Capitulo 4 - Destellos del pasado

3.5K 339 102
                                    

Capitulo 4 - Destellos del pasado

Lovino juraría que su corazón dejo de bombear sangre, que se paro. Por su estomago le traspaso un dolor horrible.

-Fratello, fratello, hemos venido a hablar contigo-dijo Feliciano acercándose y con la voz cargada de preocupación.

Lovino agarro la chaqueta de Antonio mientras parecía haber entrado en un silencioso ataque de pánico. El mayor se coloco delante de Lovino siendo su escudo y haciendo que el otro parase de temblar.

-Perdón, no sé quién eres, pero parece que Lovino no quiere hablar contigo-dijo Antonio haciendo que Feliciano se parase en seco.

-Ve~- Feliciano inclino su cabeza dando a entender que estaba algo confundido.

-Déjame a mi Feliciano- el rubio se puso delante de Feliciano.

Antonio y Ludwig se miraron. Por un momento pareció que la batalla de David contra Goliat había empezado. Lovino esperaba que su españolito fuese lo suficiente inteligente como para derrotar a alguien como Ludwing.

-Perdona, no sé quien eres- comento el rubio con una voz firme de sargento -pero Feliciano quiere hablar con su hermano-.

"Hermano" La palabra cruzo la mente de Antonio de forma fugaz ,pero si Lovino hubiese querido tener una charla con su aparentemente indefenso hermano no se había escondido detrás de él.

-No, lo siento yo, ahora mismo estábamos en una cita-Antonio mantuvo un tono casi inocente-Si no les importa vuelvan mas tarde-.

Lovino maniobro de la manera que pudo para abrir la puerta con el máximo sigilo que pudo. Y antes de que el alemán pudiese rechistar tiro de Antonio y lo metió en el apartamento y él entro también con una velocidad que Usain Bolt* podría haber envidiado.

Cerro la puerta con todos las cerraduras y pestillos que habían en esta mientras se apoyaba en esta para escuchar lo que pasaba fuera.

Dejo su cabeza descansar en la puerta mientras oía como Ludwing se llevaba a Feliciano a rastras diciendo varias cosas para tranquilizarlo.

-Lovi...-.

Antonio avanzo hacia él con pasos cuidadosos para con el mismo cuidado posar sus manos sobre los hombros de Lovino.

Tal vez fuese por la rapidez en la que paso que no llego a asimilarlo. Pero casi el instante después de posar sus manos sobre los delicados hombros de Lovino este había tirado de él agarrándole de las muñecas y estampandole contra la puerta y agarrando sus muñecas.

Lovino miro a Antonio teniéndolo acorralado con una expresión de molestia y impotencia que se mezclaban. Antonio por otro lado aun sabiendo que estaba acorralado y tenia a lo que parecía ser un muy enfadado italiano delante suya mantuvo un rostro sereno con una ligera sonrisa.

Lovino se lanzo directamente a los labios del español dándole

un desesperado beso que al español le costo asimilar para poder coresponderlo, solo el oxigeno les hizo tener que pararse y cuando paso esto Lovino sin decir nada se apoyo en el pecho del español mientras se deslizaba hacia abajo obligandole a Antonio a sentarse apoyando su espalda en la puerta.

Lovino empezo a sollozar mientras el mayor le abrazaba con fuerza manchando de lagrimas la ropa de este. Antonio no parecio prestarle atención a esto ya que una de sus manos la llevo hasta la cabeza de Lovino y la hundió en su pelo castaño.

-¿Esta bien?-pregunto Antonio mientras depositaba un beso en la cabeza de Lovino, este pareció estremecerse un poco.

-Te dije que nada de cosas raras-.

Lovino envolvió el cuerpo del español con un abrazo mientras paraba de llorar.

-Creo que ya llegas un poco tarde pequeño tomatito-.

Antonio llevo sus manos a la cara de Lovino para acunarla con cuidado y hacer que le mirara.

-¿Qué te pasa?-pregunto apartando su pelo humedecido por las lagrimas de se roja cara.

-Nada que te importe bastardo- dijo Lovino secándose con la manga de la camisa las lagrimas.

-Aunque no lo creas me preocupo por ti y quiero estar contigo, así que si quieres decirme algo estoy aquí-comento Antonio con una sonrisa algo triste pero cálida.

Lovino se apoyo en el pecho de Antonio.

-Déjame tiempo, no puedo decirtelo aún-susurro Lovino acomodándose en el pecho de Antonio.

Antonio rodeo con sus brazos nuevamente a Lovino y apoyo su barbilla sobre la cabeza de este.

-Salir- musito el español algo perdido en el aroma del pelo de Lovino -¿Quieres salir conmigo? Pero me refiero a ser novios, tener una relación-.

Lovino susurro algo contra el pecho de Antonio que este no llego a entender.

-¿Dijiste algo Lovi?-pregunto el español.

-Que si maldito bastardo-dijo Lovino levantando la voz algo molesto, pero mas que nada avergonzado.

Lovino escucho como el corazón de Antonio se había acelerado y como poco a poco se estabilizaba junto a su respiración. Y como un bebe, Lovino se durmió escuchando el compás del corazón de Antonio, agotado de llorar.

Se despertó un par de horas después, acostado sobre su cama sin ningún rastro del español ni de su aroma que impregnaba toda la habitación.

Lovino se sentó sobre la cama y se dio cuenta de que en la mesita de noche había pegado un post stick de color violeta que decía "Te quedaste dormido, así que te traje aquí".

El italiano tiro de post stick despegandolo y dándose cuenta que en la puerta habían otros dos, uno amarillo y otro rojo, camino hacia ellos con un paso ligero el que estaba situado a la izquierda y era el amarillo decía "Ve a la cocina" y el rojo decia "Te deje algo preparado".

Lovino se dirigió a la cocina mientras el piar de los pajaros se colaban por la ventana mezclada con un aire gélido. Sobre la mesa de la cocina descansaba el un pequeño plato envuelto con Film de plástico transparente con un post stick verde pegado sobre este y otro de color azul al lado sobre la mesa. El verde decía "Me tome la libertad de prepararte una tortilla española, espero que te guste ^^", seguidamente su mirada se desvió al otro post stick "Lovino, no se por que estas triste pero debes arreglarlo si no quieres estar siempre triste". Lovino arranco ese post stick dejando a la vista otro del mismo color situado debajo de este "Tener miedo es una cosa estúpida que no te dejará ser quien quieres ser".

Lovino arranco ese post stick también pegándolo junto a los demás y caminando hacia la nevera para agarrar una botella de agua en esta había lo que parecía ser el ultimo post stick que el español le había dejado, era de color rojo y decía un simple pero claro "Te quiero".

Su pecho se comprimió haciendo que lagrimas volviesen a brotar de sus ojos, si, era un llorón y lo admitía, pero a pesar de haber empezado a salir con el español no quería enamorarse de él, el pensar que podria dejarle como habían hecho su hermano y abuelo hizo que el miedo recorriera cada fibra de su cuerpo.

Usain Bolt* atleta jamaicano especialista en pruebas de velocidad

Encuéntrame cerca de ti (SpaMano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora