Tal vez no era tan malo tener a Leila como compañera, no era como si tuviese opción porque era imposible cambiar de compañera, luego de salir de la clase de la señora Patterson iba a hablar con Leila sobre el trabajo, traté de encontrarla en el pasillo, pude ver su cabellera negra entre el mar de gente que había en el pasillo y me apresuré a alcanzarla pero una cabellera conocida me interrumpió, Rosemary.
-Hola Lion- Dijo lascivamente -¿A dónde ibas con tanta prisa?-.
-Buscaba a alguien- Dije alzándome para ver si veía la cabellera negra –Sabes que hablamos luego tengo que hablar con alguien-. Dije mientras salía corriendo para ver si podía encontrarla ya que la había perdido, luego de que tocara el timbre los pasillos quedaron completamente solos, caminé un poco más y encontré lo que buscaba, corrí hacia ella y le grité.
-¡Leila!-. Parecía que no se había percatado de mi presencia ya que de pronto miró hacia atrás y chocó con la columna que tenía en frente, ¡mierda! Corrí hacia ella para ayudarla, sus lentes habían salido volando, tenía la cabeza agachada, me agaché y le pregunté.
-¿Estás bien?-. Toqué su cara y aparte el pelo de su rostro, ella levantó su cara y sus ojos se encontraron con los míos, me quedé atónito, no podía ser la misma persona, sus ojos eran verdes, eran jodidamente verdes, verdes y hermosos, ¡Dios!, ahora me daba cuenta, no puede ser, era la misma chica que estaba con Robert, era una muñeca, ¡¿Porqué rayos usaba esa fea ropa y esos lentes?! , Tenía las pestañas más largas y espesas que he visto y no tenía maquillaje pero su piel era perfecta no tenía marcas ni nada, sus labios rosado oscuro naturalmente, salí de mi trance y la ayudé a parar, tomé su mano, era demasiado suave.
-S…Si estoy bien-. Luego pareció darse cuenta de que no tenía sus lentes porque tocó su cara sorprendida y comenzó a buscarlos en el suelo, los vi es un rincón y los tomé en mis manos, me fijé en ellos y me di cuenta de que no tenían nada de aumento en absoluto, ¿Por qué los usaba si no los necesitaba?.
-Aquí tienes-. Dije y ella se puso frente a mí, no sé porque pero quería tocarla, le puse los lentes yo mismo y ella me miró con los ojos abiertos como platos.
-Gra… gracias, pero ¿porque me llamabas?-. Había olvidado por completo el trabajo.
-Era para preguntarte si podíamos encontrarnos en la biblioteca luego de clases para elegir el libro con el que trabajaremos-.
-Si claro… adiós-. Dijo mientras se daba la vuelta y se iba, oh Dios, ella era la chica más caliente y hermosa que había visto en toda mi vida.
Nota: Díganme que les parece el capítulo, comenten y voten, amé este capítulo, díganme que piensan de Leila y de Lion, espero que les haya gustado.
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Atrápame en tus sueños
RomanceEl último año de secundaria era algo importante, sobre todo para el chico más popular de la escuela, nada ni nadie impediría que fuese la mejor etapa de su vida, aunque tuviera que ir a la escuela en autobús, aun si la rara chica nueva le ponía los...