Por Aquella Noche

Dos

El día laboral, para HongBin, fue pesado. Los invitados eran difíciles de contentar, debían hacer todo a su alcance para que acepten trabajar con ellos, por lo que su visita se extendió a tres días más.
HongBin se quedó un tiempo más en reunión con sus colegas, para idear planes de convencer a invitados de ayudarles.

Llamó a HakYeon, para que recoja a sus hijos de la escuela si se demoraba más y cuando pasó, recibió un mensaje, diciéndole que YongSeung no se iba a mover de donde estaba, hasta que su padre vaya por él. Eso bastó, para alistar todo y retirarse; acordando pensarlo en casa, porque HongBin no iba a defraudar la promesa que le hizo a su hijo y su miedo crezca.

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Cuando llega a la entrada principal, pregunta al conserje por sus hijos, ya que suponía que no les dejarían esperar por tanto tiempo afuera.

— Están en el almacén. El director los mandó, para que ayuden a guardar los materiales que sus compañeros utilizaron – responde.

— Muchas gracias – conduce hasta una esquina y entra al estacionamiento, mostrando al guardia de seguridad su credencial.

Cuando llega a un patio ve a dos de sus hijos arrastrando una red, con pelotas de baloncesto dentro.

— MinChan, YeonHo – los llama y los niños voltean rápidamente a verlo.

— ¡Papá! – sueltan la red y corren a sus brazos – Tardó mucho ¿Por qué?

— No seas tonto, YeonHo – dice MinChan – Papá estaba ocupado trabajando y por eso llegó un poco tarde ¿Verdad, papá?

— Sí y lo siento, niños.

Cuando se separan, ve a sus otros tres hijos corriendo hacía él. Bueno, el menor sujetado de la mano de HakYeon, para evitar caer por sus torpes pasos, quien también venía su hijo a lado y le dedica una sonrisa a HakYeon en agradeciemiento.

YongSeung es quien no se separa de su padre, quien se ve obligado a cargarlo en brazos y saludar con la cabeza a su amigos.

— ¿No ha llorado?

— Tardabas un poco más y lo estarías escuchando a kilómetros de distancia – dice HakYeon.

— Si hubiera sabido que las cosas se pondrían difíciles allá. No le prometería algo así.

— ¿Por el sueño? – HongBin asiente – ¿Qué pasó? – pregunta al notar pesar, en la mirada de HongBin.

— Debo salir más temprano – siente a su hijo alejar su cabeza de su cuello y mirarle, pero HongBin no quiero verlo, no quiere ver esa triste mirada desgarrarle su interior, por recordarle su dolor – Esos hombres son difíciles de convencer y debo pensar en algo que les convensa, para trabajar con nosotros.

HakYeon nota la mirada de YongSeung, exigiendo la atención de su padre y se acerca a acariciarle los cabellos.

— ¿Escuchaste, YongSeung? Papá necesita hacer bien su trabajo, por lo que debes ser fuerte y dejarlo ir temprano al trabajo, para que pueda tener vacaciones y pase más tiempo con ustedes, incluso podrían ir a comer al restaurant que tanto te gusta.

— Pero ese restaurante es muy caro – interpone YeonHo.

— A Seungie, siempre le gustó las cosas caras, como a GyeHyun. No me sorprende que papá siempre trabaje mucho para comprarles cosas – también queja MinChan.