Basada en el vídeo/canción "Rojo" — J Balvin.
—No, no y no. —sollozó Rachel acariciando sus mejillas. Sus frías manos temblaban y lágrimas resbalaban por sus mejillas.
—Cuida a Bart. —murmuró su pareja dificultosamente. Sus latidos se hacían vagos por cada segundo que pasaba.
—No me hagas esto. No podré seguir sin ti. —respondió ella tomando su mano y apretándola ligeramente.
—Siempre estaré aquí —dijo él débilmente apuntando el lado izquierdo de su pecho, sonriendo tristemente.
La máquina del hospital emitió un pitido sordo, llevándose el último suspiro que Wally le regaló a la tierra.
—¡No! —gritó Rachel desesperada. El personal del hospital comenzó a entrar a la habitación sacando a la mujer, que intentaba desesperadamente abrazar por última vez el cuerpo inerte de su pareja.
Los sollozos inundaban el pasillo. Una mano pequeña tomó el rostro de Rachel. Ella levantó la mirada encontrándose con unos ojos azules que la miraban asustados.
—¿Estás bien, mamá? —preguntó el pequeño preocupado por su madre.
—Todo está bien. —respondió ella con una sonrisa cansada y triste. Lo tomó entre sus brazos y comenzó a acariciarle su pelirrojo cabello.
Wally estaba ahí observando todo con ternura, quería abrazarla a ella y a su hijo diciéndoles que todo estaba bien, que estaba ahí, pero no podía mentir. Ni siquiera estaba ahí materialmente. Nunca se imaginó que luego de la muerte su alma quedará atrapada en la tierra viendo como los demás viven sus vidas.
Él no debería estar ahí, Wally debería estar en el cielo disfrutando de la paz eterna, o en algún estado mental como le dijo Barry. No ahí, viendo el sufrimiento de su esposa y su hijo inocente que no sabía que estaba pasando.
No podía soportarlo, debía ayudarla para que siga adelante, por su madre, por Bart, por Rachel, por él.
(...)
Habían pasado algunas semanas desde la trágica muerte de Wally. Ella aún estaba igual de destrozada como cuando lo vio dar su último suspiro. Quería convencerse a sí misma que era una pesadilla, que luego despertaría y encontraría a Wally durmiendo pacíficamente a su lado, aunque muy en el fondo, sabía que él se había ido para nunca volver.
Se puso un vestido negro y arregló el pequeño traje que llevaba Bart. Tomó las llaves del auto y salió de la casa con el mentón en alto.
Entró al auto que compartía con él, y recuerdos le vinieron a la cabeza.
—No puede ser... —murmuró Wally perplejo mirando el auto con la boca abierta.
—¿Te gusta? —preguntó Rachel asustada, había demorado mucho en escoger un regalo de cumpleaños para Wally (Además de juntar el dinero).
—¡Es hermoso! ¡No lo puedo creer! —exclamó muy feliz. La tomó entre sus brazos y la abrazó fuertemente, luego de unos segundos su sonrisa se borró y la bajó— ¿Cuánto dinero gastaste en esto?
—No, claro que no te lo diré. Es tu regalo, debes disfrutarlo. —respondió ella mientras arqueaba la ceja y se cruzaba de brazos.
