Condiciones

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Jin se muerde el labio inquieto, quizá temiendo que se le prohíba hacer tal cosa, no obstante si de algo está seguro es de que no pensará doblegarse más ante este hombre, o quizá, muy dentro de su pecho, sabe que no tiene necesidad de hacerlo. Lo cual es estúpido porque hace tan solo una semana lo secuestró y doblegó de una manera brusca.

Lo observa cauteloso, aún con respeto, no teniendo la necesidad de querer salir corriendo, si atento a si tiene que hacerlo. Su oscura mirada fija en esa clara, que además parece en calma, al igual que su dueño, como si compartir la mesa con un extraño que ha cogido bajo sus alas no fuese increíble, y prosigue, esperando no perder nada de lo que ya ha ganado.

—Estuve pensando y en verdad agradezco que permitas que me quede, que sea tu invitado, pero.. lo haré bajo algunas condiciones—dice, ergiendo los hombros, e intentando lucir serio, mas a Namjoon solo le causa ternura pues temblor es claro, su voz preciosa y aterciopelada, y sus bonitas fracciones faciales atentas a una respuesta.

~O sea, que crees que estás en posición de pedir condiciones~ quiere decir, por simple humor, pero cree que puede ser humillante, y Jin ya lo ha dicho, está aquí como su invitado, no a la fuerza. Por supuesto que puede pedir lo que sea.

—Escucho—cruza los brazos, olvidando la pizza, pues quiere prestar toda su atención a lo que el muñequito le dirá.

Espera que sea un capricho, alguno como los que le ha comprado y más tarde mostrará, o que desee una habitación, lo cual también le dará, no obstante el semblante de Jin es más serio, casi temeroso. Lo ve suspirar de manera suave, imperceptible, como si temiera hacerlo, lo cual hace que la curiosidad le pique en las entrañas, y las ganas de darle el mundo le corrompan, no obstante Jin no es ningún coscolino, sino alguién que desea no joder su existencia.

—Y-o.. no deseo invadir tu espacio.

—¿Invadir?—Namjoon frunce la expresión, no comprendiendo que más puede invadir, si ya lo ha hecho todo. La casa de hecho no sería la misma si él deja de correr por los pasillos-lo cual cree que hace de manera discreta- pero puede escucharlo.—Se un poco claro por favor.

Esos bonitos ojos oscuros se empañan un poco, mostrándose avergonzado, pero decide hablar.

—No quiero molestar. Si voy a quedarme será en el sofá y no en tu cama huyng—para el mayor tal pedido es una salvajada, no imagina al muñequito durmiendo en un lugar que no sea tan cómodo como el colchón que le ha brindado, no hasta haberle preparado su habitación.

—¿Como vas a creer que voy a dejar que..?—bocifera, no terminando de hablar. —No voy a ceder. Te quedas en la cama. Punto—da por finalizado el tema y vuelve a tomar su rebanada de pizza, pero esa vocesilla lo sorprende.

—No he teminado—protesta, no indignado, ni retador, si no con valentía, deseando su atención. Eso lo enciende. Joder.

—Por más que admire lo valiente que eres, no voy a ceder muñequito. Eres mi invitado y vas a quedarte en un lugar cómodo. El sofá es una porquería, créeme, y tú disfrutas las siestas largas.

—Por lo mismo hyung. No quiero que duermas ahí cuando tienes tu cama, tu casa. Y-o.. estaré bien—afirma con suavidad. —Y si no, prefiero quedarme donde Jimin, o buscar un..

—No me jodas—lo sobresalta al ponerse en pie y llevar algunas cosas a la cocina, casi para aventarlas con rabia dentro de la alacena. —¿Me amenazas?.

—No, Nam. No es eso. Solo..

—Te quieres ir—lo encara molesto, quizá acostumbrado a hacer este tipo de escenas, siendo mandón, y poniendo siempre su voluntad, pero Jin no es ningún sumiso para obedecer aunque todo sea para su conveniencia.

¿Además por que tanto interés? Más allá de sentir lastima por él, no existen motivos para que desee mantenerlo a su lado.

—Puse condiciones que es distinto—refuta con suavidad, abrazándose a si mismo, con seguridad.—Y es tu decisión si deseas aceptarla.

Namjoon abre la boca incrédulo, no creyendo que esta mierdecilla preciosa le esté negociando, sin embargo no puede refutar. Jin tiene razón, aunque crea que molesta, lo cual para nada es verdad, simplemente no desea dar problemas. Es un buen chico.

—Bien,—acepta, rodando los ojos. —Aunque no será necesario. Eso quería decirte. Organizaremos una habitación para tí, que por lo menos nos llevará el fin de semana pero podremos hacerlo.

—¿De verdad? —está anonadado, no cree merecer tantas molestias, y quiere renegar pero Namjoon ya ha pasado página.

—¿Alguna otra condición?.

—De hecho si—balbucea aún turbado, pero prosigue a hablar.—Quiero pagar algo, ya sabes. Ayudar en los gastos. Tengo ahorros, y gano muy bien. Puedo pagar los impuestos.

—La luz, el agua, el internet. Comprendo, y sé que no vas a aceptar que te diga que no, ¿uh? —sonríe, hechizado por ese sarcasmo que no desea dañarlo sino complacerlo, y asiente tímido, agradecido de que se le haya escuchado. —Bien, un mes tú, un mes yo—lo escucha decir, y joder. Están hablando de meses, de un futuro, de un.. especie de trato, como si fueran cercanos o algo así.

—Me parece bien, gracias hyung.

—Ah no. No creas que es de gratis. También tengo condiciones—el mayor espeta, tratando de parecer indignado, lo cual le hace reír.

—Escucho...

Es tan extraño, tan bonito. Quiere realmente escucharlo ya que jamás nadie le brindó tanto respeto, tanta importancia, así que por supuesto le dará lo mismo.

—Solo tengo una—Namjoon dice, justamente señalando con sus largos dedos el lugar donde se encuentra, siendo clara su petición.—No te metas en mi cocina, es mi lugar privado. Cada comida es hecha por mi, y ni en caso de emergencia te quiero prendiendo la estufa.

No puede evitarlo, se echa a reír como un niño pequeño que por vez primera escucha un chiste o ve una caricatura muy graciosa, y por supuesto no se molesta ni cree que es demasiado. De hecho quizá hasta lo sospechaba pues sabe lo mucho que el mayor ama cocinar, y es obvio que no desee que nadie se acerque al lugar donde lo hace.

—Okay—repite entre risas, encontrando el momento agradable, demasiado para ser real, y casi siente ganas de correr a abrazarlo, pero se contiene y sonríe para él.—Creo que estamos de acuerdo ¿uh?.

—Creo que si—Namjoon responde, volviendo a la mesa, con dos bolsas que no desempacó.—¿Podemos ir ya a la parte divertida?.

No sabe a que se refiere, pero Dios, Jin le daría lo que sea contal de verle así. Por ende se levanta, cierra la caja de pizza que más tarde comerá, y lo sigue a la habitación para ver que es lo que desea mostrarle.

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Infalible. [NAMJIN].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora