Por Aquella Noche

Veintiseis

Nuevamente voltea al sentir una mirada sobre su persona.

Es la misma persona enmascarada

Ambos cuerpos se encuentran en medio de muchas personas y toma su mano, para empezar a bailar, pero en medio de una vuelta, su entorno cambia repentinamente a un campo verde. Muy parecido a su anterior vivienda, quiere ver cuidadosamente, pero la mano del más alto regresa su vista a él mismo para dar otra vuelta y estar fuera de una cafetería, también parecida al lugar donde solía vivir.

Giran con más fuerza y caen sobre un rígido colchón. HongBin no cree en ser él mismo, cuando derriba al cuerpo contrario sobre la cama de esa oscura habitación y empieza a besarlo fuera de control. Tampoco quiere detenerse por recordar haber besado sólo una boca distinguida.

Se aleja para confirmar que es esa persona y su cuerpo tiembla ligeramente, cuando el antifáz cae y lo primero que ve es una marca bajo un ojo.

— Leo.

Quería besarlo con tanto anhelo, pero este Leo voltea tan asustado hacia un lado y lo aparta.

— Lo siento, HongBin – no lo mira y tampoco parece dirigido a él.

Así que, sigue la mirada de Leo y su corazón se detiene momentáneamente, al ver otro HongBin parado frente la puerta y mirándolos, sin mostrar reacciones.

HongBin se sienta rápidamente y mira toda su habitación, revolviéndo los cabellos. Asegura la puerta de su habitación e ingresa a su baño, para salir cuando el sol ilumine a través de las ventanas.

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— ¡Papá!

HongBin abre la puerta al escuchar los alocados golpes de YeonHo, quien señala asustado a YongSeung durmiendo sobre el piso del pasillo y lo regresan a su habitación aún durmiendo. Como es bastante temprano, revisa su temperatura y descubren que acaba de obtener un resfrío.

— Yo no abrí la puerta, papá – dice YeonHo viendo que el termómetro repentinamente se vuelve rojo – Cuando desperté para robar pan, la puerta estaba abierta y YongSeung no estaba en cama. No lo busqué mucho, porque lo ví fácilmente y golpeé su puerta.

HongBin se mantiene callado aún perdido en las imágenes de su sueño.

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— HongBin-hyung, ¿No despertará a los niños, para tomar una ducha? – pregunta Hyuk, aún adormilado, después de que HongBin lo llame a casa por una emergencia.

— Hazlo por mí, por favor.

— Pero su trabajo no empieza ahora.

— Los inversionistas aún no toman una decisión. La mayoría de empleados debe estar muy temprano esperándolos.

— ¿Tampoco desayunará?

— Lo haré después – hecha un último vistazo en el espejo y toma su maletín – Dejaré el coche para que los transportes – entrega las llaves en su mano.

— Hyung...

— Solicita una licencia médica para YongSeung, hablaré más tarde con sus directores. Por favor, encárgate de los niños hoy más y cuídate – con tanta prisa por salir de casa, besa fugazmente la mejilla de Hyuk, sale de casa, sin despedirse de los niños.