•| ¿Virginidad?

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Quien podría pensar que mi larga vida de virgen se iba a ver interrumpida por mi sexy ginecólogo. Ya no soy virgen y es lo mejor que me pudo pasar,era mejor que usar mis manos para sentir tanto placer. Al fin me pude cumplir mis fantasías con este hombre.

Faltaban dos rounds mas y ya me había cansado. No se por que se me ocurrió esta tonta idea, es claro que perderé.

Raul se quito el preservativo, saco otro, se lo puso y se tumbo en la cama.

Raul esta tumbado en la cama, yo estaba arriba de él, se veía tan sexy con su cabello mas revueltos que de costumbre. Me agache para besarlo y de paso meter mi lengua en su boca. Todavía no estaba metido en mi, así que, me empecé a mover encima de el haciendo que nuestros sexos se rosaran. Ambos gemimos. Raúl intento recostarme en la cama de nuevo pero no lo deje.

- No doctor. Ahora en mi turno.-  Le dije besando sus labios.

Me seguí frotando contra el hasta que me harté, guíe su pene a mi vagina y me senté en el. Se sentía tan bien tenerlo dentro de mi.

Inicie dando saltos pequeños, recargando mis manos es su sudoroso y bien formado pecho. Él me ayudaba a dar saltitos, poniendo sus manos en mi cadera. Lo estaba cabalgando, siempre fue uno de mis sueños.

- Mhhh eso es... Sigue saltando bellaquita. - Dijo entre gemidos. - Vamos si... Cabalgame.

- ¡Mierda Rauw!. - Dije. - ¡Se siente tan bien! Mhhh.

Hice que mis movimientos fueran mas rápido, a veces daba saltitos en su duro pene para luego cambiar y mover mi cadera en circulos o ir de adelante hacia atrás, eso lo mato, lo supe por como gimió. ¿Gimió? Perdón, en realidad grito.

Quito sus manos de mi cadera, las paso a mi culo, lo apretó tan fuerte que creo que me dejaría marcas, pero no me importo yo seguí cabalgando. Sentí como su pene se tenso dentro de mi, se iba a correr al igual que yo. Él se sentó, llego a mi boca y nos comenzamos a besar mientras yo seguía con mis movimientos. Yo tenía mis manos alrededor de su cuello, jugando con su cabello y él con sus manos me ayudaba a seguir con las penetraciones. Antes de llegar al orgasmo me quito de encima.

- ¿Que te pasa? Ya estábamos por terminar. - Lo regañe haciendo un puchero.

- Lo se linda, pero ven. Ponte de rodillas y tus manos en la cama. - Me dijo para después besarme.

Ya sabia lo que haria, rápidamente me coloque en esa poción, “de perrito", sin previo aviso se enterró en mi, haciendo que soltara un gran grito de sorpresa. Esta vez no empezó lento, me embestía duro, muy duro, algo me decía que no podría moverme mañana. Ese pensamiento se esfumo cuando me tomaba mas rápido.

- ¡Carajo!. - Gemi. - Sigue Raúl.

Bajo su cabeza, siento como sus labios pasaban por mi hombro, sin dejar de hacerme suya, retiro mi cabello. se acerco a mi oído.

- Te gusta como... Mhhh.... Como te hago mía. - Dijo. - Te gusta que te este dando duro en tu hermoso coñito. - Me dio un beso en el hombro y se separo para darme mas duro, sentí como me iba a partir en dos en cualquier momento.

- Mierda si, si, si... Me encanta. - Le grite. - Ay mierda Raul.

Deslizo una mano a mi clitoris y lo movió demasiado rápido. Eso me dio mas placer. Yo no podía pensar en nada, solo sentir en lo que Raul me
estaba dando.

Raúl me embistió mas rápido, hasta que se corre, después yo lo seguí. Me deje caer en la cama boca abajo, Raul estaba tumbado arriba de mi, pude sentir su calor en mi espalda, nuestras respiraciones estaban demasiado agitadas, estaba tan cansada que poco a poco iba cerrando los ojos, pero recordé la apuesta, aunque no sirvió de mucho, me quede dormida.

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