«Lᴏ Qᴜᴇ Mᴇ Qᴜᴇᴅᴀ Dᴇ Tɪ»

🌫️Renuncia🌫️

— ¿Qué haces aquí? —Su estupefacción era comparable a la de Wen Qing; sin embargo, ella reaccionó más rápido y tomó a A-Yuan en sus brazos, para que Wei Ying pudiera conversar de mejor manera con su hermana. — ¡Tú maldito irresponsable!, ¿cómo permitiste que ella viniera hasta aquí?

Yanli observaba ese lugar con un poco de miedo, pero no podía negar que era el único sitio donde nadie los molestaría. Los árboles secos, movidos por viento tan pesado de los Túmulos funerarios, les servían de barrera, ante los merodeadores que quisieran causarles problemas.

—Yo no quería, pero tampoco tenía la opción de negarme a su petición. —Jiang Cheng miró desafiante al mayor, haciendo que la tensión comenzara a subir.

Los remanentes que estaban presentes, sentían desconfianza al ver a ese par de extraños en lo que era su nuevo hogar. No obstante, su adaptación requería toda su dedicación, por lo que decidieron seguir con sus labores de labranza. Todo, bajo la atenta mirada del líder Jiang, quien no lo lograba entender lo que ocurría ahí.

—No discutan. —Ninguno de los dos se sintió con la audacia de ir en contra de Yanli. Así como les infundía amor y comprensión, también les inspiraba temor, verla enojada. —Señorita Wen, ¿podría permitirnos un momento a solas con A-Xian, por favor?

—Adelante. —La doctora Wen le brindó a Yanli, una sonrisa amistosa. Sabía que ella no buscaba acusarlos de nada y por esa razón, no se sentía con el derecho de interferir en su visita.

La chica se retiró con A-Yuan en brazos, hasta que estuvo con la abuela, quién se encargaba de remendar las ropas de algunos de los suyos, con trapos viejos que tenían a su disposición.

—Shijie yo... —No sabía como hablar con Yanli. No estaba preparado para enfrentar una posible mirada de decepción por parte de ella y eso lo asustaba. Podía soportar estar lejos de ella, pero nunca podría vivir en paz, sabiendo que ella estaba enojada con él.

La mayor interrumpió cualquier tipo de desvarío que su hermano menor podría decir y lo rodeó con sus brazos, transmitiéndole toda su preocupación y felicidad por verlo de nuevo.

— ¿Estás bien A-Xian?, ¿estás herido? —No tuvo reparo en dejar caer sus lágrimas. Varias noches las pasó en vela, con la constante preocupación de que algo malo le sucediera a su pequeño A-Xian. Su corazón no podría soportar perder a otra parte de su vida.

—No Shijie, estoy bien. —Su voz salió tranquila, mientras pasaba sus manos por el rostro Yanli, borrando el camino que sus lágrimas habían dejado en sus mejillas.

—Me pone inmensamente feliz eso A-Xian. Estuve tan preocupada por ti, que no podía dejar que A-Cheng viniera solo a verte. No vuelvas a hacer las cosas sin decirme. —El frío viento del lugar, movía las telas del vestido de su Shijie, haciendo que ella se viera muy hermosa. Realmente había extrañado estar con ella y verla sonreír para él, con ese toque cálido que siempre tenía.

Ella acarició levemente su cabeza, como lo hacía cuando sabía que estaba triste. Recordaba esos días cuando Madame Yu lo regañaba y su Shijie, para evitar que se sintiera mal por ello, lo abrazaba mientras acariciaba su cabello y algunas veces, también le preparaba un tazón especial de sopa de raíz de loto.

— ¿No estás enojada? —Esa era su mayor preocupación en el mundo y Wen Qing lo sabía. Ese chico podía parecer desinteresado siempre, pero en el fondo, su mayor inquietud era decepcionar a su hermana.

—A-Xian, estás protegiendo a estas personas que no pueden defenderse solas, ¿por qué me molestaría? Siempre y cuando no te pongas en riesgo, yo no juzgaré tu proceder. —Si el resto de cultivadores estaba dispuesto a enjuiciarlo por actos nobles como los que hacía, ella pondría sus manos al fuego de ser necesario por él. Porque sabía que esas personas no le habían hecho ningún daño a nadie y las injusticias eran algo, que ella no podía tolerar.