Por Aquella Noche

Cuatro

— ¡DongHeon, ten cuidado con KangMin! ¡Aún es muy pequeño para jugar con Ivo! – grita N, desde la cocina, al patio, donde su hijo y sobrinos juegan con el gran perro.

Un día, donde todos tenían agenda libre, decidieron reunirse en casa de la pareja Kim/Cha. Primero, para reunirse y hablar como viejos amigos, sobre temas actuales y pasados. Segundo, para que los niños se relajen de las nuevas cosas que, aprenden en la escuela. Y qué mejor lugar como el espacioso patio de su casa, para cocinar juntos, mientras los niños juegan con el gran huskey siberiano.

— ¡No te preocupes, papá! ¡Lo tengo bajo control! – suelta el collar del perro y los niños hechan a correr por todo el patio.

— Deberías llevarlo con un psicólogo – continúa, Hyuk, la conversación – Puede ser peligroso si continúa con esos sueños.

— No puedo – responde afligido, HongBin, dejando de cortar las verduras – Es muy pequeño, para ir a hablar a desconocidos.

— ¿Entonces, cómo dejará de tener miedo, si no lo afronta? – pregunta HakYeon, poniendo otro trozo de carne sobre la parilla.

— Podría lastimarlo, si lo recuerda. No quiero que sufra más.

— Pero también sufre al no saber, por qué sueña tal cosa.

— Más bien, deberías contactar a un medium – sugiere WonSik, aún cortando delicadamente la carne – Sabemos la razón de su pesadilla, pero él nos daría una respuesta, para ayudarlo a superar aquello, sin tener que enfrentarse.

— ¿Si no funciona? – duda HongBin.

— Debes decirle la verdad, del por qué tiene ese sueño – dice Hyuk muy serio.

HongBin le mira con desconfianza y sus mayores, también le miran serios.

— Sabemos que lo quieres proteger – dice HakYeon – pero también lo lastimas, permitiendo que esto continúe.

Terminan la primera parte de su labor y llevan a los niños a lavarse las manos, para comer los platillos frescos.

La mayoría de los niños terminó rápido su comida y regresaron a jugar con el perro. En cambios, YeonHo y YongSeung prefirieron comer más relajados a lado de su padre.

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Los adultos aprovecharon, para seguir charlando amistosamente, pero a los minutos se escucha el grito de un niño, seguido de su fuerte llanto.

Todos voltean a los niños y ven a KangMin tirado en el suelo, boca abajo. HongBin corre a auxiliarlo y nota, antes de que el bebé se encondiera en su cuerpo a llorar, un hilo de sangre escurrir de su naríz, raspones en las mejillas, manos y rodillas.

— Tropezó con Ivo – dice YeonHo, quien vió el momento en el que el perro pasa de KangMin, empujándolo accidentalmente, por perseguir a su amo.

— DonHeon, te dije que tengas cuidado con Ivo que, podría lastimar a KangMin o uno de ustedes – regaña muy molesto, HakYeon.

— Pero...

— Mira cómo dejó a KangMin ¿Qué hubiese pasado, si los mordía? – toma por el collar del perro y lo encadena cerca de su casa de roble.