Sueño Lúcido [COMPLETA]

Arcángel

Desperté temblorosa y confundida. Estaba en mi cama sin arropar, el glacial viento se colaba dentro de mi habitación, afuera nevaba. Lenta y cuidadosamente me levanté para cerrar la ventana, al tocar el suelo con mis pies descalzos, una extraña sensación corría por mi cuerpo. Intenté ponerme de pie, fue complicado, sin embargo lo logré. Caminé torpemente, sentí un fuerte mareo que me hubiera llevado al piso sin problemas, afortunadamente me había acercado lo suficiente a la ventana y mi peso fue sostenido por mis manos en el marco de ésta.

Al instante noté que mi piel estaba pálida, estaba muy débil, intenté recordar lo que había pasado la noche anterior pero solo imágenes en negro y sin sonido venían a mi memoria. Un dolor de cabeza muy fuerte me obligaba a dejar de pensar.

Intenté cerrar mi ventana deslizándola hacia abajo, pero me faltaba fuerza para hacerlo. Para mi suerte, Gabriel y Raphael entraron y se hicieron cargo.

Gabriel me llevó en sus brazos de vuelta a la cama y Raphael cerró, por fin, mi ventana.

— ¿Te encuentras bien?— Gabriel se veía diferente, sin expresión.

—Solo estoy un poco débil— me esforcé por sonreír un poco.

— ¡Un poco débil!— gritó Raphael, haciéndome sujetar con fuerza el cuello de Gabriel. — ¡Estás tan débil que me sorprende que puedas respirar!

—Discúlpame...— mis ojos se llenaron de lágrimas— No quise que te enojaras por estar enferma.

Su expresión se suavizó. Mis lágrimas rodaron a lo largo de mi cara y mi sollozo lo intente ahogar en el hombro de Gabriel. Raphael se acercó a mí y acariciando mi cabello dijo:

—No es tu culpa, no estoy enojado... es solo que... estoy preocupado por ti. —Dejó un beso en mi frente y le dio una mirada a Gabriel, quien me dejó nuevamente en mi cama, esta vez asegurándose de que estuviera arropada.

—Quiero hacerte unas preguntas— Me avisó Raphael—, por más obvias o extrañas que te parezcan, respóndelas, ¿quieres?

— ¿Estoy bien? ¿Me golpeé la cabeza ayer?

—Sí— dijo Gabriel—, fue mi culpa.

—Está bien, responderé a lo que me pregunten.

Ambos acercaron un par de sillas a mi cama y empezaron con sus preguntas.

— ¿Quién eres?

—Soy Luna, tengo 23 años. Nací el 28 de noviembre. Estudié en una academia para señoritas con mis 4 amigas.

— ¿Quién eres realmente?

—Soy el primer arcángel mujer, primogénita del arcángel Michael.

— ¿Quiénes son tus padres?

—Mi padre es Michael y mi madre es Holly.

Los vi mirarme más tranquilos, sus respiraciones se hacían más lentas y su ritmo cardiaco no estaba acelerado. Ambos suspiraron aliviados. De pronto, Gabriel empezó a preguntar...

— ¿Cuáles son los nombres de tu ex novios?

Incliné mi cabeza cual cachorro pensando en cuál era la razón de semejante pregunta. De cualquier forma, respondí:

—Hank, Joe y... —me quedé en blanco. Tenía la extraña sensación de que había algo más pero simplemente no encontraba nada. — y nadie más. — finalicé con un tono interrogativo.

— ¿Los nombres de tus amigas?

—Rose, Sunny, Stella, Anne y... — de nuevo, vacío. — solo ellas.