Capítulo 18.- Sol y arena.

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Alexia Warren.

Hay veces en la vida, que no nos pasa o nos toca lo que queremos o deseamos. Entonces... Solo queda aprender a vivir con lo que se nos dio.

—Ella es la criatura más hermosa que existe en el universo.—Dijo Erik mirando el mar.

—¿Pero...?—Dejé la pregunta en el aire en espera de que la terminara.

—Pero no es lo que esperaba... Y no lo digo en el mal sentido.—Se adelantó.—Ella es hermosa, graciosa, inteligente, todo lo necesario lo tiene ella, pero estoy confundido...—Pasó sus manos por el cabello desordenandolo con desesperación.—Es la primera vez que me atrae una chica y no se como reaccionar. Te juro que con solo verla sonreír algo crece en mí y no precisamente en mi corazón.—Dijo pervertidamente.

—Iugh, cochino. Por favor...De esos temas no hablemos.—Dije riendo a carcajadas.

—No sé que hacer, Alexia...—Dijo volviendo a estar serio.—Cada segundo que transcurre sin estar con ella me mata ¿Qué me pasa? ¿Qué es esto?

—No te pasa nada. Se llama amor, después de todo es tu alma gemela...—Dije sonriendo.—¿Sabes? No importa el genero, si te atrae una chica o un chico, eso está bien. No estás cometiendo ningún crimen, amar no lo es. Habla con ella, enamorala, que sus sentimientos se sientan hasta en el aire. Solo tenemos una vida, en este mundo no existen las segundas oportunidades como para que desperdicies esta.—Dije para abrazarle.

—Las años te han vuelto muy sabia, blanquita.—Dijo devolviéndome el abrazo.—Y vieja.—Dijo para soltar una carcajada.

—Y ahí está mi Erik...—Dije separándome para levantarme.—Ahora, volvamos. Tengo ganas de comer un gran helado de oreo con nutella y chispas de chocolate.—Dije mientras la boca se me hacía agua.

Al voltearme, pude notar que los ojos de Erik estaban en un tono de azul, lo que significa que está teniendo una visión. Al tratar de entrar en esta para ver de que se trata, no puedo, lo que significa esta vez, que Erik me está bloqueando.

Al salir del trance su mirada se dirige a mi y me da una gran sonrisa, para luego brindarme un fuerte y caluroso abrazo. Yo sin entender le devuelvo el abrazo.

—¿Qué viste Erik?—Dije al separarnos.

—Lo sabrás en una semana, pequeña.—Dijo con una sonrisa.—Cuídalo, se desarrolla rápido.—Dijo lo último para luego caminar adelante dejándome confundida, sin embargo, no pregunté y solo lo seguí hasta la casa.

Al llegar recibí un gran abrazo de Ashton el cual no me quiso soltar.

—Estuve a punto de ir a buscarlos.—Dijo Ashton.

—¿Acaso hoy es el día de los abrazos?—Pregunté riendo un poco.

—No lo sé, mi amor.—Dijo dando un beso sobre la marca en mi cuello lo cual hizo que me estremeciera y soltara un jadeo.—Pero solo quiero darte mucho amor y cariño, mucho.

No respondí porque salí corriendo directo en dirección contraria a donde provenía el olor de la comida ya que me dio mucho asco.

Al llegar al baño devolví todo lo que había ingerido en el día y lo que no. Pude sentir como unas manos sujetaban mi cabello y hacían masajes en mi espalda. Luego de sentir que saqué todo me lavé la boca y todo eso, dejé mi cepillo dental a un lado miré a la persona que me acompañaba.

Más allá del bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora