XIV-Fragmentos

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Luego de un par de minutos tratando de tranquilizarse, Eri salió del cuarto de limpieza tratando de actuar con normalidad, pero justo cuando abrió la puerta, visualizó una figura masculina que estaba frente a la puerta. El pánico regresó a ella.

¿Que hacias ahi dentro? -le preguntó dulcemente una voz masculina.

Eri sacudió un poco la cabeza y se percató que era Keita.

Ehm... eh... buscaba esto -rápidamente tomo cualquier cosa al azar que estuviera cerca.

¿Un destapacaños? -le cuestionó el chico intrigado- ¿que no estabas en la cocina?

¿Si?... ¡digo, si! -afirmó con duda- debo ir a la cocina a destapar cosas -titubeó- si me permites, ya me voy.

Espera! -dijo Keita al tiempo que la tomaba por el hombro y la volvia a meter al cuarto de limpieza- queria hablarte de Kota y lo de hoy en la noche.

¿Que querra decirme? Me podrá dar una respuesta que haga que mis piernas dejen de temblar de nerviosismo? Se preguntaba la chica para sus adentros.

Me dijo que te notó nerviosa y rara desde esta tarde y no sabía por que. Entonces vine a contarte un poco las cosas. -Keita lanzó un suspiro como para meditar que diría- Puede que creas que no, pero esta será su primera vez.

¿¡Su primera vez de que?! gritó la chica en su mente

No te preocupes, el ya preparó todo, e incluso fue cuidadoso con lo más minimo para que esten comodos hasta el amanecer.

¿De que demonios me estas hablando? Eri cada vez se sentía al borde del colapso por los nervios.

El no estaba seguro de hacerlo, incluso en un principio le dije que era una locura, pero cuando me dijo que sería contigo, me sentí feliz que alguien pudiera hacerlo sentir lo suficientemente seguro para esto. Y más aun sabiendo que eras tú!
Seguramente  haran cosas sucias pero todo estara bien, veras que al final, incluso la pasaras bien.
Cuidalo mucho por mi. -concluyó Keita al tiempo que la abrazaba y se limpiaba mocos y lágrimas imaginarias- no le digas a Kota que te conte algo de esto.

Más que reconfortada ahora estaba espantada. La chica empezaba a cuestionarse en que se habia metido.  Tomó su mochila y se dirigió a la salida pero uno de los encargados de la cocina la interceptó y le ordenó que tomara su lugar sirviendo comida.
Eri camino insegura hacia la cocina y de reojo observó que Kota estaba de lavaplatos nuevamente. ¡Bien! Pensó la chica, asi estarían alejados y no se toparían durante la jornada de trabajo, dándole tiempo de escabullirse apenas terminara su turno.

El resto de la tarde la paso relajada atendiendo y chisteando con los demás campistas que llegaban a tomar su plato de comida. El sol fue cayendo al tiempo que todos los estudiantes estaban satisfechos y no quedaba nadie más a quien alimentar.
Le dieron a Eri la orden de ayudar a limpiar la cocina y llevar algunos utensilios sucios al lado de lavado ¡Maldición, ahi es donde esta el!
La chica tomo una bocanada de aire para armarse de valor y toparse con su acosador, pero para su sorpresa, no estaba alli.
Eri soltó el aire contenido a manera de alivio, pero luego se espantó al darse cuenta que no sabia donde estaba Kota. Podia intersectarla en cualquier momento.
Eri terminó de hacer sus labores lo más pronto posible y salio a escondidillas por la puerta trasera.
Su acción de escape habia salido a la perfección hasta que algo la haló por la mochila en dirección opuesta a donde ella se dirigia.

Con que cobarde, eh Togata? -le reprochó esa voz tal altanera- ya sabia que no eras de fiar.

A mi no me llamas cobarde, Izumi -le confrontó la chica- solo iba por algo que olvide. -aseguró la chica.

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