•| Reconciliaciones

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Raúl

La tome por las piernas para después elevarla y que de esta forma ella enredara sus piernas en mi cintura. Todavía nos seguíamos besando bajo la lluvia, a paso lento camine con ella en mis brazos, hasta llegar a mi casa.

Entre besos, entre con ella en mis brazos. Como pude le quite la ropa y ella hizo lo mismo. No se como pero al fin llegamos al cuarto. La recosté en la cama con delicadeza y me separe de ella para admirarla. Se veía perfecta con sus labio rojos por los besos que nos dábamos, con su pelo mojado y alborotado. Ambos completamente desnudos.

Ella se sentó en la cama, puso una mano en mi nuca y atrajo mis labios a los suyos. Me jalo hasta que caímos acostados en la cama. Seguimos besándonos. Metí mi mano por sus bragas y toque su clítoris haciendo que rompiéramos el beso para que ella gimiera a gusto. Yo me dedique a besarle el cuello mientras movía mis dedos en círculos sobre su tierna carne haciéndola enloquecer, sentí una de sus manos en mi cabello y lo jalo.

Saque mi mano, lo cual a ella no le gusto y gruño. Abrí sus piernas y uni mi boca en su deliciosa vagina. Comencé chupando, lamiendo y succionando su clítoris, todo pero en diferente orden. Puso sus dos manos en mi cabello de nuevo y me atajo mas a ella. Y eso hice me pegue mas a ella para que llegara al paraíso con mi lengua.

Ahora Beck gemía mi nombre a todo pulmón. Sentí un dolor inmenso en mi miembro. La deseaba más que a nada en este momento.

Seguía lamiándola, pero ahora mis dedos se dirigían hacia su entrada. Y sin mas la penetre con dos dedos. Gimió mas fuerte y pude ver como apretaba las sabanas con sus manos.

Tres dedos metía en su apretada vagina, rápido. Ya casi se venia, lo sentí cuando sus paredes vaginales apretaban mis dedos. Seguí así por unos segundos mas hasta que sucedió.

- ¡Mierda Rauw!. - grito cuando llego al orgasmo.

Me puse a su altura y la bese. Ahora ella me recostó en la cama y sonriendo comenzó darme besos por todo mi abdomen. Hasta que llego a mi pene, lo tomo en sus manos y subió su vista para ver lo que hacia cuando comenzó a masturbarme. Lo único que hice fue verla a los ojos y gemir su nombre.

De un momento a otro, cambio su mano por su boca. Primero beso la punta de mi miembro y después chupo todo desde la base hasta la punta. Ahora yo puse mis manos en su cabeza para evitar que se separara de mi.

Siguió con sus maravillosos movimientos hasta que no aguante mas y me corrí en su boca.

Beck

Raúl y yo nos estábamos besando. Yo estaba debajo de él. Sentí como sus manos acariciaban mis muslos mientras los separaban. Abrí mis piernas mas para darle mayor acceso.

Se coloco entre ella y me penetro de un solo empujón. Yo lo abrace y entre mis uñas en su espalda. Pero él , aun sin salirse de mi, se puso de rodillas. Me tomo por los muslos y empezó con sus fuentes embestidas y yo simplemente me deje hacer lo que el quería.

Sus embestidas eran potentes , tanto que sentía que después de esta noche no volvería a caminar en mi vida. Pero eso no me importo, todo lo que yo quería era que se quedara dentro de mi siempre. Siguió embistiéndome y vi como algunas gotas de sudor caían por su perfecto cuerpo.

No se como le hice pero. Lo detuve para que ahora el quedara debajo de mi y yo empecé a balancearme encima de el, rápido, tan rápido como podía. Sin dejar de moverme. Raúl se sentó y me beso. Lo tome por la nuca para pegarlo mas a mi.

También con mis manos acariciaba su espalda y sus brazos. Cambie mis movimientos, dando saltitos en su miembro para que se enterrara por completo en mi.

Después de dar unos saltos mas me corrí y el se corrió, dejándome sentir como todo si liquido cremoso se esparcía por mi interior. Sin movernos de posición, con la respiración agitada y con nuestras fretes pegadas. Así nos que damos acariciándonos el uno al otro, en silencio.

- Te amo Beck- me dijo.

- Y yo también te amo Raúl. - dije para después darle un beso y ambos nos dejamos caer en la cama. Yo encima de el. Abrazados.

- Ahora entiendo porque la gente dice que las reconciliaciones son las mejores- me dijo mientras pasaba sus manos por mi cadera.

- Lo se, son lo mejor.- me rei.

Después los dos nos quedamos callados abrazándonos y dándonos caricias. Hasta que al final los dos nos quedamos dormidos.

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