Barreras

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Sí, Leila era hermosa y caliente, pero también era todo un fenómeno, no la entendía en absoluto, primero, era hermosa y se vestía como una loca, segundo, su encuentro con el profesor en la noche, tercero, su extraño idioma y si sabía que era yo quien los había espiado, por qué no me dijo nada, ella era todo un misterio.

Luego de clases salí en camino a la biblioteca para encontrarme con Leila, estaba nervioso, antes solo la consideraba una nerd y ahora una de las chicas mas lindas del instituto, ¡Dios! Tenía que dejar de pensar tanto, al llegar busqué a Leila con la mirada y no la encontré, aun no había llegado, así que me senté y la esperé, ella llegó como treinta segundos más tarde.

-Hola-. Otra vez llevaba puestos sus lentes.

-Hola-. Me respondió.

-Bien comencemos a elegir un libro-.

Los libros de la lista eran:

Romeo y Julieta

Penas del joven Werther

Orgullo y Prejuicio

Cumbres borrascosas

 Jane Eyre

 La dama de las camelias

Madame Bovary

 El amor en tiempos del cólera

Como agua para chocolate

Los puentes de Madison County

Ethan Frome

-Y…  dime… has leído algún libro de estos, yo por mi parte he leído Cumbres borrascosas, orgullo y prejuicio y Ethan Frome-. Le comenté.

-Yo… los he leído todos menos Ethan Frome-.

-¿Qué te parecería hacer orgullo y prejuicio?-. Propuse, la historia era fácil e interesante.

-Entonces tú serías el orgulloso señor Darcy y yo por supuesto yo sería la prejuiciosa Elizabeth Bennet-. Dijo con una sonrisa en sus labios, mostrando sus perfectos dientes, no sé que me paso pero no pude controlarme, acerqué mi mano al rostro de Leila y le quité sus lentes, ella me miró sorprendida, pero no hizo nada para cambiarlo, su expresión se había vuelto seria.

-¿Porque hiciste eso Lion?-. Sentí una corriente que recorría mi espalda, era la primera vez que la escuchaba decir mi nombre.

-Quería… ver tu rostro- Dije sinceramente, ella aun tenía una expresión aburrida. –Eres muy linda Leila-. Me atreví a decir, esperaba que se emocionara y me saltase encima o algo, pero hizo todo lo contrario, puso una expresión molesta y se paró de la silla.

-Mira… no estoy de juegos y ya he escuchado lo que todos, incluyéndote, dicen de mí y créeme cuando te digo que no soy alguien con quien debas jugar o acercarte mucho, que te quede claro-. Y de ahí salió de la biblioteca dejándome solo y confundido, quien rayos se enoja porque un chico como yo le haya dicho que era linda, me había dado cuenta de que aun tenía sus lentes en mi mano, salí algo molesto de ahí y fui hacia mi casa.

En la mañana cuando fuimos a buscar a Leila, creía que iba a venir sin lentes ya que yo los tenía, pero vino con otros idénticos a los anteriores; Ya habían pasado las primeras horas e iba a hablar con Leila sobre el trabajo para que nos juntásemos en hora de almuerzo; la vi sacando libros de su casillero y me acerqué, ella me miró.

-Oye siento haberte echo enojar ayer, y esto se te quedó, aunque veo que tienes unos nuevos-. Dije mientras sacaba los lentes de mi bolsillo, ella los tomó.

-Gracias-. Apreté la mandíbula, creía que ella me iba a pedir disculpa o al menos decir que no era para tanto, pero no hizo nada.

-Oye estaba pensando que podríamos juntarnos en almuerzo para lo del trabajo de literatura en la biblioteca-. Ella asintió y se fue sin decirme ni una palabra, realmente estaba cabreado.

Cuando ya habían tocado para la hora de almuerzo salí caminando hacia la biblioteca y al contrario de ayer, esta vez Leila me esperaba, se había quitado sus lentes y estaba muy concentrada en el libro que tenía entre sus brazos sobre la mesa, ella era como una diosa.

-Oye-. Dije interrumpiéndola, nuestros ojos se encontraron inmediatamente, pero ella rompió el contacto visual, yo me senté en la silla frente a ella.

-Entonces…-. Dijo esperando a que yo dijese algo.

-Entonces ¿Haremos Orgullo y prejuicio?-. Pregunté directamente.

-Sí, estoy de acuerdo, pero no quiero que hagamos algo fácil o predecible-. Yo había elegido la historia porque era precisamente fácil.

-Y ¿qué tienes en mente para no hacerla predecible?-.

-Mm, vamos a analizar a dos personajes de la historia, lo siento si quieres a Darcy porque ya lo escogí-.

-Entonces yo haré a Elizabeth-.

-Aparte analizaremos la obra, ya sabes que hay que entregar un reporte, y con respecto al drama…-  Hizo una pausa mientras sacaba de su mochila una copia del libro Orgullo y prejuicio –Tal vez te diste cuenta de que la señora Paterson solo puso historias de romance, así que estaba buscando algunos diálogos que podríamos dramatizar y que estoy segura le encantaran, porque al parecer le encanta las historias de amor-. Me enseñó las dos partes que dramatizaríamos cuando Elizabeth rechaza a Darcy por su forma tan orgullosa y prepotente de decirle que la amaba y la última escena que es cuando Elizabeth y Darcy admiten sus sentimientos el uno por el otro, realmente me gustaba ver a Leila hablando del libro, era el único momento en el que la veía algo cálida y feliz, siempre que trataba de hablar con ella, ponía una barrera de hielo.

-Estoy de acuerdo con las escenas, y comenzaríamos a ensayar luego de que analicemos el libro, que te parece si nos juntamos mañana que no hay escuela en mi casa, no mostró ninguna reacción.

-Si claro, mm ya tengo que irme-. Y de nuevo la barrera.

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Atrápame en tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora