Voto De Silencio

Epílogo

Las campanas de la iglesia resuenan por todo el pueblo, la brisa cálida del mes de junio toca mi rostro y las aves vuelan libremente por el firmamento de este bello lugar.

Suspiro con nerviosismo y sujeto con fuerzas el ramo de flores blancas que llevo conmigo.

Es tu día Cristine, es tu día, me lo repito una y otra vez y tratando de tranquilizar mi respiración; jamás creí que estaría en esta situación, siempre me imaginé mi vida encomendada a Dios vestida con los hábitos de monja y dando fe de la palabra de Dios pero todo cambio cuando conocí a Demián, ese hombre que me mostró la luz aún estando en el peor de los infiernos, ese mismo que casi da la vida por mi.

- no me digas que te estás arrepintiendo - dijo Demon con burla

- claro que no - sonreí- solo estoy nerviosa, es todo

-bien, entonces vamos - ofreció su brazo el cual lo tome con gusto

Suspire y pase saliva, fijé mi vista hacia al frente y camine segura de mi, la marcha nupcial comenzó a sonar y miles de aplausos se escucharon cuando cruce la puerta, las miradas se clavaron en mi y observé a lo lejos a mi ahora mejor amiga Danielle, su vestido rosa pálido resaltaba su hermoso color de piel, sus rizos bien definidos y su abultado vientre, ella contrajo nupcias con un doctor tres años después de salir de ese maldito convento y ahora es madre de un hermoso niño de 7 años y uno que viene en camino.

Más adelante ví a la familia de Demián, me miraban con ternura y una calidez indescriptible, una vez más trague saliva y comencé a caminar cuando de pronto sentí un poco más ligero mi vestido y al girar mi cabeza pude ver al pequeño hijo de Danielle sostener la cola, le sonreí y miré al frente comencé mi andar por el camino de pétalos de rosa que una niña iba dejando, sentí un escalofrío cuando por fin visualice completamente al hombre de mi vida, su traje negro adornado con una hermosa flor blanca lo hacían lucir tan atractivo que una vez más afirme mi amor por el.

-¿estás lista futura cuñada?- preguntó Demon deteniendo su paso frente al altar

- claro, muchas gracias por hacer esto en lugar de mi padre - espeté con nostalgia

-muy bien - respondió con una sonrisa risa- hermano - giró su rostro tomando mi mano- te entrego a esta bella mujer y espero que cuides bien de ella

- lo haré hermano, ella es lo más importante para mí - siseo con una enorme sonrisa

Demon solo sonrió y depósito mi mano sobre la de Demián el cual la tomo con regocijo y depósito un casto beso en ella; mis ojos se tornaron acuosos al ponerme de rodillas frente al altar y por fin la ceremonia comenzó.

Los minutos parecieron eternos y cuando menos lo pensé las palabras del sacerdote nos dieron la noticia de que todo estaba por acabar.

- si alguien se opone que hable ahora o calle para siempre - las miradas de los presentes revisaron por todos lados pero el silencio reinó - muy bien en ese caso yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia

Los aplausos no se hicieron esperar, Demián me miró con ternura y acaricio mi cabello pasando delicadamente su dedo por mi mejilla asta llegar a mis labios dibujando un marco a su alrededor.

- te amo tanto y juro que me hace muy feliz el poder llamarte esposa - inquirió con lágrimas contenidas

- yo también soy inmensamente feliz, jamás creí que me enamoraría así de alguien pero tú llegaste a mi vida cambiando todo y eso es lo que más me llena de alegría, te amo Demián- espeté soltando el llanto

El solo sonrió y me pegó más a su cuerpo tomándome de la cintura para después unir nuestros labios en un delicado pero apasionado beso el cual sellaba formalmente nuestro enlace.

La marcha nupcial volvió a sonar ambos comenzamos nuestro camino a la salida de la iglesia, un camino que no será corto ya que es el comienzo de nuestra nueva vida. Nos detuvimos justo en la salida donde ya nos esperaban los invitados y apenas nos besamos una vez más comenzaron a lanzar arroz.

Nos felicitaron y fuimos directo asta nuestra carroza la cual nos llevaría a la fiesta, ahí las luces tenues y la música lenta se escuchaba haciendo muy agradable el ambiente. El me sujetaba con delicadeza mientras bailabamos el vals.

- amor, creo que es muy tarde no crees, hay que ir a nuestra noche de bodas - Demián susurro a mi oído con un tono pícaro

Sus palabras me hicieron sonrojar, a pesar de los años que tenemos de noviazgo el jamás me ha tocado, está sería la primera vez que el y yo haríamos el amor pero estoy cien por ciento segura que será mágico.

Nos escabullimos sin que nadie lo notará y corrimos hacia dentro de la casa, subiendo las escaleras rápidamente, el justo al llegar al último peldaño me tomo en sus brazos y me llevo hasta la habitación, abrió la puerta y frente me depósito lentamente en el suelo, mis ojos se abrieron con sorpresa al ver un corazón formado con pétalos de rosa y unas velas adornando todo la habitación.

- Cristine, quiero que sepas que esta noche haré que sea inolvidable - espetó acariciando mi mejilla

- lo sé - asentí bajando la mirada

El levantó mi rostro con su dedo y guío su boca hacia la mía, el beso fue casto al inicio para después tomar intensidad, sus ágiles manos viajaron por todo mi cuerpo desnudándome poco a poco, al estrado por completo me tomo delicadamente para después depositarme en la cama y así entregaremos en cuerpo y alma, los gemidos llenaron las paredes de aquel cuarto sellando nuestra unión.

Los rayos de sol cayeron sobre mi rostro, me removía un poco buscando el cuerpo cálido que la noche anterior había estado junto a mi y al no tenerlo a mi lado me envolví en las sábanas blancas para después salir en su búsqueda; estaba por bajar las escaleras cuando ví su solicitud risa perfecta venir hacia mi con una bandeja de comida en sus manos, volvimos a la habitación para después volver a hacer el amor.

Les puedo decir que todo lo que viví y decidí no callar me ha hecho más fuerte y que me dejó de lección que no todos los monstruos se ocultan bajo la cama, si no que algunos están frente a nosotros ganándose nuestra confianza y engañando a muchos otros para que hagamos un voto de silencio.