Capítulo 8

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RING RING RING

por toda la habitación se oyó la melodía de un celular, el pelinegro lo cogió contestando sin siquiera verificar quién era

– ¿diga? –

– gon... el tiempo se acabó, ¿ya se lo dijiste? –

– ¿q-que? – se tensó al reconocer aquella voz

–no quisiera presionarte, pero sé que por tu propia cuenta nunca se lo dirás... así que si no quieres que seamos nosotros. díselo de una buena vez– unas pequeñas lágrimas empezaron a descender por su rostro al oír aquellas palabras que tanto deseaba jamás escuchar.

–kurapika... te lo ruego no digas nada ¡además es mi decisión decírselo! – se exaltó un poco, pero guardó su compostura al escuchar pasos acercarse

–bien si necesitas más tiempo está bien... ¡pero!... guardó un momento de silencio leorio y yo estaremos llegando a isla ballena a más tardar en unos días... además, ya sabemos que killua está contigo

–¡NO! ¡no vengan por favor! ¡no es necesario! ¿kurapika?– demasiado tarde al otro lado de la línea ya habían colgado

–¿está todo bien? afuera de la habitación se encontraba el albino algo preocupado por lo que había sucedido antes

–¿a-ah? ¡s-si! todo está bien– sonrió y abrió la puerta verás killua... leorio y kurapika vendrán la próxima semana

–¡whoow! ¿enserio? ¡genial! ¡ya los extrañaba, no puedo esperar! mostró una radiante sonrisa mientras se daba la vuelta haciendo el ademán de volver a la sala, el pelinegro lo iba a seguir pero en un rápido movimiento fue acorralado contra la pared y sus labios fueron invadidos por los contrarios en un beso intenso y posesivo lleno de amor y deseo que duró hasta que les hizo falta aire y se separaron agitados

gon estaba muy sonrojado pero killua tenía una sonrisa gatuna, se separó lentamente y se encerró en la habitación que le habían prestado ante un pelinegro que lo observaba con una boba expresión, realmente que estaba enamorado de ese chico

–¿porque aunque trate de ocultarlo sigo amándolo tanto? suspiró cual colegiala enamorada llevando las manos a su pecho pero al darse cuenta de lo que hacía su rostro se tiñó de rojo y se metió en su habitación

[. . .]

killua se encontraba abrazando su almohada con un rubor en su rostro rodando por toda la cama pensando en aquel que le hacía dar suspiros de enamorado y a la vez despertaba sus más oscuros deseos pero se controlaba para poder enamorarlo

–ay gon... ¿qué es lo que me haces?– de repente algo interrumpió sus pensamientos. claramente pudo oír el ruido de un objeto desconocido cayendo al piso, por lo que salió a investigar, pero lo que más lo sorprendió fue que venía de una habitación que se hallaba al final del pasillo y había sido pintada del mismo color de la pared de forma que parecía más un muro que una puerta, el albino frunció el ceño al darse cuenta que la habían tratado de ocultar y de seguro era para que específicamente él no la encontrara. miró al rededor de lo que supuestamente era la puerta pero no encontró ninguna manija para poder abrirla hasta que en la esquina pudo ver una pequeña abertura dónde se introducía una llave y había un pequeño orificio así que se acercó para poder observar dentro de la habitación cuando una mano en su hombro lo detuvo

–¿Killua que haces aquí? rápidamente retrocedió viendo a los ojos fijamente al dueño de esa voz pidiendo una explicación con la mirada

–gon... ¿dime que hay en esta habitación?– presionó un poco los puños al ver por un segundo la expresión de terror del moreno pero la cambio al instante por una risita nerviosa

–Killua... este cuarto es un almacén, no hay nada en su interior tomó de la mano al albino para sacarlo de ahí, pero este se resistió mirándolo expectante

–si lo que dices es verdad... ¿porque no abres la puerta para comprobarlo? trató de encontrar algo en la mirada de gon pero éste controló mejor sus emociones e hizo un puchero adorable causándole un sonrojo

–moo Killua, deja de ser tan paranoico, no te estoy ocultando nada, es sólo que hace mucho que no entramos ahí y perdí la llave sonrió de manera sincera o al menos así fue para el ojiazul quién correspondió la sonrisa y olvidando el asunto siguió al moreno.

ambos bajaron al comedor encontrándose con una extraña escena, mito preparaba unas maletas mientras se colocaba un sombrero y veía a los presentes

–gon me iré de viaje, debo visitar a una prima que se enfermó- en un momento determinado su vista se dirigió a killua dándole una sonrisa nerviosa ¿Gon, podemos hablar a solas?

sin decir nada más killua se dio media vuelta para darles su privacidad. gon y mito fueron a la cocina y se miraron con una expresión seria, lo cual levantó sospechas en el albino por lo que usando zetsu y su habilidad de asesino se escondió cerca de ellos para oír su conversación

–¿en cuánto volverás mito-san?–

–en un par de semanas estaré de vuelta... dejaré la llave de repuesto y la manija de la puerta en el segundo cajón de la despensa sólo por si acaso

–no te preocupes logré convencerlo de qué no hay nada en ese cuarto

–cuídate mucho gon y cuidalos

–relájate mito-san, estaremos bien– sonrió confiado, en ese instante una voz risueña irrumpió su conversación

–¡mami! la pequeña kaori apareció de la nada en la cocina y se lanzó a los brazos de su "madre" siendo bien recibida con cariño y afecto

–oh cariño ¿dónde habías estado?– la cargó en brazos sobando su cabeza cómo si de un pequeño gatito se tratase no te vi desde hora del desayuno

estuve en su habitación dijo en un susurro que aunque fue bajo logró ser audible a los sentidos del albino ahora si confundiéndolo ¿qué era lo que tanto querían esconder? ¿de qué habitación estaba hablando? ¿porque gon se esmeraba en ocultarle todo ese misterio?

–ya me voy gon y kaori les sonrió amablemente y se retiró saliendo por la puerta nos vemos pronto killua-kun y así se perdió de vista en el horizonte mientras killua se sentaba en una silla al revés colocando sus brazos en el respaldar de la silla y apoyando su mentón en ellos muy pensativo

–killua saldré con kaori a hacer unas compras dijo gon saliendo de la mano con su hija a lo que el de tez blanca dio una sonrisa gatuna

–de acuerdo gon, toma tu tiempo agitó su mano en señal de despedida y se levantó de su asiento.

era el momento de desenmascarar aquel misterio...

Somos Padres [Killugon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora