Parte 2 🔥 Has que pare, por favor

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- ¿Por qué no solo te metes a mi mente y aprendes de alguna manera todo lo que sé? Estoy seguro de que con lo que te he visto hacer no debe ser difícil.

Inteligente, como siempre.

- Podría - digo tomando el dulce que me ofrece - pero ¿eso qué tiene de divertido? ¿Cuál es el reto si solo tomo todo y ya?

- Cierto - toma un dulce y comienza a masticarlo - Supongo que sería aburrido.

Nos encontramos en el techo de un edificio abandonado, el mismo de donde se cayó mi celular hace algunas semanas, siendo más específicos.

Este se ha convertido en nuestro lugar, nuestro santuario donde compartimos conocimientos y nos quejamos de la gente idiota.

Debo admitir que el humano me agrada, más que eso, me intriga de una manera fascinante, casi obsesivamente.

Es inteligente, astuto, sarcástico, divertido -del tipo que alguien tonto no comprendería- y, aunque me cuesta cada vez menos admitirlo, también es malditamente lindo.

- Debo irme, antes de que mi padre llegue borracho, otra vez.

Intenta restarle importancia rodando los ojos, pero a mi no me puede mentir, sé que tiene miedo.

- Te llevo.

Tomo su brazo antes de recibir un "no" por respuesta, y en un chasquido de dedos aparecemos en un baldío que se encuentra a dos calles de su casa.

- aaagh, odio que hagas eso, mi cabeza da vueltas.

Toma su cabeza y me obliga a esperarlo antes de comenzar a caminar.

- Ustedes humanos son demasiado débiles.

- No estamos hechos para viajar mágicamente, no es mi culpa.

- ¿Magia? - me siento enormemente ofendido - Eres más listo que eso Tae, ya deberías saber que no existe tal cosa, todo tiene una explicación perfectamente razonable y científica.

Lo veo rodar los ojos divertido.

- Lo sé - me toma por sorpresa la sonrisa arrogante que se forma en su perfecto rostro - pero es divertido molestarte.

Sin nada más que decir a su declaración, sigo caminando dejándolo atrás.

Este humano me va a sacar de mis casillas algún día no muy lejano.

Caminamos en silencio, él unos pasos detrás de mi, temeroso por la calle a penas iluminada por las pocas lámparas que hay.

Disimuladamente disminuyo la velocidad de mi paso para que me alcance y así caminar a la par, protegiéndolo.

Jamás lo admitiré, no en voz alta.

Este humano me importa, más de lo que jamás algo lo hizo.

....

Llegamos a su casa, un pequeño lugar con a penas 2 cuartos, cocina,  sala -si es que se le puede llamar así- y un baño.

Su padre aún no llega, lo sé porque la basura que llama coche no está, y percibo como todo su cuerpo instantáneamente se relaja.

El demonio que me persigue (Taening) 🔥 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora