Por Aquella Noche

Doce

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Quería esperar al siguiente año, para publicar esta obra, pero debido a distintas situaciones, la publicación tuvo que ser adelantado. Por eso podrán notar cosas extrañas referente al "tiempo". Falta pocas semanas, para terminar el año, pero aún así faltarían meses para estar igual al tiempo y si quieren que avance de acuerdo al tiempo real o están bien como está ahora, háganmelo saber.

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Siente que alguien le mira, así que voltea y conecta miradas con esa persona enmascarada, que camina como si moviera el mundo a cada paso. Estando cerca, apoya las manos en sus hombros y ladea la cabeza, para acercarse lentamente a sus labios.

HongBin le mira atónito y la persona presionan sus labios, para meter lenta y delicadamente su lengua. Se deja llevar por el suave tacto y lo sostiene de la cabeza, para intesificar el beso, moviendo lengua y labios de un lado para otro, con cierto desespero. Baja una mano hasta la espalda y acaricia delicadamente, queriendo grabar esa piel en su palma.

Escucha un suave gemido que le provoca sujetarlo de la cintura y apegarle más a su cuerpo, para besar con más deseo. Trata de tomar todo el control, para acostarlo sobre una mesa, pero siente el suave colchón en su espalda y las suaves manos del desconocido se alejan, al igual que sus labios y cuerpo entero.

HongBin abre los ojos y divisa su alarma encendida, anunciando hora de despertar. Estira un brazo, para apagarlo y siente una presión dentro su buzo, cuando se sienta.

— Oh, no.

Se cubre nuevamente, con la sábana, tras ver su miembro sobresalir de entre sus piernas.

— No puede ser – dice asustado, sintiendo una corriente atravesar todo su cuerpo y dirigirse a su vientre bajo, al intentar reducir su tamaño, pero el simple tacto de su mano hizo que crezca un poco más y comience a humedecerse – ¿Cómo pude soñar algo así y despertar de esta manera?.. Qué vergüenza.

Se alivia de que sus hijos aceptaran dormir en sus camas, la noche anterior, o no sabría qué hacer en este momento.

Fija la puerta cerrada y entra apresurado a su cuarto de baño.

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No habló mucho, con sus hijos, por la mañana. Los dejó en su escuela y conduce apresurado hasta su trabajo, para distraerse un poco.

Los días parecen avanzar con traquilidad, los niños son mayormente tranquilos, Hyuk los vistó un par de veces, también WonSik y su hijo, pero HongBin no aún lograba estar felíz, como sus hijos.

Estos días soñó con esa persona, en diferentes escenarios, sin pasar más allá de lo inocentemente romántico, como el primer sueño; aún así, lo tiene preocupado y un día le cuenta a GongChan su preocupación.

— No le tomes importancia. Tan sólo es un sueño que recopiló sucesos o imágenes que presenciaste y se quedaron grabados.

— Si tú lo dices.

— Aunque... – GongChan piensa, con más profundidad y HongBin sacude sus cabellos – también puede tener un mensaje... por tus encuentros con esa persona.