Por Aquella Noche

Veintisiete

— ¿Estás insinuando que yo golpeo a mis hijos?

SangHyuk asiente lentamente.

YongSeung presentó marcas rojas en las orejas regresando de la escuela. HongBin lo notó durante el cambio de ropa y fueron al hospital para que YongSeung deje de llorar por el dolor. El doctor los miraba con sospecha y aseguró que no eran marcas regulares de alguna enfermedad. Compraron todo del recetario y regresaron a casa, donde Hyuk le hizo saber sus sospechas y HongBin reveló de igual forma, iniciando una fuerte discución en la cocina, mientras los niños duermen.

Ambos se detienen antes de lastimarse con palabras y Hyuk decide regresar a su casa. HongBin no lo detiene y regresa a su habitación.

Desde ese día, los niños no volvieron a verlo y sus ánimos decaen cada minuto.

— ¿Hoy tampoco cenará con nosotros?

— No.

DongHeon es el más triste por su ausencia, ya que su relación mejoró ultimamente y se siente solo si no está cerca.

A pesar de jugar con MinChan. No se siente cómodo en esa casa.

— ¿Cuándo volverá?

— Tal vez en mucho tiempo, no estoy seguro.

— ¿Por qué dejó de visitarnos? ¿Han peleado?

— Yo creo saber la razón – MinChan señala con su cuchara a YongSeung – Debe ser el culpable, todo lo malo siempre pasa por su culpa.

— MinChan...

— Ese no es el punto – DongHeon interrumpe y mira al adulto frente a él – ¿Por qué todos discuten? ¿Por qué no pueden hablar tranquilos y arreglarlo rápidamente? ¿Por qué tienen que ser tan malos? Ya no quiero ser un adulto, si sólo discuten en vez de hablar – DongHeon aparta su plato y baja de su silla.

— DongHeon, termina tu cena – el niño lo ignora.

— Hicieron enojar a DongHeon-hyung y ahora no quiere ser un adulto conmigo – MinChan también aleja su plato.

— Termina de comer, MinChan.

— No.

— No fue una pregunta.

— Pero dejó ir...

— Sólo puedo persuadirlo, no obligarlo. En cambio, eres mi hijo y debo educarte lo mejor posible, así que, termina tu comida y después te unes a DongHeon.

— Pero permite que GyeHyeon escoja las cebollas.

Al verse decubierto, GyeHyeon cubre con sus manos la pequeña montaña de cebolla que hizo a un lado de su plato.

— Esas cebollas están sucias – GyeHyeon saca su lengua hacia MinChan – Además, SangHyuk logró infiltrar verduras en todas sus comidas – y MinChan devuelve el gesto a GyeHyeon.

— ¿Dijo a tío Hyuk que ya no regrese, porque jugaba con nuestra comida? – miran a YeonHo remover las verduras – Tenía hambre, pero estaban discutiendo y esperé a que asegure la puerta.

— Escuchen, niños – suspira por la inquietante mirada de los niños – No deben preocuparse por nosotros. Sólo fue una discución que los adultos necesitan tener para poder comprenderse y encontrar alguna solución.