Capítulo 3

1.8K 211 41
                                    

-pensamientos-

-[...]- cambio de escena o salto del tiempo




–arsh mito-san ¿porque me tiene que complicar las cosas? – suspiró el ojimiel mientras caminaba por el bosque y miraba el paisaje alrededor y al mirar el cielo la imagen de un albino de ojos azules le vino a la mente

killua... ¿cómo reaccionaría al saber que es padre y se lo oculté por cinco años? de seguro me odiaría o negaría a los niños, kaori... kaoru... mis pequeños ¿ellos me perdonarían por prohibirles el derecho de ver a su padre?, ay si tan sólo mito-san no les hubiera dicho que yo era su madre podría vivir con la tranquilidad de que los niños creyeran que yo era su padre y su madre una desconocida cualquiera agachó la mirada, se sentía culpable de esconderle la verdad al padre de sus hijos y a sus pequeños
aunque quisiera escondérselo el que kaoru se parezca tanto a él es suficiente evidencia para que killua sepa que es hijo suyo... antes de que se diera cuenta ya estaba de regreso en casa así que algo pensativo aún abrió la puerta de su casa y lo primero que vio fue una caballera albina y ojos azules zafiros, se quedó en un shock mental cuando aquel individuo se levantó y con una sonrisa llena de felicidad alzó la mano en señal de saludo a lo que el pelinegro solo pudo pensar

¿por qué a mí?

[...]

unas horas antes

un barco acababa de desembarcar en isla ballena y de él bajó nuestro albino favorito con dos maletas con ruedas en cada mano y miró el lugar con una sonrisa nostálgica –gon ¡al fin estoy aquí!– gritó energético atrayendo las miradas de las personas alrededor pero sin prestarles importancia y sujetando bien sus maletas empezó a correr emocionado pero se detuvo de golpe al pensar en algo –no puedo aparecer así de la nada... mejor llamaré a gon para avisarle que estoy aquí ¡si, eso haré! sacó su teléfono y marcó el número del moreno esperando ansiosamente porque respondieran y así pasó sólo que no era la persona que él esperaba

–¿Quién es? –esa voz no era de gon pero rápidamente la reconoció y esbozó una sonrisa

–oh ¡mito-san! soy yo killua ¿está gon? –

–¡killua! No, gon acaba de salir al bosque ¿quisieras dejarle algún recado? –

–¡si! ¿podría decirle que en estos momentos me encuentro en el muelle de isla ballena y pronto llegaré a su casa de visita? – exclamó sonriente pero solo hubo silencio, lo que lo extrañó y preocupó a la vez –¿mito-san? –

–ah sí killua, gon volverá dentro de poco por lo que puedes ir viniendo, Aquí te espero– se le escuchaba nerviosa pero el albino lo confundió con emoción y muy feliz esbozó una gran sonrisa

–¡claro mito-san! enseguida estaré ahí– colgó y usando su velocidad de rayo llegó en tiempo récord a la casa de gon, se arregló un poco y tocó la puerta

–¡voy!– la pelinaranja abrió la puerta viendo al albino de pies a cabeza y le dio una sonrisa maternal notando cuánto había cambiado, ahora era un poco más alto y sin poder contenerse le dio un gran abrazo

–¡killua! cuánto has crecido, estás más apuesto y te ves muy fuerte... bienvenido, siéntete cómo en casa– se hizo a un lado para dejarlo pasar

–muchas gracias mito-san, no ha cambiado nada sigue viéndose tan joven ¡gracias por la hospitalidad! – sonrió contento y se adentró en la vivienda jalando sus maletas hasta la sala donde se sentó en una silla

–y mito-san ¿cómo se encuentra gon?–

–pues muy bien... ha entrenado muy duro para recuperar sus poderes y después de un año de duro esfuerzo logró recuperar su nen –comentó muy orgullosa de su pequeño – ay ese niño sin duda se parece a ging y a la vez es tan diferente... luego de ello se dedicó a su hogar y su familia–

–¡vaya! eso no me lo esperaba... pensé que en cuanto recuperara su nen se iría a buscar otra aventura– sonrió, pero cuando mito iba a contestar, la puerta se abrió y por ella entró el pelinegro.

ambas miradas se conectaron, una en shock y otra muy feliz por volver a verlo pero antes de que el pelinegro pudiera decir algo killua se levantó y lo saludó con la mano para luego lanzarse a abrazarlo

–gon te extrañe tanto, me alegra volver a verte– sus ojos se cristalizaron un poco en lo que el ojimiel logró reaccionar

–¡killua! – correspondió al abrazo sintiendo una calidez en su pecho al estar así, se sintió... completo

–¡mami volviste!... ¿mamá quién es él?

.
.
.
.
bueno no todo puede salir como uno quiere y eso gon lo sabía muy bien...

Somos Padres [Killugon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora