Alexia Moon.
Había pasado toda la noche presentándome con algunas personas del consejo y algunos reyes de las especies presentes, hasta que llego mi hermano a rescatarme. No había hablado casi con él y estaba nerviosa porque en pocos momentos conocería a su alma gemela.
Caminamos hasta adentrarnos en la casa, ya que la recepción de la boda estaba a unos cuantos pasos y pasamos a la sala. Al llegar, había una hermosa chica como de un metro cincuenta y cinco y hermoso cabello oscuro. Sus hermosos ojos color café intenso brillaron y sus mejillas mostraron un leve color rosado al ver a mi hermano.
—Hermanita... Te presento a Abby West, mi alma gemela.—Dijo mirándola con la misma intensidad y amor que ella a él.—Cariño... Te presento a Alexia, mi pequeña hermanita.
—Un gusto, princesa.—Dijo e iba a inclinarse, pero la detuve.
—Hola, hermosa. Un gusto...—Digo dándole un abrazo.—Olvida las formalidades, ahora somos familia. Dime Alexia.—Le sonreí.
—Está bien, Alexia.
Iba a hablar cuando sentí llegar a mi marido, se veía algo preocupado, sentimiento que desapareció al verme. Llegó hasta a mi para luego abrazarme con gran intensidad, lamento causarle tal inseguridad, sé porqué se preocupa tanto.
Por otro lado, marido. Que bien suena eso. Ahora Ashton y yo eramos uno solo. Todo está cayendo en su lugar, todo marcha tan bien que asusta. Por fin le estoy viendo el lado bueno a la vida y esta me está recompensando por tanto daño causado. Ahora solo nos queda esperar la llegada de nuestro pequeño Alpha para completar nuestra dicha.
Nos miramos unos momentos directamente a los ojos. Utilicé nuestra conexión para transmitirle tranquilidad, para demostrarle que estaba bien, estaría bien siempre que estuviera a su lado.
—Amor, te estuve buscando por toda la recepción, me asusté cuando no te vi.—Dijo tomando con ambas manos mi rostro para luego besarme.
—Lo lamento, mi hermano me trajo para conocer a su alma gemela.—Dije señalándoles.—Mírala... Es tan tierna. Preciosa, te presento a mi marido.
Sonreí y ella al instante se sonrojó. Su aura irradia tanta pureza e inocencia. Mi hermano ha de tener que cuidarla, nunca ha sufrido en su vida, es tan frágil, pero fuerte a la vez.
—Hola... Un gusto, Alpha.—Dijo bajando la cabeza.
—Tranquila, no hagas eso. Supongo que ya te han dicho que eres de la familia, deja las formalidades a un lado.—Dijo Ashton sonriendo.—Y felicidades, amigo. Sé que al principio no me llevé bien contigo, pero sabes que tienes mi más sincera amistad y sabes que estoy alegre por ti.
Los chicos se quedaron hablando algunas cosas de la manada y del reino que ahora pertenecía a mi hermano y su alma. Mientras que Abby y yo nos fuimos a bailar y charlar un poco. Me contó sobre su vida y también como conoció a mi hermano.
Ella lo conoció, gracias a que debía empezar sus clases y que por suerte su tutora resultó ser mi madre, la cual se había ofrecido a ocupar un puesto en la academia del reino. Me contó que al principio huían el uno del otro pero que ambos decidieron que ya era tiempo de hablar. Mi hermano le dijo que estaba confundido, mientras ella comentó que estaba asustada por tal responsabilidad que le esperaría.
[...]
Horas después ya me había cambiado el vestido por uno más adecuado y nos encontrábamos ya camino al aeropuerto para tomar el jet privado de Ashton el cual tenía destino a la isla privada donde habíamos ido antes. Tenía tantas ganas de volver allí, cuando fui por primera vez no pude disfrutar mucho, gracias a los mareos y vómitos causados por el embarazo.
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Más allá del bosque.
Hombres LoboÉl; el gran Alpha de los Alphas. ¿Su nombre? Ashton Moon... ¿Su manada? Blue Moon. Con ciento veintiséis años de edad, su experiencia en los combates es la mejor del mundo. Han sido ciento ocho largos años de espera por su Luna, aunque eso no le qui...