándose a los ojos. Pero, a diferencia de lo que había sucedido hacía escasos minutos, no tuvo ganas de esquivar la mirada del rubio, esta vez quería navegar y perderse en ese océano azul por unos instantes.
Él sonrió nuevamente, pero de una forma mucho más cálida que la anterior. Esa sonrisa le provocó una extraña sensación en el estómago, como si algo caminara dentro de ella. Sin darse cuenta, acercó un poco más su cuerpo al de él, sin apartar ni por un segundo sus ojos de los del chico a su lado. El corazón se le aceleró de golpe, pudiendo sentir como golpeaba con fuerza el interior de su pecho. De un momento a otro pareció que todo a su alrededor había quedado en silencio, solo podía escuchar el sonido que hacía él al respirar, y el de su corazón intentando salir de su cuerpo.
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Digimon Adventure: Lazos Rotos
AventuraLuego de la derrota de MaloMyotismon, la paz y tranquilidad había vuelto a la Tierra. Los elegidos continuaron sus vidas como adolescentes comunes, enfrentándose día a día con las adversidades de estar convirtiéndose, poco a poco, en adultos. Todo...