Me encontraba arreglando mis maletas ya que hoy me iría con Ashton. Han pasado dos meses desde mi transformación a bruja y desde que conozco a Ashton, él cada día es más atento que el anterior. Por otro lado, poco a poco he ido superando mi pasado con la ayuda de mis abuelos, junto con su magia me han ayudado a ir superando lo ocurrido.
Lo he pensado como por una hora y media y he tomado la decisión de darle una oportunidad a Ashton, sé que llevamos poco de conocernos, pero hay algo en el que me da confianza y para qué negarlo, me atrae, aunque aun está el miedo latente. Ya me explicaron todo sobre los mates y hombres lobos, mis abuelos dijeron que tenían una última cosa que contarme.
Estaba a punto de bajar mis maletas cuando recibo una llamada.
—¿Hola? ¿Quién es?
—Alexia, amiga, ¿Cómo estás? Soy Deyna.
—Deyna, amiga, estoy bien, ¿Y tú?—Digo acostándome en la cama.
Después de un rato de hablar le conté todo lo que había pasado y hasta le hablé de Ashton y de lo que empezaba a sentir. Ella me contó que es una mujer lobo y que luego me hablaría de eso.
—¿Estás segura, Ale? Recuerda que no debes presionarte.—Dijo con cautela.—Aunque bueno... Siendo tu alma gemela no creo que te haga algo.
—Aún tengo miedo, Dey.—Dije mordiéndome el labio.—Pero me siento muy bien con él.
—Te tengo una sorpresa.—Dijo cambiando de tema, ya que sabe que esto me afecta mucho. Y después la oí soltar una risita nerviosa.—Voy a ir a visitarte.
—¿Qué?—Grité haciendo que todos se asustaran y vinieran corriendo.
—¿Estás bien?—Preguntó un muy agitado Ashton.
—Sí, todo bien. Lo siento.—Digo con una pequeña sonrisa para luego volver a la conversación.
—No puedo creer que te voy a volver a ver.—Dice emocionada.
—Yo tampoco, pero ahora te tengo que dejar, amiga. Te quiero, mándame por mensaje la fecha en la que llegas.
Al bajar me encuentro con todos en la sala esperándome para hablar, al ya estar acomodada empiezo.
—¿Qué más cosas me ocultan?—Pregunto cruzándome de brazos y dirigiéndome a los señores que me criaron por doce años.
—Bueno, vamos a ser directos.—Toma aire.—No eres hija única, el rey y la reina tuvieron un hermoso niño quien fue creciendo en salud plena, tu hermano. Después de diez años de su nacimiento tuvieron una adorable niña. El joven días antes de la guerra fue enviado por sus padres a un campamento donde aprendería a controlar sus poderes.
—¿Tengo un hermano? ¿Dónde está? ¿Cómo se llama?—Pregunto emocionada.
—Su nombre es Eric, y está...—No terminó porque lo unos pasos y una voz gruesa lo interrumpió.
—Y está aquí.—En eso aparece en la sala un chico de cabello negro y ojos azules como yo, pero no es cualquier chico, es mi hermano.
Qué raro suena eso Mi hermano, nunca llegué a pensar que todo esto iba a pasarme, existen toda clase de criaturas mitológicas y yo soy una de ellas. Tengo un hermano, resulta que soy reina y quien sabe cuántas cosas más me aguardan.
—¿Tú eres mi hermano?—Pregunto levantándome para acercarme con cautela a él.
—Sí, pequeña. Soy tu hermano, por fin estamos juntos.—Dicho eso me abrazó, por un momento no le correspondí, pero después lo hice. Un gruñido nos interrumpió.—Tranquilo cucho, ¿Mi hermana es tu mate?
—Sí y te agradecería que la soltaras, ya nos tenemos que ir.—Dijo Ashton apretando los puños.
—Pero lo acabo de conocer, un rato más, por favor, Ash...—Digo juntando las manos en forma de súplica.
—Con esa cara como negarse, hermosa. —Dijo negando, con una sonrisa en el rostro.
Después de una hora ya nos habíamos puesto al día, le conté casi todo desde que tengo memoria y el me habló de nuestros padres, me dijo que el reino siempre iba a estar a mi disposición y que el también, me dijo que es gay, ¡QUE ES GAY! Siempre quise tener un amigo gay y quien mejor que mi hermano, también dijo que aún no había encontrado a su pareja lo cual lo puso un tanto triste.
—Alexia, es hora de irnos a nuestra casa, pequeña.—Dijo entrando a la cocina.
—Está bien, ¿Me ayudas con las maletas?—Pregunto.
Ya nos encontrábamos camino a la casa de Ashton, él de a ratos me miraba de reojo y yo le regalaba una pequeña sonrisa. El camino dejó de estar lleno de árboles para mostrar una aldea hermosa y al fondo se veía una gran casa a la cual nos acercábamos más y más. Al llegar me iba a bajar del auto, pero Ashton me detuvo y yo confundida me quedé quieta esperando a que hiciera algo. Se bajó del auto y lo rodeó para abrirme la puerta como todo un caballero.
—Gracias, no tenías que hacerlo.—Le digo con una sonrisa.
—Alexia, te quiero decir algo...—Me agarra de las manos,haciéndome sabresaltar y me mira fijamente.—Sé que todo esto para ti es nuevo y que tal vez no querías venir conmigo, pero te juro que no te fallaré y nunca te haría daño. Sé que me conoces de hace dos meses, pero esto para los hombres lobos es lo más importante de su vida y quiero adaptarme a que hasta hace poco no conocías el mundo sobrenatural y quisiera hacer las cosas como los humanos e ir lento. Ser romántico.
-Yo ya lo tenía pensado, y sí, quiero darte una oportunidad, Ashton. Solo quiero pedirte que me des mi espacio siempre. Hay cosas de mi que no sabez, cosas que no estoy lista para contar. Por lo que te pido paciencia, por favor. Y tranquilo, que no necesito nada romántico, mientras haya comida de por medio está bien. - Él suelta una carcajada por lo último que dije.
Cada vez la distancia entre nosotros era más corta y sabía lo que iba a pasar, pero no podía permitirlo. Coloqué mis manos en un pecho, frenandolo. Luego cerré los ojos y agache la cabeza.
《Aún no》Pensé sabiendo que lo escucharía.
Juntamos nuestras frentes y nos quedamos así por un largo rato, tomados de la mano y sin pronunciar palabra alguna.
—Eres lo mejor que me ha pasado, hermosa.—Dijo haciendo que me sonroje y luego me dio un beso en la frente.
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Más allá del bosque.
WerewolfÉl; el gran Alpha de los Alphas. ¿Su nombre? Ashton Moon... ¿Su manada? Blue Moon. Con ciento veintiséis años de edad, su experiencia en los combates es la mejor del mundo. Han sido ciento ocho largos años de espera por su Luna, aunque eso no le qui...