Alicia Roberts. Residente de Los Santos, cumple su trabajo como informante en cubierto del dueño de la ciudad, el Superintendente. Mientras ella hace tratos con mafiosos y se escabulle entre tiroteos, se da cuenta de las inmensas fuerzas que control...
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Alicia dormía plácidamente, cuando sintió un leve cosquilleo en su perfil izquierdo. Conocía el motivo del cosquilleo, su cabello. Lo raro, es que después de moverlo hacia atrás con pereza y sin cuidado, el cosquilleo volvió a molestar. Ella repitió su acción con una mueca enojada, pero sin abrir los ojos.
Fue entonces cuando escuchó dos risitas intentando ser calladas. Aun con mala cara abrió los ojos, encontrándose con Segis, quien tenía los cabellos de la mujer en su mano y con Horacio, quien tenía una mano en su boca. Ambos arrodillados al costado de su cama.
- Tenemos hambre, ¿Podemos pedir pizza? - Preguntó el de cresta. Ella miró el reloj fluorescente a su lado. Marcaban las 20:48. Ella asintió, y se sentó en la cama para desperezarse. Los dos la esperaron sentados en el suelo a que despertaba a Gustabo, quien estaba dormido, dándoles la espalda.
- Hey, Gustabo. -Intentó Alicia. Había mandado a Horacio a bañarse y a Segis a elegir alguna película. - Levanta hombre. - Al ver que no despertaba volvió a intentar, pero más fuerte. Seguía sin respuesta. - Arriba García, es un nuevo día para esparcir alegría. - Era irónico, Gustabo esparciendo alegría.
La muchacha se acostó a su lado, con la cadera y las piernas de espaldas a Gustabo, pero con el torso y la cabeza apuntando hacía el rubio, de este modo sería más fácil girarse. Una vez se acomodó acerco su cara a la del contrario y lamió suavemente la piel que estaba debajo la oreja del hombre. Reaccionó rápido y se giró cuando lo vio moverse. Procedió a cerrar los ojos y calmar su respiración. Gustabo se sentó en la cama.
- ¿Tienes un fetiche con lamer personas, o algo así? - Preguntó con voz ronca. Alicia no respondió, continuo con su cuartada. Espero a que el rubio hiciese algo, solo esuchó una leve risita. Sintió una mano en su cadera, esta empezó a subir despacio hasta su cintura y bajo de nuevo, lento y con calma.
'¿Qué hace?'
Sintió los labios del contrario en el costado de su cuello, dejando castos besos hasta llegar a su oreja. La morena estaba confundida, creía haber escuchado que Gustabo era asexual o algo así. Sintió una respiración lenta y cálida en su oreja.
- Mmmm... ¿Te acostarías conmigo, Volkov? Ahh~ - Pronunció con una voz aguda y en tono de burla, con un raro gemido al final. Luego soltó una risa grave y leve que le erizó los pelos de la nuca. Alicia se sentó en la cama, rendida, ambos rieron ya un poco más alejados. - Ves que ahora despiertas. - Prosiguó mientras reía.
-Calla, imbecil. - Miro hacía otro lado, avergonzada.
Después de levantarse y arreglar u poco el desorden que habían hecho antes de dormir, desde ropa, hasta colillas de cigarros (Las cuales Gustabo negaba haber consumido), le ordenó a Segis ir a ducharse mientras la morena se dispuso a llamar a la pizzería cercana. Luego de un par de pitidos se escuchó el cordial saludo del otro lado.
- Buenas noches, Arthur. - Comenzó, así el pelirrojo la identificaba. - Dos de la de siempre, por favor. Y envía a Samuel. - Ordenó para escuchar el afirmativo desde la otra línea. - Bien, gracias, que tengas buena noche. - Luego de despedirse, colgó.