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Renné.
Los nervios me podían convertir en una persona totalmente callada, notaba como Rodrigo me veía también sin decir nada, al parecer ambos estábamos esperando a que el otro iniciara la conversación.

— ¿Ya me dirás a dónde vamos? —

Curiosee.

— Es una cena de negocios, se realiza anualmente, puede que encuentres algunas caras conocidas.—

Callé.

— Tranquila, puedo asegurarte que todo irá bien. — 

Una sonrisa pícara se asomaba en su rostro. 

— No lo dudo. — 

contesté mirándolo fijamente. 

— Anda, pregunta eso que te está comiendo el alma. — 

alardeé. 

— ¿Por qué no me dijiste nada? — 

Parecía que le quitaban cierto peso de encima poder hablar del tema.

— No lo consideré importante, ya te lo dije. – 

afirmé. 

— ¿Cómo no lo considerarías importante? Son familia. — 

— Lo sé. — 

El solo se quedó mirándome esperando a que dijera alguna  otra cosa. 

— No conoces todo de mi, nos hemos visto poco, sí, es cierto hablamos todos los días, pero no puedes conocer todo de mi, con solo 4 citas. — 

Justifiqué rápidamente. 

— A demás, no me gusta mencionarlo, la gente te trata diferente, no me define, he hecho mi vida muy a parte a la de todo ese mundo. — 

No hablaba en absoluto, cosa que podía llegar a perturbarme en cierto momento. 

— Entendido, solo una pregunta más ¿planeabas mencionarlo en algún momento? — 

"¡Claro que si!"grité en mi mente.

— Si, me hubiera gustado hacerlo yo, pero ya que. — sonreí. — 

De verdad parecía que había pasado una eternidad para llegar al lugar de la dichosa cena, algo totalmente privado, una mansión que ni en mis más locos sueños habría imaginado. 

— Llegamos. — 

Habló. 

— ¿Estás lista? — Sus ojos irradiaban emoción, pasión, algo que no puedo describir. 

—Adelante. — 

Contesté con un nudo en el estómago debido a los nervios, al bajarme no pude evitar sorprenderme con todo lo que había, el lugar era inmenso.

— Lindo lugar. — 

Dije sonriendo. 

— Es la casa de una buena amiga. — 

"¿Una buena amiga?"  Lo siento, soy de carne y hueso, no pude evitar sentir un poco de celos. 

— Buenas noches, Señor y señora Herrera. — 

Mis ojos se abrieron como platos, "i didn't see that coming."

— No, nosotros, no... — 

Preferí callar, el solo sonreí de oreja a oreja. 

— De pronto perdí mi identidad. — 

Reclamé. 

The Opposite.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora