Capitulo 3 - hierro sobre hielo

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Capitulo 3 - hierro sobre hielo

Lovino rasó sus bolsillos sacando pelusilla de ellos.

Mió su reloj,sacando las manos de su bolsillo para golpear un par de veces con su uña el cristal del reloj.

-Siento haberte hecho esperar.

"Lo siento yo, estoy perdiendo mi tiempo contigo" Lovino se planteo decirle esas palabras después de que el español le hubiese hecho esperar 5 eternos minutos.

-Entonces ¿Nos vamos?- pregunó ofreciéndole la mano a Lovino,obviamente el otro la rechazó fingiendo que no la había visto.

En la cara de Antonio se dibujo una sonrisa mientras se llevaba la mano a la cabeza, soltando una débil risita

-No te he dado permiso para...

Antes de que Lovino terminase la frase Antonio le agarró de la mano pareciendo no haber pillado la indirecta y tiro de él, parecía feliz mientras se acercaba a la pista de patinaje, tanto que Lovino temió que su sonrisa desapareciese si le dijese que le soltara.

-¿Trajiste los guantes?-preguntó Antonio parándose en seco.

Lovino aprovecó ese momento para soltarle de la mano. Dentro de la carpa hacia un frió horrible con el que no había contado.

-Joder ¿Por qué hace tanto frió aquí?-preguntó Lovino llevándose sus manos al bolsillo de su chaqueta para agarrar unos guantes y colocárselo de la manera más rápida (y torpe) posible.

Antonio sonrió al ver al menor luchando por protegerse del frió mientras susurraba insultos llenos de impotencia. Antonio se quitó la bufanda y se la colocó a Lovino.

-No es mucho, pero esto te mantendrá un poco mas caliente-sonrió el mayor.

Lovino paro durante un momento de luchar contra sus guantes para ver como el español, sonriendo, terminaba de colocarle la bufanda.

-Siguiente-la voz de una chica hizo que Antonio se girase para pedirle un par de patines de hielo.

Esta es la primera vez que Lovino iba a patinar sobre el hielo aunque asumió que era igual que patinar con patines de ruedas, observo la pista, ya había gente patinando, algunos se caían otros se aferraban a una valla que rodeaba la pista y otros simplemente hacían piruetas demostrando que ellos sabían patinar.

-Ya tengo los patines-anunció finalmente Antonio.

Se colocaron los patines y caminaron sobre una alfombra verdosa hasta la pista.

Antonio entró en la pista y enseguida pareció unirse al grupo de los que saben patinar ya que hizo un giro que según  Lovino "No estaba mal" y miró como Lovino entraba a la pista.

El italiano entró un poco confiado, pero al darse cuenta de que el hielo resbalaba más de lo que pensaba en un principio,se aferro con fuerza a la valla.

-Lovi ¿No sabes patinar?-preguntó Antonio acercándose.

-Cállate bastardo y no me llames así-gritó Lovino agarrándose a la valla y avanzando lentamente y con pasos torpes.

Antonio hizo una sonrisa torcida que demostraba lo tierno que le parecía ver a el italiano en esa situación.

-Voy a tomar prestadas estas manos-sonrió el español mientras agarraba con cuidado las manos con las que Lovino se aferraba a la valla.

-¿Pero qué haces bastado?-preguntó Lovino luchando por soltarse y amenazando con morder al mayor pero se dio cuenta de que si seguía así se iba a caer así que se limitó a matarle con la mirada mientras el otro se reía.

-¿Sabes? Creo en el amor a primera vista-sonrió Antonio situandose en el medio de la pista y sujetando las manos de Lovino fuertemente mientras le dedicaba una mirada llena de ternura -Aunque me gustaría devolverle a esos ojitos el brillo, te veo demasiado triste.

Las mejillas de Lovino se sonrojaron violentamente mientras colocaba sus manos sobre el pecho del español para separarlo de él, pero sus fuerzas le fallaban.

-¿Pero qué dices bastardo?-preguntó Lovino desviando la mirada hacia otro lado.

-Uh...-Antonio tiro de él y lo abrazo por la cintura y apoyo su cabeza sobre la del menor -¿Qué te pasa? No tengo que conocerte de toda la vida para saber qué te pasa algo.

-Suéltame bastardo español, seguro que todos nos están mirando- el aliento de Lovino rozaba la piel del español .

-A mi me da igual-dijo Antonio abrazándole fuertemente -Aunque sabes que voy a esperar por ti.

-Como si yo me fuese a enamorar de un bastardo español-.

Antonio se separó del menor sin decir una palabra, pero sin soltarle de la mano y empezó a patinar de forma circular por la pista de patinaje tirando del italiano ya que este no conseguíaencontrar el equilibrio. Cada vez que el español le proponia soltarle de la mano Lovino parecia entrar en pánico y empezaba a soltar insultos para que el español,resignado pero con una sonrisa,siguiese guiándole.

Salieron de la carpa de patinaje sin hablar, es más, después de su ultima conversación todo fueron monosílabos.

Antonio empezó a caminar delante de Lovino mientras el italiano le seguía.

-¿Quieres ir a alguna parte?-pregunto el mayor parándose para mirar al menor que parecía inmerso en sus pensamientos.

-No-dijo débilmente el otro.

-¿Te puedo acompañar?-pregunó Antonio.

Lovino asintió  mientras enterraba su nariz en la bufanda que le había dejado el ojiverde y que tenia un olor agradable y cálido.

-Pero no puedes intentar nada extraño bastardo-.

Antonio sonrió y le ofreció su mano.

-¿Me harías el honor de dejarme agarrar tu mano?

Lovino algo resignado agarró la mano del español.

-Más te vale quedarte callado todo el camino ¿Vale idiota?- pregunó Lovino frunciendo el ceño.

Antonio se rió.

-Todo sea por sujetar la mano de la persona más linda del mundo.

Caminaron durante varios minutos, que parecieron segundos. Antonio metió la mano que estaba agarrando de Lovino en el bolsillo de su chaqueta para darle más calor. Llegaron a el apartamento de Lovino, se accedía mediante un ascensor que te llevaba a una sola puerta.

-Pues parece que aquí nos separamos- sonrió algo apenado el español.

-Buona notte,bastardo-dijo Lovino llevándose las manos al cuello para desatarse la bufanda.

-No, no, quedatela tú, así me recordaras hasta que nos volvamos a ver-.

-Que raro que tu no quieras nada-sonrió sarcástico Lovino.

Antonio se inclino levemente para darle un beso en la mejilla a Lovino.

-Creo que me voy a quedar con esto.

-Bastardo-dijo Lovino sonrojado, apretando los dientes, dando a entender que estaba claramente enfadado.

La puerta del ascensor se abrió haciendo que ambos mirase hacia el ascensor.

-Ve~~ Fratello-.

Del ascensor salieron dos personas, un pequeño Italiano y un corpulento alemán.

Encuéntrame cerca de ti (SpaMano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora