🌫️Vuelve (parte dos)🌫️

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—Wei... Ying... —La voz de Lan Zhan salió en un susurro, sin poder creer lo que sus ojos habían presenciado.

Wei Wuxian vio de reojo al segundo jade, quien tenía una mirada triste más que decepcionada. Podía ver el dolor que Lan Zhan tenía porque no apartaba la mano de su pecho, suponiendo que el maldito de Wen Zhuliu le había provocado una herida al núcleo del menor.

— ¡Wei Wuxian! ¡¡No es posible!! —Wen Chao trataba de huir del lugar, esperando que eso fuera a salvar su vida. No podía creer que Wei Ying hubiera salido con vida de los Túmulos funerarios, eso era imposible. — ¡¡Fantasma!! ¡¡Fantasma!!

Sonreía con suficiencia ante el terror de Wen Chao. Había esperado tanto por eso y el momento era el perfecto para verlo agonizar. Tomó la flauta entre sus manos y, con maestría, comenzó a tocar el instrumento haciendo que el cadáver de Wen Lingjao, que había llevado con él, reaccionara a sus órdenes y persiguiera a Wen Chao.

Jiang Cheng estaba incrédulo, pero a la vez sentía satisfacción por lo que su hermano estaba haciendo. Ver su mismo odio, reflejado en las orbes rojizas de Wei Wuxian, le causaba un placer indescriptible. Era una sensación sin igual, donde todos sus deseos de venganza estaban siendo cumplidos.

El sonido de Chenqing retumbaba por todo el lugar y, cansado de jugar con Wen Lingjao, pasó directamente a la acción, provocando que el cadáver de la mujer cayera sobre Wen Chao.

Lingjao tenía el rostro completamente deformado, sin una pizca de la belleza de la que se vanagloriaba. Partes de su cuerpo faltaban como muestra de la muerte tan miserable que había conseguido a manos de sus propios cultivadores.

El mismo destino le esperaba a Wen Chao, quien sintió como los dientes de Lingjao se aferraban a su piel, arrancando trozos de la misma. La sangre brotaba por todos lados, creando charcos a su alrededor. Sus gritos eran ahogados, sin la posibilidad de que alguien acudiera a su rescate.

—¡¡Wei Ying!! ¡Mi padre nunca... te... te perdonará por esto...! —Su voz salía entrecortada por la sangre que comenzaba a subir por su tráquea.

Wei Wuxian estaba satisfecho con ese espectáculo, una sonrisa llena de alegría estaba en su rostro al igual que en Jiang Cheng. La mirada de ambos era oscura, llena de odio; reflejando un sadismo en sus expresiones.

—Tu padre será el siguiente. —Su sonrisa creció aun más, si es que eso era posible. Viendo como poco a poco la mirada de Wen Chao iba perdiendo vitalidad.

Lan Zhan en algún punto había desviado su mirada de tan aberrante acto. Él odiaba a Wen Chao, tanto como ellos, por todo lo que se había atrevido a hacerle; sin embargo, jamás esperó que su muerte fuera así y menos a causa de Wei Ying.

De algún modo, el mayor notó el asco que Lan Zhan sentía y por eso se posicionó frente a él, de manera sutil, con la intención de que no tuviera que ver aquello. Los ojos puros de Lan Wangji, no tenían por qué presenciar semejante crueldad.

Wen Chao gritaba y pataleaba por su vida. El dolor era insoportable y las fuerzas lo abandonaban cada vez más. Hasta que un grito desgarrador ensordeció a los presentes. Lan Zhan no podía más con ello y trató de detener lo que Wei Ying estaba haciendo. No podía permitirlo.

— ¡Wei Ying! ¡Detente! —Corrió aunque el dolor en su pecho le gritara que no lo hiciera. El aire le faltaba, pero no iba a permitir que Wei Ying actuara de aquel modo. Habría continuado en su propósito de no ser por la barrera de energía que el mismo Wei Wuxian había colocado a su alrededor, con la intención de que no se arriesgara en el estado en qué se encontraba.

— ¡¿Wei Ying?! —Gritó con todas las fuerzas que poseía, pero el mayor lo ignoró completamente.

La energía resentida se fue aglomerada alrededor de Wei Wuxian mientras tocaba la flauta. Wen Chao, en sus últimos alientos de vida, intentó seguir gritando, pero el miedo que sentía ante la melodía que el maldito tocaba simplemente no le permitía actuar de ningún modo.

«Lᴏ Qᴜᴇ Mᴇ Qᴜᴇᴅᴀ Dᴇ Tɪ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora