CAPITULO 5

120 7 0
                                    

Cuando me despierto escucho un leve golpe en la ventana que da al balcón de mi dormitorio. Me levanto de la silla y arreglo rápidamente mi cabello que esta mas despeinado que nunca.

Cuando salgo al balcón ahí esta Henrie haciéndome señas que lo deje pasar a mí casa. Bajo rápidamente las gradas y saludo a mi madre y a mi hermano que ya están sentados en la mesa desayunando. Abro la puerta y saludo a Henrie quien me ofrece un ramo de flores, que ni idea de donde pudo conseguirlas.

-          Gracias – digo tomando las flores.

-          Buenos días – dice el dirigiéndose a mi madre y a Tall.

-          Hola Henrie, pasa – dice mi madre quien ahora esta a mi lado. Henrie pasa y se sienta en una silla que esta al lado de mi hermano.

-          Bien, emm… iré a darme una ducha – digo sonriendo.

-          Si, claro – dice Henrie.

Cuando estoy arriba veo que Henrie se queda hablando con mi madre, la verdad ni idea porque el ha venido a estas horas por acá el siempre viene tarde o me deja algún recado, me siento un poco incomoda con el en mi casa. Me apresuro y me doy una rápida ducha, luego tomo una ropa limpia y cómoda de mi armario. Cuando por fin estoy lista tomo mi cabello y lo coloco en un moño, a veces mi cabello largo, lacio y  rojizo me hace sentir algo incomodo aunque me hace lucir bien.

Cuando bajo, mi madre ya no esta, supongo que se fue con la madre de Julia, una muchacha de  la colonia que lamentablemente no quiso ser esclavizada como los demás y la asesinaron. Últimamente mi madre a estado asiendo muchas amistades por acá y creo que se esta socializando mas que en cualquier otra parte y eso me agrada.

-          ¡Hey! Y ¿Qué plan tienen para ahora? – pregunta Tall mientras se acerca a mi seguido por Henrie que aun tiene una tostada en su boca.

-          Pues pensaba llevar a Mar al lago – dice Henrie introduciendo un trozo de pan a su boca - ¿quieres ir? – pregunta Henrie a Tall.

-          Mmm… si – dice Tall asintiendo levemente.

-          Y… ¿ira Pam? – pregunto porque se que a Tall le gustaría que ella fuese.

-          Pensé que no te caía bien mi hermana – dice Henrie un poco desconcertado, y no es que me caiga bien pero es solo que no la conozco tanto como desearía conocerla.

-          No me cae bien, pero en ningún momento me cayó mal. Es solo que… no la conozco bien – digo encogiéndome de hombros.

-          Bien entonces iré a hablarle – dice Henrie sonriendo un poco.

-          Déjame yo lo are – dice Tall mientras se dirige a la puerta.

Henrie toma asiento y yo también lo hago. Puedo oír la respiración de Henrie pues esta a pocos centímetros de mi.

-          y ¿Qué te ha parecido este lugar? – me pregunta Henrie como para romper el hielo.

-          Pues la verdad no es tan grande y agradable como La Colonia. Aunque así como esta ahorita por haya la verdad no me dan las mas mínimas ganas de acercarme – digo acordándome de lo feo que se a puesto todo en aquel lugar – además aquí no es muy agradable que digamos, es como si solo te tuviese a ti… - en ese instante me corto al oír lo que estoy diciendo, y la verdad es que todo es muy cierto es como si solo lo tuviese a el, como si no fuera muy sociable por aquí a pesar que por todos lados por donde paso me dice hola, ya saben por ser la elegida – la verdad es que ser la elegida no es tan fácil y como pensaba.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora