–¡A que no me alcanzas! – gritó energético un chico pelinegro con su típica ropa verde, de unos veintidós años llamado Gon mientras corría de espaldas viendo hacia delante asegurándose de que su pequeña acompañante no se extraviara
–moo, ¡mamá eres demasiado rápido! – se quejó una pequeña niña de unos seis añitos, vestía una camiseta blanca debajo de su chaleco verde y una falda del mismo color, muy similar a la ropa de su padre, tenía el cabello un poco más debajo del cuello acomodado con una diadema para que no le cayera al rostro y corría rápidamente para alcanzar al mayor
–jajaja ¡vamos Kaori! si me alcanzas te compraré tus dulces favoritos– sonrió animadamente mientras llegaban hasta la casita de su tía
–¡mito-san estoy de vuelta! – gritó Gon a la vez que Kaori llegaba detrás de el
–¡llegué! – gritó contenta alzando sus bracitos en señal de victoria, subió rápidamente a su habitación mientras el pelinegro la veía con una sonrisa
–Es una niña maravillosa– sonrió cálidamente mientras entraba a la cocina a encontrarse con su tía
–mito-san... – la pelinaranja volteó a verlo mientras preparaba la cena, tenía una expresión seria causando confusión en el ojimiel
–jovencito tenemos que hablar– dijo mirándolo seriamente mientras se quitaba el delantal y le indicaba que se sentara a la mesa seguido de ella
ambos tomaron asiento mientras la pelinaranja servía un poco de té para la amena conversación.
mito tomo la taza entre sus manos, la acercó a sus labios, la sopló un poco para dispersar el vapor y le dio un sorbo –bien Gon... Kaori ya tiene seis años y está creciendo de manera espléndida, estoy muy orgullosa de ti por como la has criado, pero... ¿cuándo se lo dirás? y no me vengas con que no te has comunicado con él en mucho tiempo porque revisé tus mensajes y sé que han estado en contacto–
–¡¡M-Mito-san!! no puedes andar revisando mis mensajes– dijo un poco sonrojado dado que le contaba muchas cosas a aquel albino de ojos azules
–¡tienes que decírselo, merece saberlo! – alzó un poco la voz para que su sobrino viera lo serio de la situación
–no es fácil mito-san– refunfuño por lo bajo –en todos estos años no se lo he dicho ¿cómo crees que reaccionará? – mordió la uña de su dedo pulgar en signo de preocupación a lo que su tía suspiró para calmarse
–me sorprende que Kaori no haya preguntado por su padre aún– colocó su taza en la mesa para observar a su pequeño, a pesar de todo sabía que él tenía un motivo oculto para no decir la verdad
–mito-san no tendría que pasar por todo esto si tan solo no les hubieras dicho que yo era su madre– se echó para atrás en su asiento mirando por momentos el techo de la vivienda perdido en algunos recuerdos
–ajá señorito y ¿qué les hubieras dicho sobre su madre eh? –
–podría haberles inventado una tonta y cursi historia– suspiró mientras jugaba con sus dedos, claramente estaba nervioso
–¡no seas tan ingenuo Gon! puede que Kaori te haya creído porque heredó tu inocencia ¿pero crees que Kaoru te creería? –
–ahh, que difícil es ser padre soltero a esta edad– dijo haciendo un puchero y recargo su mentón sobre la mesa –¿por cierto donde está Kaoru? –
–ese pequeño está en su cuarto leyendo los nuevos libros que le compré...eres su madre, deberías pasar más tiempo con el–
–¡Lo he intentado! pero no se abre conmigo, es la misma imagen de su padre, a excepción que a él le encanta leer– agachó la mirada frustrado, su pequeño hijo nunca gustaba de pasar tiempo con él, sin duda salió a su padre, pero al menos con Killua había podido establecer una estrecha amistad, en cambio su hijo se negaba a pasar tiempo con él y aún recordaba el porqué de ello
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Somos Padres [Killugon]
FanfictionHan pasado 7 años desde la separación de ambos, con un suceso inesperado antes de que ambos tomaran rumbos distintos. Al volver a encontrarse killua se llevará una sorpresa que jamás se habría imaginado