Trece

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¡Una tienda de regalos! YeonHo apunta con un dedo, viéndolo alejarse ¡Por favor, papá!


No grites, YeonHo, me desconcentras.


Pero quiero elegir un regalo para GyeHyeon se acomoda en su asiento, formando un ligero puchero.

No hay tiempo, deben dormir bien, para ir a la escuela. Mañana...

Yo quiero ir ahora.

Espera hasta mañana.

¡No!

¡Obedece, YeonHo! detiene el andar del coche y voltea a mirarlo seriamente No hay tiempo, para comprar los regalos de GyeHyeon hoy. Mañana los llevaré.


Los niños se asustan por la seriedad en su padre y guardan silencio hasta llegar a sus camas. Incluso KangMin y YongSeung accedieron dormir en sus habitaciones.


HongBin se siente un poco culpable, por tratar de esa forma a sus hijos, pero su jefe se había puesto muy pesado con todos sus empleados, por bajar el ranking de competencia empresarial, y les había dado trabajo extra. Los descansos eran muy cortos y entendían que también fue su descuido despreocuparse por la ausencia de su competencia, el golpe fue demasiado fuerte cuando regresaron con muchas promociones y personajes famosos. La atención del proveedor y los ingresos económicos disminuyeron de forma drástica.


Por eso HongBin busca nuevas formas de atraer su atención, revisando y navegando en su portátil hasta muy tarde. Estaba tan concentrado que, no escuchó el sonido de la puerta de una habitación de sus hijos.


YeonHo, ¿A dónde vas? YongSeung no lograba conciliar el sueño, por escuchar los constantes movimientos de su hermano en cama y siente curiosidad, cuando lo ve bajar ¿Vas con papá? ¿Puedo ir contigo?

YeonHo le mira de soslayo, con algo de molestia y camina a abrir la puerta, porque es un poco más alto que YongSeung y su agarre es más firme.

YongSeung baja de su cama y sigue a su hermano, para ir donde su padre, pero YeonHo se apresura en salir y cerrar la puerta, dejandolo dentro.

YeonHo, por favor, abre. Yo también quiero ir con un oído trata de escuchar al otro lado de la puerta YeonHo no recibe respuesta.


Intenta abrir la puerta, con sus propias manos, pero como siempre el pomo no cede.

YongSeung suelta un gemido y regresa a su cama, se cubre el cuerpo con la frazada hasta el cuello y mira el regalo de su tío Hyuk. Parecía brillar esa noche, a pesar de estar en el suelo y a lado de su armario, la muñeca parece que lo mira y le brinda su luz, para tranquilizarlo.





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GyeHyeon escucha la puerta de su habitación, se sienta, verifica que KangMin sigue durmiendo y se sorprende ver a YeonHo llegar hasta su cama.

¿Qué haces aquí, YeonHo?


Perdón le abraza.

¿Qué?


No te haré enojar más, tampoco haré que llores. Seré buen hermano, por favor, perdóname.

GyeHyeon tan sólo asiente, porque tiene sueño.

Podrías haberlo dicho mañana.

Por Aquella NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora