🌫️Reencuentro🌫️

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—Claramente alguien que ya perdió a su clan, puede decir ese tipo de cosas, pero yo tengo el peso de muchas vidas sobre mi espalda como para actuar tan precipitadamente. —Aquel argumento tan estúpido hizo enojar a Jiang Cheng y de paso a Nie Huaisang, quién hasta ese momento no había hecho más que mirar al chico.

— ¡Si no comprende lo estúpido que está siendo, inminentemente su clan será llevado a la destrucción! —Todos quedaron impactados ante lo dicho por Huaisang. Les había quitado el habla a los más viejos y principalmente a Jiang Cheng, que no salía de su estupefacción.

— ¡¡Huaisang!!

—Sabes que no estoy mintiendo. —Su voz hizo callar a Nie Mingjue, ya que sabía que su hermano tenía razón.

No pudo esperar más y entre los murmullos de aquellos ancianos incompetentes, Huaisang corrió hacia Jiang Cheng hasta quedar frente a frente. Mientras sus ojos se humedecían lo abrazó lo más fuerte que pudo, sintiendo que si lo soltaba él jamás volvería. Pero Jiang Cheng no correspondió.

Él sabía la razón y la entendía, por lo cual no se molestó; al contrario, se apartó de él y tomó su mejilla para que lo viera.

—Esperaré por ti, el tiempo que sea necesario. —Jiang Cheng no sabía qué hacer ante la mirada comprensiva del otro y fue él en esta ocasión quien abrazó a Huaisang.

Quería llorar, pero no lo haría. Huaisang trataba de transmitirle la calidez y seguridad que el otro había perdido. Ya no lo dejaría solo nunca más. Se quedaría a su lado.

Tomando valor, Jiang Cheng habló por fin mientras Nie Huaisang se colocaba a su lado. —Tiene razón, líder Yao. Para usted mientras sean esclavos o los obliguen a prostituirse no le parece un problema, ya que su gente sigue con vida.

— ¡No vayas tan lejos Jiang Cheng!

—Sin embargo, a mí ya me arrebataron todo mi clan y mi más grande deseo es hacer correr la sangre de todos los malditos perros Wen. —Su voz era vacía, pero firme y lejos de intimidar a Huaisang, lo apoyaba en lo que quisiera hacer.

— ¡Hablas de justicia, pero lo único que quieres es arrastrarnos contigo para matar a Wen Ruohan! —Ese tipo lo exasperaba, pero encontraría la manera de cerrarle la boca algún día.

— ¡¡Es verdad!! ¡Con tal de exterminar al clan Wen, no hay cosa que no haría, aun si eso significa sacrificarlo a usted! —Huiasang tomó de la mano a Jiang Cheng para tranquilizarlo y que no cometiera o dijera alguna tontería. Al parecer, funcionó y se sentía orgulloso de sí mismo.

—Señores, todos sabemos que Wen Ruohan es caprichoso y paranoico, él no se va a detener en los planes de conquista que tiene. Desconozco el destino que nos depara y lo único que puedo asegurar es que el que ustedes se unan a esto, no garantiza que sus clanes no pasarán por un derramamiento de sangre. —Lan Xichen no podía mentirles. Sabía que muchos no aceptarían sus palabras, pero esas eran las condiciones que esta guerra ameritaba.

— ¡Bien dicho! —Nie Mingjue apoyó lo dicho por el ahora líder Lan. Él tenía toda la razón, y era un precio que se debía pagar por la victoria y la libertad. —Independientemente de si aceptan unirse o no, la cabeza de Wen Ruohan será mía.

Xichen agradecía mucho el apoyo que recibía de Mingjue, desde niños eran buenos amigos y agradece que ese lazo jamás se hubiera perdido. —El maestro Nie es un hombre de abundante valor y de liderazgo innato; Gusu Lan estará orgulloso de seguir sus órdenes en esta campaña.

—Me parece bien. En estos momentos los clanes más que nunca deben unirse; sus banderas se levantarán y serán un símbolo de orgullo. Por eso, conforme a las normas del mundo del cultivo con respecto a premios y penalidades, aquellos clanes que elijan permanecer al margen de la situación y después irse del lado ganador de la contienda; deberán asumir las consecuencias de su decisión. —Aquellas palabras de Lan Qiren, lograron tensar a todos los presentes, en especial a Jin Guangshan, quien realmente no sabía qué hacer.

«Lᴏ Qᴜᴇ Mᴇ Qᴜᴇᴅᴀ Dᴇ Tɪ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora