Capítulo 16

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En mi interior se había formado un sentimiento muy cálido, podía asta luchar contra todo el mundo por esto que estoy sintiendo; después de la confesión que nos hicimos mutuamente salimos a caminar por el jardín, nos dábamos miradas fugaces tratando de transmitirnos tranquilidad, el día transcurrió muy rápido y lamentablemente tenía que volver al convento.

— cómo quisiera que jamás te alejáras de mi — musitó el sacerdote tomando mis manos

— yo tampoco quiero marcharme — respondí bajando la mirada

Caminamos rozando nuestras manos, casi apenas se tocaban pero ese leve roce me transmitía una inmensa tranquilidad, llegamos a su oficina y al cerrar la puerta me abrazó y me beso apasionadamente, yo me deje llevar y terminé rodeando con mis brazos su cuello, cada sensación era hermosa, era la primera vez que me sentía de esta manera, no quería que el tiempo corriera ni yo quería marcharme.

— tengo miedo — musité bajando la mirada

— a qué le temes — pregunto acariciando mi rostro

— te tengo que decir algo, pero prométeme que no harás nada, al menos por el momento — espeté mirándolo a los ojos

— te lo prometo, pero anda dime qué es lo que te aflige — dijo abrazándome

— no quiero regresar al convento, no solo por estar a tu lado si no....por ....por qué tengo miedo de que me violen esta noche — escupí llorando

Una expresión de sorpresa se dibujo en su rostro seguido de una de enojo, yo en cambio solo lloraba, no podía dejar de hacerlo, no quería volver a ese maldito infierno, la campana comenzó a sonar, avisaba que pasaban de las 7:00 pm, las personas comenzaron a llegar para la misa nocturna pero el sacerdote seguía a mi lado, me aparte un poco de su abrazo y lo ví a la cara.

— anda ve, los feligreses te esperan — dije limpiando mi rostro

— lo haré pero mañana vendrás otra vez, nunca más dejaré que nadie te haga daño — espetó dejando un casto beso en mis labios — por cierto mi verdadero nombre es Demián.

Me despedí de el y lo acompañe asta detrás de la capilla, camine de regreso a mi infierno, trate actuar normal al llegar a la iglesia, la madre superiora me recibió con su cara de amargura, la saludé y me retire a mi habitación, quería estar a salvó y solo cerca del lado de Demián me sentía de esa manera.

Un nuevo día llegó, los pajarillos cantaban a las fueras del convento, los podía ver desde el ventanal del comedor, nuevas novias llegaron, una de ellas me parecía conocida, debo admitir que estar aquí bajo este techo me está volviendo loca, pase los dedos por mi cabello, acomodando la parte de arriba del hábito, tenía tantas ganas de ver a Demián pero no tenía a nadie a quien contárselo, extrañaba tanto a Dayana era la única con la que podía hablar de cosas agenas a la religión.

— señorita Cristine, puede ir a la oficina del sacerdote — musitó la madre superiora con desdén

— claro— asentí

Tenía dos planes en mente uno era ganarme la confianza del sacerdote pero ese tenía una falla la cual era acostarme con él y eso realmente me.provocaba náuseas y la otra era escabullirme sin que nadie me viera pero para eso tendría que tener a alguien adentro que cubre mis pisadas, ese eslabón débil que todo grupo u organización poseen. Decidí ir por la segunda opción ya que mi corazón le pertenece a Demián y si llegase a acostarme con el sacerdote sería como engañarlo y no podría soportarlo.

Camine muy segura asta la oficina aunque con mi mirada siempre baja, pretendía tratar de disuadirlo de alguna manera para que no me tocase ni un solo cabello; estaba parada frente a esa puerta suspire tragando aire para llenar mis pulmones y toque la puerta, tenía miedo de lo pudiese pasar ahí dentro pero no podía hacer nada por impedirlo solo pedirle a Dios.

La puerta se comenzó a abrir dejando ver al sacerdote de pie frente a mi, trague saliva mirando fijamente el suelo, sentí un suave toque en mi cabeza pero decidí ignorarlo.

— pasa — inquirió con seriedad

No respondí simplemente entre, rogando a nuestro señor que nada malo me sucediera ahí dentro, dude por una milésima de segundo pero al fin entre, el aire frío me comprobaba que ya me encontraba lo había echo, un escalofrío recorrió mi espalda cuando dos manos se posaron sobre mis hombros y sin poder evitarlo comencé a temblar.

— tranquila señorita Cristine, noble haré nada malo — musitó con una sonrisa

— no tengo miedo, solo es...frío — inquirí mintiendo

No quería que se diera cuenta del pavor que en mi causaba tan solo con oírlo hablar.

— ¿sabe por qué está aquí ?— pregunto en tono de burla

— no, no lo sé — respondí

—me han informado que usted ha sido requerida demaciado tiempo en el convento vecino — musitó caminando al rededor de mi

Mi cuerpo temblaba de miedo, su simple voz me provocaba escalofríos, tenerlo tan cerca me hacía recordar todo lo pasado, esas veces que profano mi cuerpo y mancilló mi alma. Trate de tranquilizarme tenía que mostrarme fuerte.

— así es, he estado ayudando en el comedor para necesitados — dije muy segura

—mm...ya veo pero después de esas visitas a el convento la policía ha venido a visitarnos ¿ Usted que sabe de eso? — pregunto frunciendo el ceño

— no sé nada, solo voy a ayudar al prójimo y es todo — repliqué

Al parecer este hombre no cree en mi palabra pero me da igual, lo único que me importa es buscar ayuda para toda las mujeres que aquí están sufriendo.

Sentí como se acercaba e inhala a mi aroma, pasó sus manos por mi cintura y beso mi cuello; sentí tanto asco  pero a él no le importó que casi vomitar frente a el, me giró para quedar frente a frente y me abrazó con fuerza pegando su cuerpo al mío, recorrió con sus sucias manos mi cuerpo desde mis glúteos asta mi cintura, me besó a la fuerza metiendo su lengua a la fuerza invadiendo mi boca, el asco era muy fuerte pero aunque intenté empujarlo su fuerza era mayor, me tomo por los brazos azotando  mi cuerpo contra la pared, me queje un poco pero no le importó, colocó sus manos asta el cierre de mi habito y comenzó a bajarlo. Tengo tanto miedo, mi cuerpo se ha paralizado a pesar de mis ganas por defenderme el maldito miedo me ha jugado una mala pasada nuevamente, quisiera que llegase mi amor secreto a salvarme de este terrible suceso.

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