Cuando despierto de mi larga siesta miro el reloj de pared, las agujas marcan las seis de la mañana. Me apresuro a darme una ducha y tomo una ropa cómoda. Cando bajo a la sala para desayunar, Tall y mi madre ya están ahí.
- ¡vaya! Hasta que al fin te despiertas – dice Tall mientras mete una tostada a su boca.
- Entiéndeme tengo mas de un año de no descansar así – digo tomando una tostada.
- Aja – dice el.
- Hija Henrie dijo que te esperaba ahora en la clase de tiro a las siete en punto – dice mi madre muy tranquila. Miro el reloj y marca quince minutos a las siete.
- Gracias por el recado mamá –digo dándole un beso de despedida.
- Adiós - dice Tall.
Cuando salgo miro que hay mucho movimiento esta mañana. Como no se donde es que dan la clase de tiro me dirijo a un Agente.
- Disculpe… donde dan las clases de tiro – digo.
- Por ahí – dice señalando con su índice a un salón abierto, como una cancha de futbol.
Camino hacia el lugar abierto donde me encuentro con una gran reja que es la puerta.
- ¡Ahí esta! – dice Henrie señalándome y todos vuelven su mirada hacia mi.
- Hola – digo muy normal.
- Hola elegida – dicen casi todos.
- Soy Marie, no elegida – digo sonriendo.
- Bien, elegida – dice Pam burlonamente que está al lado de Henrie.
Me acerco a Henrie mientras todos toman un arma, la sujetan y disparan. Algunos dan en el blanco otros son empujados por la fuerza de la bala.
- Veamos que tal lo haces - me dice Pam ofreciéndome un arma.
- Bien, observa y aprende – digo dándole una sonrisa a Pam.
Tomo el arma, coloco mi pierna izquierda al frente para tomar equilibrio y empiezo el conteo en mi mente: 1, 2 y 3, entonces disparo y la bala da justo en el blanco. Todos se voltean y me miran, y yo les doy una breve sonrisa.
- Bien, ¿con que puedes disparar? ¿e? – dice Pam levantando su ceja izquierda.
- Pues… si – digo devolviendo la misma expresión – algo tenia que hacer en el bosque, ya sabes para no aburrirme – digo dándole el arma – bueno yo me retiro – digo caminando a la salida.
- Espera Mar – dice Henrie que viene caminando muy rápido hacia mi – quiero mostrarte algo – me dice cuando ya esta justo frente a mi.
- Bien, vamos – digo dejándome dirigir por Henrie.
Henrie me dirige a una casa donde se encuentran dos hermosas bicicletas nuevas. El toma una y me ofrece la otra, yo me subo sin pensar.
- Andando – dice Henrie montando su bicicleta.
Andamos por un largo y hermoso sendero lleno de frutos y flores, hasta llegar a nuestro destino donde hay un gran letrero “si buscas la paz, aquí la encontraras”.
- Bien aquí es un lugar muy callado y solitario, así que aquí me podrás preguntar sobre cualquier duda que tengas, ok – dice el dándome su mano.
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La Elegida
NezařaditelnéA veces crees que sabes todo sobre ti y tu familia, a veces crees que la vida es completamente realista y que sabes todo lo que pasara en el futuro, y no es así, la vida es completamente inesperada y más lo es para mí, tengo una vida completamente r...