𝗥𝗘𝗖𝗨𝗘𝗥𝗗𝗢: 𝟭

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alguna vez miró esos ojos con ternura

Cuando pronunciaron su nombre para iniciar su selección, los ojos de muchos estuvieron puestos sobre la pequeña bruja simplemente por poseer y ostentar el dichoso apellido Lockhart

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Cuando pronunciaron su nombre para iniciar su selección, los ojos de muchos estuvieron puestos sobre la pequeña bruja simplemente por poseer y ostentar el dichoso apellido Lockhart. Pocos sabían que el famoso escritor había tenido una hija que continuase con su legado y, por si fuera poco, que su belleza era tan inmensa que algunos comenzaban a creer que tenía sangre veela.

Así pues, visualizándola como una chiquilla mediocre más, Severus Snape se mantuvo inexpresivo aguardando por escuchar la casa donde la primogénita del fracasado sería sorteada. Tenía un aura que atraía serios problemas y desastre, además de que esos cabellos escarlatas tan encendidos para su edad le provocaban náuseas en la boca del estómago.

Para su desgracia, ella quedó en Slytherin.

— Este será un año muy interesante, Severus. —le dijo Dumbledore con su habitual serenidad, no ocasionando más que desgano en el profesor—. Como dirías tú, bastantes celebridades se asoman en el colegio.

— Dudo que precisamente Lockhart sea una celebridad.

Albus Dumbledore sonrió.

— Tú la mencionaste, Severus, no yo.

Cordelia suponía que los profesores no podían ser tan estrictos como su padre, quien estuvo enseñándole once años de su vida los principios básicos mágicos e instruyéndola también sobre cada materia que vería cuando su educación digna empezase

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Cordelia suponía que los profesores no podían ser tan estrictos como su padre, quien estuvo enseñándole once años de su vida los principios básicos mágicos e instruyéndola también sobre cada materia que vería cuando su educación digna empezase. Por ende, cuando el profesor Snape ingresó amargado e inexpresivo, sonrió con bastante burla imaginando cada escenario que pudiera suceder.

Sus ojos castaños resplandecieron cuando Snape se le quedó mirando con escepticismo, visualizándola con esos túneles oscuros que llevaba como ojos, mascullando una especie de improperio, algo común en él.

— ¡Lockhart! —exclamó de pronto, sobresaltándola por ese repentino grito muy distinto a su usualmente inexpresivo tono de voz—. Espero que a usted no se le hayan subido los aires de la grandeza y sepa responder a mi pregunta: ¿qué es y para qué sirve el aguijón de billywig?

Memorias de Lockhart y SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora